Cuenta la exmujer de José Luis Ábalos que Koldo García pasó mucho tiempo en su casa mientras su marido era ministro de Transportes. Tal es así que, algunas veces, ella salía de la habitación en camisón y le encontraba por allí, como quien no quiere la cosa. Su presencia le desagradaba, pero ya se sabe que la convivencia genera complicidades que muchas veces son involuntarias, de ahí que, un buen día, ella mantuviera una conversación con, Joseba, el hermano de Koldo, en la que le realizó una confesión inquietante. Digamos que fue una descripción detallada del método que utilizaban los García “cuando querían fastidiar a alguien”. Consistía en hacerle la vida imposible hasta que se desesperaba. "¿Hasta el suicidio?", ha preguntado el presentador, Santi Acosta, tras escuchar esta frase, ante lo que ha obtenido una mirada como respuesta.

PUBLICIDAD

España estuvo gobernada durante un tiempo por esta gente y lo peor es que nada hace pensar que algunas criaturas que llegaron a continuación utilicen métodos muy distintos, como demuestra el caso de Leire Díez; o, a otra escala, el de algún que otro periodista que incluso ejerce de correveidile dentro de guerras sucias contra jueces, fiscales y opositores. Puestos a sospechar, puede hablarse incluso de jueces y de presidentes, con y sin el prefijo -ex.

Lo de esta noche iba de Ábalos y de personajes de su entorno, como Koldo, a quien Carolina Perles ha definido este lunes en Telecinco como “un matón” y “un portero de puticlub”. Alguien a quien -según asegura- Santos Cerdán encargó que realizara un marcaje en corto a José Luis Ábalos para vigilar su actividad y la de su entorno. Alguien que llegó a ejercer de consejero de Renfe Mercancías, a organizar la agenda del número 2 de Pedro Sánchez, a despachar con ministros y empresarios; y a organizar la cuestión de las chicas.

"Menudo marrón tengo encima"

Hubo un día, al principio de la pandemia, con cientos de cadáveres en las morgues y millones de ciudadanos confinados, en el que Koldo García se encontraba en la misma dependencia que Víctor de Aldama en el ministerio, después de despachar con Javier Hidalgo (Globalia). En un momento, entró en la habitación Ábalos y confesó que “tenía encima un buen marrón” encima, dado que le habían encargado la compra de varios millones de mascarillas y no sabía por dónde empezar.

Aldama se ofreció a realizar aquel servicio y entregó una comisión -él lo ha confesado- a cambio de recibir los contratos. Su “vena patriótica” le llevaba a repudiar a esos dos hombres por querer trincar en un momento en el que peligraban “millones de vidas”. Ellos no tenían tantos remilgos, según él. “Koldo cobraba por todo”, ha denunciado Aldama. Y ha agregado, a continuación: “He podido pagar 2 ó 3 millones de euros en comisiones a Ábalos”.

Es importante señalar que Ábalos ha negado todo esto por activa y por pasiva, como el niño al que descubren con las manos llenas de crema y echa la culpa al gato de comerse el pastel. Algo así hizo con el aterrizaje de Delcy Rodríguez en Barajas, para la que tenían preparado un plan durante su estancia en España, tal y como descubrió la UCO y como ha sugerido Aldama. A los medios que publicaron esto les acusaron de mentir. Hoy el PSOE hace lo mismo, aunque sin control de daños. Con todo por fuera del pantalón. Hoy el presidente despotrica contra jueces e investigadores, habla de una conspiración y, cuando ve que no le basta, la emprende contra Israel.

Presuntas prostitutas

Estaba anunciado también para esta noche que la exesposa de Ábalos iba a hablar del asunto de las chicas. De las velinas sacadas de catálogos de prostitutas. De las que se enrollaban “que te cagas”. A ellas ha dedicado el programa de Santi Acosta la parte central del primer programa, que, por cierto, ha sido el primero de un serial sobre Carolina Perles -la nueva Mayte Zaldibar-, con el que Mediaset aspira a reconquistar la audiencia perdida a través del género de moda: el infoentretenimiento. El que combina noticias con espectáculo. El sustituto natural de Sálvame. El que ha podido heredar esa posición gracias a que la política nacional ha sido tomada por personajes de tan baja estofa como Ábalos, como Koldo García o como algún otro que hoy anuncia que quiere abolir su prostitución cuando su suegro se dedicaba al negocio y todavía colea por ahí lo del ático de Muface. Ya saben.

Al ver las imágenes de estas chicas en lencería, a uno se le viene a la cabeza aquel eslogan que usó el PSOE cuando llegó al poder y habló de “poner en el centro de todo a la mujer”. Lo digo porque hoy se enfrenta a publicaciones sobre los locales de alterne de la familia política del presidente; o a testimonios como el de la exmujer de quien fuera su lugarteniente, que ha llegado a relatar este lunes que descubrió la afición por el resto de las mujeres del mundo de Ábalos a través de su hija pequeña, quien abrió un ordenador y encontró múltiples carpetas con fotografías y un arsenal de pornografía. “Él dijo que lo veía para relajarse”, ha expresado.

Cuando la hija de Ábalos descubrió carpetas con pornografía, él se excusó. Dijo que veía todo aquello "para relajarse", según ha relatado su exmujer

Perles también ha hablado de sobres con mucho dinero en metálico, de pastillas de viagra que encontró entre las pertenencias de Ábalos, de un correo que halló su hijo en un teléfono móvil, remitido a una tal Jésica -prostituta y, a la postre, empleada de la empresa pública Ineco- y de la promesa que le hizo su marido, que era la de trasladarse al famoso apartamento en el Paseo de la Castellana -de lujo- cuando dejara de ser ministro.

Convendría recordar que, según sospecha la UCO, este último momento pudo producirse porque Santos Cerdán descubrió que Ábalos y Koldo estaban haciendo algún que otro trabajo al margen del partido. Incluso podría advertirse que, tal y como publicó El Mundo, Pedro Sánchez escribió un mensaje a su exnúmero 2 unos meses después de su cese en el que apeló a la amistad, a la concordia... y a todo lo vivido.

El exministro ha intentado paralizar la emisión del documental por la vía judicial de forma infructuosa, en la que constituye su enésima acción judicial para defenderse o para intentar frenar publicaciones sobre lo evidente. Ya ha dicho en algunas ocasiones que se considera una víctima y conviene subrayar este testimonio, que coincide, por cierto, en algunos términos, con el que han adoptado Pedro Sánchez y su entorno para referirse a los ataques que sufre el presidente por parte de opositores y de exaltados. Podría decirse que aprendió de los mejores.

PUBLICIDAD