El pasado 6 de agosto, el BOE publicó las sanciones a la empresa Grifols y a varios de sus consejeros por haber suministrado al mercado datos financieros inexactos o no veraces de varios ejercicios económicos por un total de casi 1,4 millones de euros. El tema es antiguo: a finales de 2023 Gotham publicó la noticia de la falta de fiabilidad de las cuentas de Grifols, provocando una importante caída en la cotización del valor. En septiembre de 2024 la CNMV abrió expedientes sancionadores tanto a Grifols como a Gotham y su matriz, el fondo General Partners, en este caso por manipulación de mercados, enviando incluso el caso a la fiscalía por si hubiese responsabilidades penales.

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Por ahora se ha cerrado el expediente a Grifols, pero no se sabe nada del de Gotham. Puede que siga abierto o que esté en suspenso dependiendo de lo que decida la fiscalía, debido a la preeminencia de la jurisdicción penal sobre la administrativa. O puede incluso haberse cerrado. Fue muy sorprendente que se abriesen expedientes tanto al denunciante como al denunciado: a este último porque la denuncia tenía visos de realidad, es decir, falta de veracidad en las cuentas, y al primero por si la denuncia era falsa y lo único que pretendía era una caída de la cotización de Grifols. Pero a los dos a la vez, no tiene sentido. La CNMV tuvo ocho meses para comprobar la información facilitada por Gotham y tenía que haber elegido entre uno u otro.

Después de haber sancionado a Grifols, sería sorprendente mantener el expediente a Gotham, pero puede ser. Como expliqué en otro artículo, cuando este tipo de analistas descubre una irregularidad toma una posición corta y, después, lanza un informe explicando la falsedad contable. Inmediatamente el mercado reacciona con una caída en la cotización, lo que aprovecha el analista recomprando las acciones que había vendido en corto, devolviendo el préstamo de valores y obteniendo un pingüe beneficio. Es decir, entidades como Gotham existen porque pueden ganar dinero con una operación de venta en corto, que para los que desconocen el funcionamiento del mercado de valores es pura y detestable especulación.

En todo mercado debe regir la confianza y la veracidad de la información financiera es imprescindible para ello. Las sociedades cotizadas deben cumplir una serie de requisitos:

–Seguir unas normas contables determinadas en la presentación de los estados financieros, el reconocimiento y medición de activos, pasivos, ingresos y gastos y la información adicional. Son las NIIF (normas internacionales de información financiera) aplicables en Europa.

–Auditar las cuentas. Además, las sociedades cotizadas utilizan los auditores de más prestigio.

–Tener dentro del consejo de administración un comité especifico de auditoría.

Como refuerzo de la importancia de la información financiera, los supervisores de los mercados de valores cuentan con departamentos específicos para vigilar la contabilidad de las sociedades cotizadas.

Pero puede que todo esto no baste. En este caso el mercado es eficiente y busca la manera de defenderse con entidades como Gotham que persiguen las posibles irregularidades, aflorándolas cuando las detectan. La CNMV debería reconocer su valor en vez de atacarlas con expedientes sancionadores y envíos a la fiscalía. Puede que este tipo de entidades dejen de trabajar en el mercado español y la próxima vez triunfe el que manipula sus cuentas.

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