Quien más, quien menos, ha borrado mensajes incómodos de su teléfono. Sucede también con los correos electrónicos o con las fotografías, que incluso se pueden esconder en una carpeta oculta que sólo se abre con contraseña o con detección ocular. Hay profesionales en la eliminación de pruebas. Suelen ser quienes se llevan un bote pequeño de gel para no oler al que se dispensa en el hotel, que es distinto; y los que dejan el cajón a medio cerrar cuando lo encuentran así antes de empezar a fisgar. Es también recomendable bajar al contenedor la bolsa de la basura antes de que regrese, borrar el historial de Google Chrome y cerciorarse de que no han quedado elementos extraños en la lavadora.
Hay quienes se hacen un selfie antes de salir de casa para enviarlo cuando todavía no han llegado con el pie de foto: “ya por aquí”. Son los mismos que quedan siempre los domingos por la tarde con un grupo de amigos al que, en realidad, hacen años que no ven; o los que, cuando conceden una entrevista a Carlos Alsina después de que se filtre un documento con los pagos que realizó a una desconocida, que ascendían a miles de euros, afirman: “Manteníamos una relación normal, como la de cualquier persona” cuando el locutor les pregunta por lo que les unía ‘a ella’.
Suelen enmascararse esos encuentros a escondidas bajo la excusa de las ‘horas extra’, aunque estén prohibidas en su empresa y aunque a partir de las 17.00 sólo quede allí el trabajador de Eulen. Se alude incluso a viajes de trabajo. Conozco el caso de un presentador de televisión, ya fallecido, que le informó a su mujer de que se iba a ausentar durante el fin de semana, dado que tenía un acto muy importante en Barcelona. El sábado por la tarde, la esposa estaba de paseo por la calle de Alcalá, a la altura del Parque del Retiro, cuando se cruzó con su cónyuge, quien caminaba de la mano con una desconocida. Cazado, cautivo y desarmado, el periodista no tuvo una mejor idea que espetar a su mujer: “Pero bueno, ¿qué haces tú en Barcelona?”.
Quizás no fue la reacción más inteligente. A fin de cuentas, tenía la opción de soltarse de la mano de su amante y decir que había perdido el avión y que no conocía de nada a quien estaba a su lado. Eso mismo dijo Pedro Sánchez de Víctor de Aldama, antes de que trascendiera la fotografía que se hicieron en un acto de partido, pero después de que se conociera que una de sus empresas había ingresado 54 millones de euros en contratos turbios de mascarillas. Ábalos no fue tan tajante al desentenderse de Koldo, pero, cuando supo que la Guardia Civil le había detenido, aseveró en un corrillo en el Congreso que no tenía ni idea de su vida personal. Que era un asesor y no sabía más detalles de él. No se llevó la mano al corazón, pero, ¿acaso alguien duda de que esta gente siempre dice la verdad, incluso cuando miente?
Todas las cosas que son verdad
El aterrizaje de Delcy Rodríguez en Barajas lo negó en un principio. Después, quizás tras una batalla encomiable contra la amnesia, comentó que supo de su llegada porque fue a encontrarse con otro ministro venezolano. Posteriormente, explicó que si en realidad acudió al aeropuerto fue para informar a la mandataria venezolana de que no podía pisar suelo español; y, al final, la UCO demostró que le habían organizado un viaje en el que se programó una cena con varios ministros.
Hay quien miente para ocultar y quien lo hace “porque le gusta ser el centro de atención”, como dijeron de Bartolín Rubia, 1997, concejal de Las Carolinas (Jaén), quien fingió que le había secuestrado ETA para hacerse el importante. Hay también quien incurre en falso testimonio para generar expectativas o para hacer a alguien un favor. El Plural, de Angélica Rubio, difundió una noticia que aseguraba que el juez Peinado dispone de dos DNIs. Unas semanas después, la nombró consejera de RTVE -sueldo mayor de 100.000 euros al año- el mismo partido que, unos meses antes, había iniciado una campaña de regeneración de la democracia que centró el tiro en combate de las conspiraciones de jueces, políticos y periodistas para derrocar a sus enemigos políticos con mentiras.
