El Ministerio de Exteriores ha cerrado cuatro de las 14 "embajadas" de la Generalitat por el mundo. Este lunes pidió las llaves de las representaciones en Ginebra, Roma y Santa Sede, Viena y Lisboa. La elección responde a que ninguna de ellas tenía otra actividad que no fuera netamente política.

El departamento de Alfonso Dastis se puso en contacto ese día con los delegados que estaban al frente de cada una de ellas a los que comunicó también la rescisión de sus contratos al tratarse de puestos de confianza de alta dirección con los que no había más compromiso laboral. Todos ellos dejaron su cometido "sin dar ningún problema", han informado a El Independiente fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Todavía quedan otras 10 delegaciones que combinaban actividad política y comercial. La política se ha eliminado, pero las sedes permanecen abiertas por su labor económica -que desarrollan muchas otras comunidades para promocionarse en el extranjero- aunque todas y cada una de sus competencias se han cedido al consejero de turno de las embajadas de España en cada país, bien sea en Bruselas, que era la legación más potente, Washington, Berlín, Londres y hasta Zagreb. De los gastos corrientes de sostenimiento de esas sedes, como agua, luz y gas se ocupa el canciller de la embajada.

París y Londres son los siguientes destinos de Dastis, donde mantendrá contactos con prensa de ambos países

Además, el titular de Exteriores ha incrementado su actividad exterior tras la huida del ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont y de cinco de sus antiguos consejeros a Bruselas.  El hecho de que Puigdemont se haya desplazado al corazón de la Europa comunitaria creó un profundo malestar en el Gobierno, aunque Dastis, en contacto con su homólogo belga el pasado lunes, confirmó que no existía ningún tipo de cobertura de este país a la espantada del catalán.

Antes de ese capítulo esperpéntico, Dastis se desplazó el lunes y martes de la semana pasada a Estrasburgo donde se entrevistó con las autoridades comunitarias y con distintos Grupos Parlamentarios, aunque estaba muy lejos de imaginar que el ex president tuviera en mente "internacionalizar" el conflicto que ha creado en Cataluña presentándose casi como un refugiado político. El titular de Exteriores también ha pasado por Berlín y este jueves tiene como destino París, con otro viaje a Londres en agenda. Tanto en la capital francesa como en la del Reino Unido, mantendrá contactos con prensa de ambos países.

Medios que habían mimado al independentismo compararon la rueda de prensa de Puigdemont con una "discoteca sudorosa"

El objetivo no es otro que "contrarrestar el relato secesionista", tan impactante como irreal -sólo hay que ver las afirmaciones, muchas de ellas, delirantes, del ex president sobre la violencia y persecución política- pero que, hasta hace  no mucho se han vendido con cierta fortuna a la prensa de los países de nuestro entorno. No obstante, desde Exteriores matizan que los independentistas "han mentido mucho y a muchos y les han pillado. Eso no se perdona en la prensa europea. Los medios están dando mucho la espalda a Puigdemont".

Buen ejemplo de ello ha sido la información del diario digital Politico, de gran influencia en Bruselas, que hasta hace no mucho había comprado el mensaje independentista. Este martes titulaba la rueda de prensa del ex presidente de la Generalitat con gran dureza: "El circo catalán de Puigdemont viene a Bruselas" y de subtítulo "el caos y la confusión como presidente derrocado suben al escenario".

El Gobierno cree que el secesionismo va perdiendo apoyos internacionales mediáticos. "Ya no vende"

El resto del texto resultaba hasta humillante, comparando la comparecencia con una "discoteca sudorosa", llamando a los allí reunidos "fugitivos", cuestionando la calidad del francés del ex president y, con mucha dosis de ironía del cronista Ryan Heath, señalar que "mientras algunos catalanes pueden estar preguntándose si Puigdemont los había abandonado, a las 12,40 los periodistas reunidos comenzaron a preguntarse lo mismo".

Una batalla mediática que parece ir perdiendo el secesionismo conforme evolucionan los acontecimientos y tras el cierre de filas de los países de la Unión Europea y de Estados Unidos, entre otros, a la integridad territorial de España y a las medidas tomadas por el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, tras la declaración de independencia. Unas medidas que facultan al Estado a intervenir en la Comunidad catalana para restaurar la legalidad. Los secesionistas "ya no venden", afirman en el Gobierno.