La fase de expansión de los activos de riesgo continúa apoyada por las expectativas de un fuerte crecimiento económico y por la confianza en que los bancos centrales no retirarán, de una forma drástica, las medidas de estímulo implementadas. Las valoraciones de los mercados de capital siguen mejorando y los índices están retornando a pautas propias de los mejores ciclos económicos vividos, los de los años 80 y 90.

El crecimiento mundial también está remontando y la tranquilidad de las empresas se está expandiendo a todas las regiones, con la Unión Europea a la cabeza, incluso por encima de los Estados Unidos. La actividad económica de los países emergentes es constante y China está consiguiendo equilibrar sus sectores industriales en crecimiento.

Los índices están retornando a pautas propias de los mejores ciclos económicos

Conforme el ciclo económico torna a maduro, la inflación está al alza en los países desarrollados acercándose poco a poco a los objetivos de los reguladores internacionales. Por lo tanto, veremos cómo los bancos centrales irán, poco a poco, retirando las medidas de estímulo con una agenda que tiene en cuenta las necesidades específicas de cada una de las regiones. Esta gradación ha creado un buen marco de actuación para los mercados de capital, además de justificar las continuas subidas de los tipos de interés con vistas al largo plazo.

Las empresas, por su lado, se están beneficiando de este entorno favorable, lo que se refleja en sus facturaciones y en el balón de oxígeno que les supone no estar muy limitados por el precio del capital. A pesar de ello, los aumentos de los salarios y de los precios de las materias primas limitarán la expansión de los márgenes, si bien es cierto que éstos están en máximos históricos en Estados Unidos, al contrario de lo que sucede en Europa o Japón donde todavía tienen margen.

Para mantener los niveles actuales, los resultados deben sorprender en positivo

Las altas valoraciones de las carteras reflejan mejoras reales, pero, para mantener los niveles actuales (especialmente en Estados Unidos) los resultados financieros de las compañías deberán sorprender positivamente a los mercados. Paralelamente, es importante que la nueva política económica de Estados Unidos continúe apoyando nuevos incrementos de los beneficios. Al otro lado del Atlántico, la imprevisible actualidad política de la Unión Europea puede provocar un nuevo clima de crisis similar al vivido entre 2010 y 2012.

Todos estos factores, por lo tanto, deben ayudar a los mercados a ser realistas. El denominado “precio de la perfección”, desde la perspectiva del capital, tiene que guiarse por la futura trayectoria de las ganancias y el crecimiento, a no ser que queramos volver a vivir otra burbuja en los mercados.


Patrice Gautry es economista jefe de UBP