Mauricio Casals era un profesor de Derecho en la Universidad de Barcelona, hace ya varias décadas, y poco a poco se convirtió en un hombre que se paseaba con la misma comodidad por los pasillos del Ibex que por los de Moncloa, sin importar demasiado quien fuera su ocupante. Esa tendencia, en cualquier caso, se acentuó con la llegada a la regia vivienda de Mariano Rajoy, sobre el que ha ejercido importante influencia.

Esa influencia no le ha servido para esquivar la actuación de la Justicia. La Unidad de Delitos Económicos y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional le ha relacionado con un supuesto caso de subvenciones irregulares para la empresa Zed en los Ministerios de Industria y Economía, en las que Casals hizo las veces de conseguidor.

Según las investigaciones, entre 2011 y 2015 Zed, propiedad de los Pérez Dolset, recibió hasta 70 millones de euros mientras sus directivos vaciaban su caja. Precisamente el Grupo Planeta era uno de los mayores accionistas de Zed, pues entró en su capital adquiriendo el 20% de los títulos de una firma que llegó a valer 1.500 millones de euros y que ahora está en liquidación.

No es la primero vez que tiene que lidiar con los Tribunales. Casals fue imputado en la operación Lezo, en la que los jueces le citaron a declarar por unas supuestas coacciones sobre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. En los tribunales declaró, junto a Francisco Marhuenda, que nunca tuvo la intención de coaccionar a la popular. El magistrado terminó por archivar el caso de forma rápida.

Primeros contactos con el periodismo

Con 68 años, y criado en el mundo editorial, sus primeros contactos con el periodismo llegan de la mano del histórico Luis María Ansón, que cuando era director de ABC decidió que los Juegos Olímpicos de Barcelona bien merecían abrir una delegación en Cataluña. En ella trabajaría Casals, siempre como asesor externo pero con despacho y mando en plaza.

Seis años después de los Juegos, Luis María Ansón deja la dirección de ABC y crea La Razón, con la idea de que sea la gran referencia de la derecha en España. Con él se lleva a su hombre de confianza, que empezará a ocupar el cargo de director general. De nuevo ejerciendo en las sombras, Casals es una pieza vital para, cuando los números no terminan de cuadrar, atraer el capital del Grupo Planeta al accionariado de La Razón.

Con el respaldo de tener despacho en el periódico dirigido todavía por Ansón, Casals empieza a tejer una red que pasa por todos los partidos y por todos los poderes, sin importar demasiado el color. Su especialidad es conectar personas, relajar tensiones y poner a todo el mundo de acuerdo. Siempre en los intereses de sus muchos amigos y en detrimento de sus pocos, pero fieles, enemigos.

Precisamente fueron esos enemigos los que le apodaron, de forma despectiva, como el Príncipe de las Tinieblas, por su capacidad para operar aquí y allí sin que su nombre apareciera en ningún sitio.

En 2008, cuando su poder era ya muy grande, recibe un severo golpe de los que creía que eran sus mayores aliados. La cúpula directiva abandona en bloque La Razón para ocupar la dirección de ABC, en un movimiento que realizan a espaldas del propio Casals y con temor incluso a que él descubriera el pastel antes de tiempo.

Valedor de Marhuenda

La traición no le hizo demasiada mella. Se recuperó rápidamente con un poderoso golpe de mano. Trajo a Madrid al delegado de La Razón en Barcelona y le asignó el bastón de mando del diario en los peores momentos de la crisis de la cabecera. Francisco Marhuenda era su hombre de confianza en la Ciudad Condal y le colocó al frente de la redacción y, poco a poco, terminó por ser uno de los periodistas más conocidos de España.

La muerte de José Manuel Lara Bosch en 2015 no afectó a su trabajo. De hecho, su influencia sobre el nuevo presidente de Planeta y Atresmedia, José Creuheras, es grande, tras mover sus hilos para que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) terminara por dar luz verde a la fusión entre Antena 3 y La Sexta.

Ni siquiera una larga enfermedad ha provocado que Casals pierda el toque. Muchos han sido a los que ha ayudado y todos ellos comparten una opinión: su capacidad para mezclar el puño de hierro y el guante de seda le ha hecho una de las figuras más importantes de los pasillos donde de verdad se hunden empresas o se levantan imperios. Y eso sin ocupar un titular, hasta ahora, un titular. El Príncipe de las Tinieblas sale a la luz.