Israel ha necesitado doce horas para que se confirmara la larga lista de comandantes militares de los Cuerpos de la Revolucionaria muertos durante el ataque israelí de la madrugada del viernes. Mohammad Baqeri, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Irán; Hossein Salami, comandante en jefe de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC); Gholamali Rashid, subcomandante en jefe de la IRGC y Amir Ali Hajizadeh, líder de la Fuerza Aeroespacial de la IRGC. Ha descabezado en tiempo récord a la Guardia Revolucionaria casi al completo, salvo el general Ismail Qaani, que se desconoce si está vivo o muerto. Hay versiones contradictorias sobre su paradero.

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La decapitación de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica no es una cuestión baladí: su rol dentro de la estructura política de Irán es decisivo en muchas cuestiones domésticas y exteriores. Sobre el papel, la Guardia Revolucionaria depende del Ministerio de Defensa, y es parte de las Fuerzas Armadas iraníes, pero en la práctica rinden cuentas directamente del Líder Supremo de Irán, Alí Jameneí.

Su función es proteger el sistema político y son guardianes, como indica el nombre, de la Revolución Islámica de 1979. Este hecho les atribuye, o se atribuyen, unas competencias extraordinarias, y un estatus de organización paralela dentro del entramado político de Irán. Es hecho que ha levantado críticas como las del expresidente Mahmoud Ahmadinejad, quien desde que era presidente de Irán se queja de la interferencia constante de la Guardia Revolucionaria en la sociedad y las instituciones.

Durante la operación Días de Arrepentimiento, en octubre de 2024, Israel mermó la capacidad de producción de misiles de Irán, y se puso en evidencia las carencias de la protección de los sistemas rusos, y la escasa prevención de los iraníes. Ahora ha quedado aún más claro que no existe capacidad posible por parte de la República Islámica de proteger a las figuras más relevantes del sector militar.

En octubre de 2024 la Guardia Revolucionaria de Irán sí era consciente de que iba a ser atacada, pero este viernes no. Este detalle es importante porque significa que, a pesar de las advertencias sobre un posible ataque israelí sobre Irán, Israel ha logrado sus objetivos. Es más, Hizbulá se ha desmarcado de cualquier ayuda a Teherán antes incluso de que Irán hablara de venganza. Está claro que la influencia regional de Irán está debilitada. Tampoco se espera ninguna reacción de las milicias iraquíes financiadas por Irak, más allá del comunicado en el que dicen que abandonen el país las fuerzas estadounidenses.

El hecho de que la Guardia Revolucionaria haya aparecido vulnerable puede tener efectos a corto y medio plazo dentro de la política iraní. También la desaparición de figuras destacadas como el general Baqeri o el general Salami tendrán efectos. Por un lado, Jamenei pierde a dos figuras cercanas que le obedecían sin cuestionar cualquier decisión que tomara. Los dos generales se unieron a la Guardia Revolucionaria en 1980, durante la guerra entre Irak e Irán, un año después de la fundación el cuerpo por parte de Jomeini.

La Guardia Revolucionaria sirve como una guardia de corps del Líder Supremo. Desde esa posición bloquean cualquier reforma para quitarles poder o privilegios. Ahora, en pleno debate público sobre la sucesión de Jamenei, este cuerpo pierde relevancia en su papel de custodios de las esencias, y de las líneas intransigentes frente a cualquier aperturismo o reforma política.

Estos ataques contra infraestructuras y comandantes no provocarán una caída del sistema de la noche a la mañana, pero sí muestran su debilidad"

Debemos ser conscientes que estos ataques contra infraestructuras y comandantes militares no provocarán una caída del sistema de la noche a la mañana. Tampoco tendremos escenas de caos. La política iraní es extremadamente lenta, y como ejemplo podemos ver la propia revolución de 1979 que duró más de un año. Pero sí debe hacer reflexionar a las autoridades de su debilidad actual. Y más allá: están expuestos a más ataques sin aliados que los protejan ni capacidad propia para controlar sus efectos.

Toda esa retórica de la propaganda que desde la guerra de 1988 se repite una y otra vez de la invulnerabilidad, el temor de los enemigos a atacarlos y de su fortaleza inquebrantable, ahora se pone en evidencia una vez tras otra. Este desgaste institucional, de invertir en cosas que no sirven constantemente, como también de mimar a la Guardia Revolucionaria con privilegios sociales, mientras se recorta en los sectores públicos del bienestar, ha sido objeto de críticas en las últimas manifestaciones masivas de la comunidad iraní dentro y fuera del país. Son críticas que empezaron apuntando a la gestión ministerial, y terminaron señalando al Líder Supremo como responsable.

Así pues, doce horas sobre Teherán han tenido como consecuencia la destrucción de la dirección militar de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria, y de las primeras espadas del Líder Supremo Jamenei, así como la estructura de lanzamiento de misiles iraní. Más allá de la muerte de varios responsables del programa iraní, la infraestructura energética continúa intacta, de la misma forma que el resto de las infraestructuras del país.

Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, ha dicho que este ataque se lleva planificando desde octubre de 2024, cuando atacaron las bases de misiles. Es posible que estos ataques se alarguen algunos días, que veamos una respuesta iraní que venderá internamente unos efectos que distarán de la realidad. Se tiene que seguir la constante de lo que suceda dentro de Irán, pues la situación es crítica, y los ciudadanos son conscientes de ello.


Guillem Pursals es doctorando en Derecho (UAB), máster en Seguridad (UNED) y politólogo (UPF), especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado. 

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