Tengo pocas dudas de que, en el futuro, cuando los españoles recuerden lo que sucedió estos años en su país, sufrirán el típico espasmo pubococcígeo que sobreviene cuando se siente vergüenza ajena. Los padres enseñarán a sus hijos los vídeos de Begoña Gómez, en los que explica la cuestión de “la transformación social competitiva”, y les dirán que, algún día, esos españoles conformaban la élite nacional. Sucederá lo mismo con los programas de RTVE, la corporación, o mejor dicho, la corporació, heredera moral de la TV3 de Alfons Quintà y Vicent Sanchís -ojo a los personajes- y convertida estos días en banco de pesca para los amiguetes, lugar de engorde de algún sindicalista, hoy directivo, a 135.000 euros la anualidad, y espacio de propaganda continuada para el Gobierno de España.
Hay que decir que sus servicios informativos han mejorado en agilidad. Hace unos años, cuando Susana Díaz y Pedro Sánchez batallaban por el control de Ferraz en jornada sabatina, sus directivos -colocados a dedo por el PP- fueron incapaces de organizar un especial informativo para realizar un seguimiento de aquel cisma. Ese día, Concha Velasco presentó en Cine de barrio una película de Manolo Escobar, mientras Koldo hacía de las suyas en la sede del partido. Ahora, todo es muy distinto: el domingo, había equipos de TVE en los principales puntos calientes de la capital madrileña y se organizó una mesa de información y debate pocos minutos después de que los manifestantes -aprovechando la transición de la retransmisión de La 2 a La 1, ya es casualidad- obligaran a neutralizar la carrera.
Poco antes de que eso ocurriera, se escuchó a Carlos de Andrés vocear, en segundo plano, a micrófono cerrado o medio abierto. Hablaba con alguien sobre la relevancia de lo que estaba sucediendo en las calles de Madrid, sin que se sepa con quién ni el porqué. Como estaba ocupado en esa cuestión, Pedro Delgado tomó el mando de las operaciones y pronunció una serie de palabras que le han valido el calificativo de “fascista”. Tampoco es que sea difícil que a uno se lo adjudiquen hoy en día, pero a Pedro, Perico, el ciclista simpático, el Jesús Calleja del deporte de las dos ruedas, campechano, locuaz, el de la eterna historia de su ascensión heroica al Galibier, escuchada mil y una veces en julios tórridos, nunca le había tocado.
Las críticas de Perico
Lo que sucede es que se atrevió a criticar a los partidos políticos que habían avivado esas protestas. También a los ciudadanos que no respetan a los deportistas, ni a quienes consideran inoportuno que se paralice una carrera ciclista para expresar su oposición a que el equipo Israel Premier-Tech participe. Pidió respeto, no dijo más, pero como se manifestó en una línea contraria a la que le conviene a la izquierda nacional, le sacaron cantares e incluso hubo quien se remontó 45 años atrás para recordar aquella historia de que llegó tarde a una contrarreloj. La conclusión es clara: no defiendes lo que te proponemos porque eres tonto.
Fue especialmente significativo que el realizador de TVE diera paso a la publicidad cuando a Perico se le calentó la boca ante las imágenes de los protestantes. Para la historia quedará la imagen del anuncio del jamón york, metido con calzador, con el mismo desparpajo con el que se censuró a Javier Krahe por aquello del Cuervo Ingenuo. Al terminar los anuncios, el tono de los comentaristas era diferente. Más pausado y sedoso.
A los pocos minutos, conectaron con Marc Sala y su mesa de tertulianos. Nadie se mostró allí crítico con la forma en la que el presidente del Gobierno había legitimado esa misma mañana lo que pasó con posterioridad. Lo que todo el mundo esperaba. Desorden, lanzamiento de vallas, cargas policiales, sentadas y batukadas. Hubo manifestantes que fueron al cuerpo a cuerpo con los corredores. Pudo pasar algo mucho peor. ¿Le hubiera venido bien a Pedro?
Episodios anteriores
Escribía hace unos días el autor del mejor blog de ciclismo -Ciclismo2005- que los corredores de este deporte están especialmente expuestos a la acción de los vándalos, lo que convertía La Vuelta en una ocasión perfecta para consumar alguna protesta de este tipo. España es un país de tribalismos catetos, a cada cual más, así que en el pasado ya se habían registrado episodios penosos en Cataluña, País Vasco o Canarias. Lo que sucede es que en 2025 se han batido los anteriores registros. Para protestar contra Netanyahu se ha extorsionado a los ciclistas. La mayoría de ellos ni siquiera eran israelíes.
Sobra decir que la acción de los manifestantes está dirigida. Es institucional y convenida. No tiene nada de rebelde ni de improvisada, lo cual no deja de ser llamativo, dado que desde el espacio político desde el que se organiza todo esto hace tiempo dejaron de prestar atención a cuestiones como la del pueblo saharaui, que sufre constantes abusos y vulneraciones de derechos humanos por parte de la monarquía marroquí; así como inexplicables trabas administrativas en España, como puede testimoniar cualquier abogado que esté implicado en la cuestión.
