Sería la envidia de Mariano, la solución a sus desvelos. El bloqueo sin fin en el que ha incurrido el proceso de designación de presidente no tendría cabida si se aplicara el procedimiento establecido en Euskadi desde 1980 y que proclamará a Urkullu lehendakari en el plazo de apenas dos meses. En él no cabe votar en contra, ni bloquear a un candidato a la presidencia con un no, tan sólo contrarrestarle con un candidato alternativo capaz de recabar más apoyos expresos, de viva voz, que él. Y en el caso del PP, eso obligaría a que Sánchez se convirtiera en un candidato de consenso capaz de recabar el apoyo expreso, de todos los demás, sin abstenciones.

Cuando Urkullu afirmó a comienzos de agosto que Euskadi tendría gobierno antes que España sabía que el sistema de elección del Parlamento Vasco lo facilitaba. Tras los resultados electorales la previsión parece que está más cerca de cumplirse. El calendario, los resultados electorales y el sistema de elección corren a favor de su predicción. Urkullu podría ser proclamado lehendakari la segunda quincena de noviembre. Además de su holgada victoria, de su variado abanico de opciones para gobernar, bien en solitario, bien en coalición o bien con acuerdos de legislatura, el PNV cuenta con la baza de un sistema parlamentario de elección ‘antibloqueo’ de lehendakari. Este mecanismo impediría que en el País Vasco se repitiera el escenario que imposibilita a nivel nacional la elección de un presidente desde hace nueve meses. La elección del candidato del PNV está asegurada. Tan sólo una opción, muy improbable, podría frenarla: un acuerdo a tres bandas entre el PSE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos para consensuar un candidato.

Sólo un acuerdo entre el PSE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos podría frenar la elección del candidato del PNV

El sistema de la Cámara de Vitoria no permite votar en contra de un candidato, sólo cabe el voto a favor o la abstención. Al pleno de elección de lehendakari puede concurrir cualquier formación con representación en el Parlamento, bastaría con que tuviera un solo representante. Entre los candidatos que concurran, una vez presentadas sus propuestas programáticas, se someterán a votación del Pleno. En primera vuelta se requerirá mayoría absoluta de apoyos -38 de 75- y mayoría simple en segunda convocatoria, que debería celebrarse 24 horas después. Para evitar bloqueos no sólo se prohíbe el voto en contra sino que se obliga a expresar el voto de manera nominal y a viva voz, pronunciando el nombre del candidato, para despejar así tentaciones de acuerdos ocultos entre partidos. Legalmente la Ley de Gobierno 7/1981 de 30 de junio fija un plazo máximo para el proceso pero históricamente en Euskadi se ha culminado en poco más de dos meses. Si convocado el pleno en 60 días no se hubiera podido elegir lehendakari la cámara se disolvería y se convocaría nuevas elecciones, algo que nunca ha sucedido.

La pasada legislatura Urkullu fue proclamado sólo con los votos de los 27 representantes del PNV, en un pleno en el que confrontó su candidatura con la de la entonces candidata de EH Bildu, Laura Mintegi, que recibió el voto favorable de su partido (21). No se descarta que en esta ocasión también la izquierda abertzale presente candidatura para visualizar su condición de líder de la oposición y de “alternativa” al PNV. Sin embargo, el amplio margen del que ahora goza el PNV le permitiría proclamar a su candidato sin necesidad de recabar el apoyo expreso de ninguna otra formación. Bastaría con la abstención de PSE y PP. Ni siquiera un hipotético candidato alternativo apoyado por EH Bildu y Elkarrekin Podemos le haría sombra, ya que lograría el respaldo de 28 parlamentarios, uno menos que el PNV.

En 2009 el PSE, pese a no ser la fuerza más votada –venció el PNV de Juan José Ibarretxe las elecciones con 30 parlamentarios- accedió a la Lehendakaritza. Lo hizo al recabar su candidato, Patxi López el apoyo del PP y UPyD y completar una mayoría absoluta que anuló las opciones de Ibarretxe, pese a que fue aoyado por EA y Aralar.

Calendario

A partir de ahora, el calendario del proceso que llevará al PNV de nuevo al poder se activa. Desde el viernes y hasta el 4 de octubre se abre el plazo para la proclamación de los resultados electoral por parte de la Junta electoral y al que seguirá un plazo de dos semanas para la presentación de reclamaciones. Este punto adquiere especial relevancia en este caso por la incidencia que pueda tener el voto por correo en la asignación del último escaño por Vizcaya. Se trataría del escaño número 29 para el PNV y determinante para conformar una mayoría estable con los 9 del PSE, la fórmula más probable. Hasta última hora de anoche se lo disputaban EH Bildu y el PNV por una diferencia de apenas 80 votos, un escaso margen que obligará a vigilar con celo el escrutinio del voto por correo.

Finalizado este plazo se abre el periodo de acreditación de los parlamentarios. Una vez completen el proceso al menos 25 de ellos, un tercio del hemiciclo, la presidenta de la diputación permanente, Bakartxo Tejería, convocará el pleno de Constitución de la XI legislatura en un plazo máximo de dos semanas. El primer pleno será de designación de la Comisión Provisional de Incompatibilidades y el segundo de ratificación de la compatibilidad de sus señorías. No será hasta el tercer pleno cuando los posibles candidatos a lehendakari presente sus propuestas y el Pleno proclame lehendakari. Una vez elegido, por el Parlamento la presidenta formalizará la proclamación que deberá ser firmada por el Rey.