Ingeniería o infraestructuras. Concesiones, servicios o industrial. Al mirar en el interior de Sacyr se observan tantas patas que resulta muy difícil calificar al que, casi más por tradición que por su realidad actual, se sigue etiquetando de grupo constructor.

Esta dificultad para comprender todo lo que encierra el grupo en sí no es exclusiva del público común. A los propios analistas que cubren el negocio de Sacyr les cuesta en ocasiones calibrar todo el valor que se incluye en cada una de sus distintas ramas. Por eso, son muchos los que han agradecido el ejercicio de transparencia realizado por la empresa que dirige Manuel Manrique este martes, al celebrar un Día del Inversor enfocado en su negocio de concesiones. Y los réditos de este ejercicio no se han hecho esperar: en sólo dos sesiones sus acciones han remontado cerca de un 8,5%.

"De nuestras conversaciones con inversores deducimos que parte del mercado valora este negocio a 1,0/1,3 veces y tras esta presentación creemos que hay buenos argumentos para que el consenso sea revisado hacia la parte alta del rango o que incluso lo supere", explicaban los analistas de Banco Sabadell. Y, efectivamente, firmas como Alantra o Kepler se han apresurado a elevar sus estimaciones sobre la compañía, después de que esta exhibiera un conjunto de unos 44 activos, 30 de ellos en operación y 14 en construcción, repartidos en diez países diferentes y a los que otorga una valoración cercana a los 1.800 millones de euros.

Las acciones de Sacyr han repuntado casi un 8,5% en dos sesiones, tras presentar al mercado su negocio de concesiones

"Valoramos positivamente el esfuerzo de transparencia realizado por Sacyr, así como su estrategia de concesiones, la integración vertical, el enfoque en proyectos medianos y de bajo riesgo en los países centrales y el objetivo de vender activos para reducir la deuda y captar capital para nuevos proyectos", observan los analistas de Alantra.

Poner en valor este negocio puede representar un importante impulso para el grupo de Manuel Manrique. No en vano, los analistas de CaixaBank BPI señalan que, tomando como base los 1.800 millones de valoración ofrecido por la propia Sacyr, valorando en unos 250 millones la participación del grupo en Repsol y restando los 860 millones de deuda corporativa (tras la venta de activos en Chile) se alcanzarían los 1.100 millones de capitalización a los que arrancaba la compañía la sesión de este miércoles. Esto supondría, implícitamente, valorar a cero las restantes unidades (construcción, servicios e industrial), que generaron un Ebitda en 2018 de 176 millones.

Pero lo cierto es que los analistas no han comprado sin más las cifras ofrecidas por el grupo inversor, sino que, por lo general, ofrecen unas valoraciones de la división bastante más reducidas, al ajustarlas por riesgos. Uno de los casos más notables es el de la Superestrada Pedemontana Veneta (SPV), una autopista ubicada en la región italiana de Veneto, en la que Sacyr cuenta con una participación del 49%, y que los expertos consideran la "joya de la división" de concesiones.

La valoración que da el mercado a la SPV, la joya de la división, irá aumentando según se acerque a su total puesta en marcha, en 2021

Sobre este activo, los analistas de Sabadell observan que, "en nuestros números actuales, la SPV valdría, una vez terminado el proyecto y si no asumimos sobrecostes, 1.259 millones de euros, por lo que la parte de Sacyr (el 49%) podría valer 617 millones de euros, equivalente a 1,08 euros por acción " y explican que, a día de hoy, "atribuimos a este activo un valor de 271 millones de euros o 0,48 euros por acción (el 16% de nuestro precio objetivo)", una diferencia que atribuyen al riesgo de ejecución de la obra, que está previsto que se finalice a inicios de 2021. Por eso, creen "este activo debería ir aumentando su peso en la valoración según va avanzando la obra".

En cualquier caso, estos riesgos no impiden lecturas positivas como las que hacen en CaixaBank BPI, donde indican que "el incremento de la visibilidad de la unidad de concesiones y, particularmente, la confirmación del flujo de dividendos de las concesiones proyectado por el grupo debe converger gradualmente al alza la percepción de la valoración del mercado así como disminuir las preocupaciones por el endeudamiento y la capacidad para financiar el crecimiento de la cartera".

Éstas son, no obstante, las principales rémoras a las que aún debe enfrentarse una compañía que ha salido de la reciente crisis aquejada por una elevada deuda y excesivamente dependiente de los vaivenes bursátiles de su participada Repsol. "No estamos cambiando nuestra visión cautelosa sobre Sacyr, ya que seguimos preocupados por el apalancamiento corporativo (3,5 veces de deuda/ Ebitda es demasiado alto) y la vulnerabilidad ante posibles contratiempos en Repsol y Panamá", advierten en Alantra.

Parece claro que la historia que Sacyr ha contado a los mercados sobre su división de concesiones ha gustado. Su poder para animar al valor a largo plazo dependerá de que demuestre estar basada en hechos reales.