Fue en esa época cuando Pedro Sánchez difundió una carta que incluía una verdad absoluta, y es que estaba pensando en dimitir de su cargo. En su sorprendente confesión no tuvo nada que ver que hubieran declarado a su mujer como ‘investigada’ por la justicia ni que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado estuvieran indagando en corruptelas que ocurrieron durante su presidencia. A la que llegó, por cierto, con la promesa de limpiar la vida pública de indecencia y de trincones, en un momento en el que al PP le había estallado Gürtel.
Es casual -sin duda- que en esos días apareciera una información falsa sobre las subvenciones que había recibido de la Xunta de Galicia una empresa a la que estaba vinculada la mujer de Núñez Feijóo. Eso dijeron, pero era mentira. Lo relevante es que esa noticia apareció en un medio pro gubernamental después de que trascendiera lo de Bego.fundraising.
Un correo electrónico
Se tuvo también constancia esos días de que el novio de Isabel Díaz Ayuso tenía una cuestión con Hacienda y hubo una comunicación con la Fiscalía -por resumirlo- que terminó publicada en la prensa. Nadie en su sano juicio observaría nada extraño en esta sucesión de acontecimientos, pero el asunto terminó en manos de un juez. Al poco, se imputó al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz. Un tiempo después, la Guardia Civil investigó su teléfono móvil, pero no encontró ningún mensaje que le vinculara al chivatazo a los periodistas.
Pedro Sánchez exigió entonces a los medios fachas que pidieran perdón por la injusta persecución a la que habían sometido a ese jurista ejemplar, de currículum intachable e independencia a prueba de balas. Aquellos medios no sólo se negaron, sino que sospecharon que el fiscal se había deshecho de los whatsapps que podrían incriminarle. La Fiscalía explicó, entonces, que existía un protocolo de seguridad por el que se borraban los mensajes. García Ortiz también renovó su teléfono en esas fechas. Es comprensible: el iPhone 15 tiene una cámara mucho mejor que el 14.
Hubo un compañero de profesión que declaró ante el juez que dicho "protocolo de seguridad" no existía. Sin duda, mentía. Hagamos una simple deducción: ¿qué interés tenía el jefe del ministerio público en ocultar el contenido de su teléfono si ha negado que fuera él quien filtró la declaración de Alberto González Amador?
Este miércoles declaraba en sede judicial la exasesora de Moncloa, Pilar Sánchez Acera, y confesaba que ha olvidado cómo recibió la información confidencial que está relacionada con la causa de la pareja de Díaz Ayuso porque un técnico del Gobierno había borrado los datos de su teléfono (por seguridad) y, además, ella, tras salir de Moncloa, había cambiado de número de teléfono.
Cuesta observar aquí nada raro, como en García Ortiz, en Ábalos, en Pedro Sánchez, en Carlos Barrabés, en el “mitómano canario” -dijo Víctor de Aldama a Ana Rosa- o en esos maridos y mujeres que, afectados por el desencanto que se inicia cuando la rutina pesa demasiado, comienzan a hacer horas extra casi a diario y siempre llevan un bote de gel en la mochila o en el bolso.
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hace 1 semana
Las fotos que delatan a DAVID SÁNCHEZ PÉREZ CASTEJÓN camuflado como «HERMIT» en AIRBNB. Libertad Digital publica las fotografías que demuestran que el hermano del Presidente del Gobierno se camuflaba bajo el seudónimo de «HERMIT».
JAQUE MATE de la UCO al HERMANÍSIMO … USER NAME.
hace 1 semana
Gracias x compartir la verdad, pues no andamos muy sobrados
hace 1 semana
Sobre el caso Delcy; si quieren investigar pregunten qué ha pasado con los policías que estuvieron en esa intervención, a dónde los destinaron. ¿Casualidad o pago por silencio? Una forma más de corrupción.
hace 1 semana
jajajajaaj, buenísimo Rubén
pero «mientes» , aunque eso a un Salchista le tendría que dar igual, porque viven en una mentira perpetua
ajjajaj