Tampoco parecen preocuparle a los convocantes la participación en la prueba del UAE, equipo-Estado de Emiratos Árabes Unidos y, por tanto, representante de un lugar que es responsable directo de la crisis humanitaria en Yemen o, como sospecha Amnistía Internacional, de la provisión de armas a los rebeldes de Sudán. Un país, por cierto, que es casi vecino de Bahréin, que también dispone de un equipo ciclista y donde no son infrecuentes las detenciones arbitrarias, la restricción de la libertad de expresión y derivados.
Esto no quita hierro a la situación de Oriente Medio y de la Franja de Gaza, donde han muerto miles de inocentes desde el origen del actual conflicto, que data de los días posteriores al 7 de octubre de 2023, cuando cientos de israelíes fueron asesinados por bárbaros, al igual que sucedió durante las intifadas o durante las múltiples acciones terroristas que se han registrado, en 80 años, en territorio israelí, en embajadas o en los Juegos Olímpicos de Múnich. ¿Son víctimas menos relevantes las israelíes que las palestinas? En absoluto; y sólo quien tenga manías u ojos ciegos puede llegar a justificar la crisis humanitaria y las acciones arbitrarias que se han documentado en Gaza.
Acción coordinada
¿Por qué entonces este conflicto ha motivado estas protestas, pero no sucede lo mismo con los nuevos órdenes de Afganistán y Siria -este último, aliado de Occidente en su toma del poder, en un error mayúsculo-, con los diversos conflictos africanos, con Myanmar o con la violencia en México o en Ecuador? La respuesta es sencilla: porque el PSOE necesita volver a movilizar el espacio que se halla a su izquierda, muerto desde hace unos cuantos meses y representado por un grupo de personas tan desgastadas como Yolanda Díaz, el ministro Urtasun o Irene Montero, además de por aliados en decadencia, como los republicanos catalanes.
El PSOE necesita volver a movilizar el espacio que se halla a su izquierda. Eso explica lo que pasó el domingo en Madrid.
Ante esta perspectiva, los socialistas se han empeñado en tocar la flauta para despertar la serpiente, que baila erguida delante del hipnotizador, un tipo osado al que se ha entregado el PSOE sin debate interno relevante. La izquierda librepensadora que ahora piensa en Gaza, pero se olvida de las mujeres de Irán -HispanTV-, de los musulmanes de Birmania y China o de los civiles de Kiev, dado que ya se sabe que desde México D.F. o desde Ferraz se aprecian mejor unas cuestiones que otras.
Podría abordarse también la cuestión de que se extorsione de esa forma a los participantes en una carrera. ¿Hasta qué punto tú, como ciudadano, estás en condiciones de impedir que otro realice otro ejercicio con libertad, si no vulnera ninguna ley ni ordenanza? La actitud es la misma que se emplea al tildar de “fascista” a quien simplemente disiente. Es intolerante y vandálica. Y es la que definió como pacífica y modélica el delegado del Gobierno en Madrid hace unas horas…, con una carrera suspendida y con 22 policías heridos. El Ejecutivo, que no cortó lo de ayer, y que incluso lo avivó, es responsable de no proteger a sus funcionarios.
Esperemos que las encuestas que manejan en Moncloa no adviertan de una mejoría en los sondeos como consecuencia de estos sucesos. De lo contrario, Pedro Sánchez celebrará que se incendien las calles. Al presidente no le importan los pobres gazatíes, como tampoco el ciclismo, ni el daño que generan en el poder judicial sus palabras o la merma de la confianza en las instituciones -a un lado y al otro- como consecuencia de su actitud irresponsable y frentista. Él quiere mantenerse en el Gobierno, a costa de lo que sea: de la convivencia, del ambiente familiar, de la neutralidad institucional o de la propia estabilidad del sistema.
Mientras tanto, Ruiz, Cintora y desde hoy Flitch y Gonzalo Miró, contribuyen desde La 1 a mantener la tensión y resucitar a la izquierda del 15-M, que hiberna en alguna parte. El próximo paso es obligar a RTVE a que renuncie a participar en Eurovisión si se mantiene Israel en el certamen. De momento, la Unión Ciclista Internacional ya ha preguntado si es prudente que el Tour de Francia comience la próxima edición en Barcelona. Es todo un auténtico dislate.
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1 Comentarios
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hace 60 minutos
En la ristra de ejemplos de paises que ha propuesto el Sr. Arranz se le ha olvidado uno muy relevante. Rusia ha sido expulsado de las competiciones deportivas, incluso de las Olimpiadas, y de Eurovision. No se aceptaria que un equipo ruso, aunque no tuviera integrantes rusos, participara en La Vuelta. Este ejemplo, tan pertinente, lo ha omitido el Sr. Arranz simplemente porque destroza la tesis que expresa en su articulo.
Si, Sr. Arranz, hay razones de muchos muertos y de mucha violencia, para que Israel sea expulsado de todos eventos deportivos, culturales y de todo tipo.