A Volvo le tomó varios años asumir la necesidad de un cambio de rumbo. Tras un largo periodo de deterioro de resultados y márgenes, la compañía anunció en 2014 un ambicioso plan de reestructuración que tomó un nuevo impulso al año siguiente con el relevo de su director ejecutivo, Olof Persson, por Martin Lundstedt, hasta entonces responsable del grupo rival Scania.

Contenido Exclusivo para suscriptores

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

¿Ya estás suscrito? Identifícate aquí