Pudiera parecer sofisticada la estrategia que se ha desplegado desde Moncloa en los últimos días. Nada más lejos de la realidad. Los planes de Pedro Sánchez se conciben desde la vulgaridad y se elevan con retórica cursi. El presidente es alguien resistente, pero poco sofisticado en las formas, así que ahora que le amenazan las sombras de su nepotismo y de las corruptelas de los suyos, se ha arrancado con las mismas formas que Don Quijote tras ser apalizado por aquellos mercaderes. "Yo sé quién soy, y sé que puedo ser no sólo los que he dicho, sino todos los doce Pares de Francia, y aun todos juntos, en una persona sola".

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Son varias decenas de iniciativas parlamentarias las que ha perdido en los últimos dos años y cada vez más fuertes las sospechas sobre la basura que le rodea, como también son preocupantes las filtraciones que han trascendido en las últimas semanas, que hacen pensar en que la descomposición de su Gobierno ha comenzado y alguien ha gritado eso de 'tonto el último'. Ante esta situación, lejos de dimitir, quizás acobardado por, qué se yo, la posibilidad de que las corruptelas le apunten y terminen por sentarle en el banquillo, ha emprendido una campaña contra la UCO. ¿Para qué? Para desacreditarla y transmitir a los suyos que el contenido de esos documentos es parte de una conspiración contra su Gobierno.

Por eso, Ferraz -¿quién va a ser?- filtró el viernes a El Plural una conversación incompleta entre un excapitán de la UCO, Juan Vicente Bonilla, y un confidente en la que se apreciaba cómo el primero transmitía a su interlocutor su deseo de que una bomba lapa o un sicario venezolano terminaran con el sanchismo. Sin duda, un mensaje que podría demostrar la existencia de una conspiración; de una trama contra el Gobierno; de una cloaca policial, como la que denunciaba Podemos en 2017 y posteriormente Pedro Sánchez, heredero del discurso de Iglesias y quién sabe si, en el futuro, de su vocación por los mass media y la hostelería.

Inxaurrondo fantasea

Silvia Intxaurrondo -la alérgica a las filtraciones- interrumpió a los contertulios de su programa tras esta publicación para informar a sus espectadores de este hecho, grave de narices, inaudito, que ni siquiera había cotejado. ¿Para qué? En RTVE han decidido reproducir consignas sin miramientos, en especial desde que el Gobierno rescató al ostracismo a José Pablo López y éste decidió emplearse como quien debe un favor.

Hace unas semanas, Javier Ruiz transmutó en Óscar Puente -o se transubstanció, a saber- para referirse al "sabotaje" en las vías del tren. El otro día, ante la inquietud que generó el apagón del 28 de abril, se descolgaba con un discurso que distinguía entre las energías renovables y las "energías caras". Sobra decir que Ruiz también reprodujo los gravísimos mensajes sobre el excapitán de la UCO, que, para más inri, ahora trabaja para el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. ¿Qué más pruebas queréis?

Era mediodía y las tertulias televisivas bullían con ese escándalo. LaSexta lo anunció como "última hora" y toda la tropa mediática progubernamental lo llevaba mientras los contertulios se mordían la punta de la lengua para evitar el bajón de azúcar y el consiguiente desmayo, fruto del disgusto.

El sábado por la mañana, las periodistas Ketty Garat y Teresa Gómez -The Objective- publicaban una información que ilustraba sobre el bulo que todos ellos se habían comido, dado que su fuente (¿y quién sería su fuente?, ay, ay, ay) había eliminado hábilmente tres frases de la conversación original de WhatsApp para confundir. En la conversación original, el capitán de la UCO expresaba su temor porque le pusieran una bomba lapa en el coche o le enviaran un sicario venezolano por investigar las corruptelas del Gobierno. En la bazofia que difundieron estos medios, se transmitía exactamente lo contrario. LaSexta, de buena ley, rectificó la primera. Después, lo hizo Público.

La retórica del autogolpe

El Plural se reivindicó este sábado por la tarde. ¿Para qué reconocer nada? Hace un año, difundía la mentira de que el juez que investiga a Begoña Gómez disponía de dos DNIs y varias propiedades a su nombre. Unos meses después, a su directora, Angélica Rubio, le nombraron consejera de RTVE, a más de 100.000 euros al año. La recompensa la apoquinan todos los españoles, ilustres imbéciles que financian las ínsulas con las que Pedro premia a sus machacas.

Lo más grave de todo es que, unas horas después de que trascendiera la enorme patraña que había difundido Ferraz para desprestigiar a la UCO -ante el silencio atronador, una vez más, de la directora general de la Guardia Civil, que parece encantada con que apalicen a los suyos-, los ministros Óscar López, María Jesús Montero y Pilar Alegría hacían referencia en tres actos públicos a la gravedad de la conversación original, en la que un agente de los cuerpos del orden fantaseaba con matar al presidente.

No sólo no rectificaron, sino que abundaron en la conspiración, en lo que podría definirse como "retórica de autogolpe". Podría parecer exagerado, pero en ésas estamos. En vísperas de que se conozcan nuevos informes de la UCO, Pedro Sánchez ha decidido echarse al monte y destruir la imagen de la Guardia Civil sin miramientos mientras le amenaza con una reforma del sistema judicial que dejaría las instrucciones en manos de la Fiscalía, lo que podría desactivar a la unidad, al igual que han hecho con la UDEF.

Cualquier persona que tenga ojos y oídos verá que este grupo de apandadores está entregado a la supervivencia y que camina con un machete de la mano, dispuesto a machacar a cualquiera que se cruce en su camino, a través de Leire o de quien se ofrezca a la tarea. El año pasado, después de enviar su famosa 'Carta a la ciudadanía', Sánchez emprendió una batalla contra la prensa crítica que todavía no ha parado y que ha contado con el sorprendente apoyo de sindicatos, asociaciones de la prensa y compañeros de profesión. Unos cuantos -con Intxaurrondo a la cabeza- llegaron a firmar un manifiesto "contra el golpe de Estado mediático y judicial" que afectaba al Gobierno de España.

Mortadelo y Filemón

Esos medios han contado en estos últimos días la existencia de un Watergate en el PSOE, con ínfulas de equipo de investigación, pero con maneras de Mortadelo y Filemón -con una especie de Ofelia a los mandos-; y estos medios han sido los que han desmontado un intento de transmitir, en la prensa afín, en la buena y legítima, que la UCO es una mafia.

Pese a las evidencias, el PSOE no ha rectificado, ni lo hará. El sanchismo funciona a la caraqueña en este sentido: su obsesión no es la de convencer a quienes ya tienen claro que esta gente libra una batalla contra los poderes cuyo fin último es apropiarse del Estado y perpetuarse en el poder, al más puro estilo peronista. A esa gente le dan por perdida. No así a los suyos, a los que inundan con toneladas de propaganda para mantenerles sumidos en una disonancia cognitiva que consiste en hacer creer que el principal peligro son "las ultraderechas", y no ellos mismos.

A la conspiración ya han sumado a la UCO. Previamente, a los pseudo-medios, los pseudo-sindicatos, los jueces y los opositores. La lógica de los dictatorzuelos es la de sumar poco a poco a ese grupo a toda asociación o particular que se oponga a sus planes, mientras se zampan las empresas públicas, Indra, Telefónica... y todo lo que sea menester. Habrá quien todavía piense que todo esto es jauja. Esperemos que sólo quede en un susto... de siete años. De lo contrario, que Dios nos pille confesados.

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