El dato más significativo del último sondeo publicado por El Periódico de Andorra, más allá de las posiciones en la fotofinish entre ERC y C's, es el crecimiento del porcentaje de indecisos a dos días de las elecciones. Un 28,7% de los encuestados no sabe qué votará, un porcentaje que deja fuera de las encuestas un millón de votos para una participación récord como la esperada. Y esa indecisión afecta sobre todo al bloque constitucionalista, con el doble de indecisos que entre los independentistas. La batalla entre C's, PSC y PP sigue por tanto plenamente abierta.

Desde la campaña socialista insisten en que son la formación que más crece en votos y escaños y apelan a ese elevado índice de indecisos para fundamentar sus expectativas en un resultado mejor incluso del que prevén las encuestas el próximo jueves. Las últimas horas serán decisivas, señalan, y "Barcelona es el terreno de juego más importante".

Con 3,9 millones de electores sobre un censo de cinco millones, Barcelona decide 85 de los 135 escaños del Parlament pero también es la circunscripción en la que esos escaños son más caros, más del doble que en Lleida. Una desigual distribución que explica por qué con unas expectativas de empate técnico entre independentistas y constitucionalistas entorno al 45% de los sufragios, los primeros aspiran a obtener seis diputados más en la cámara autonómica.

En 2015 JxS obtuvo en esa demarcación 1,1 millones de votos y 32 escaños, por 1,2 millones de votos sumados por C's, PSC y PP. El sorpasso de C's en esta provincia es prácticamente seguro con el voto de los independentistas dividido entre ERC y JxCat. La clave será si la movilización en Barcelona del voto tradicionalmente abstencionista hacia opciones constitucionalistas es suficiente para compensar la ventaja en votos y escaños que ERC, JxCat y la CUP tienen en Girona y Lleida. Hace dos años, el último escaño por Barcelona se lo llevó C's por una ventaja de mil votos sobre JxS.

La situación inversa a la sufrida por el PP en Tarragona, donde se quedó a 700 votos del segundo escaño, que finalmente se llevó JxSí. Los populares han insistido en los últimos días de campaña en la necesidad de un buen resultado de su partido para garantizar las aspiraciones del bloque constitucionalista precisamente con ese recuerdo, y señalan que su debilitamiento a favor del partido naranja puede acabar beneficiando a los partidos independentistas con los restos.

JxCat, presa de la volatilidad de sus votantes

La previsión de voto para JxCat es tan volátil que podrían pasar de disputar la primera plaza con C's y ERC a ser la cuarta, en función de cómo se decante el voto soberanista. Si C's confirma las mejores expectativas en Barcelona y Tarragona, las circunscripciones más pobladas y donde se juegan las elecciones, y ERC se mantiene, la lista de Carles Puigdemont podría convertirse en cuarta fuerza por detrás del PSC, que también mantiene buenas expectativas en estas dos provincias clave. De ahí la insistencia por

La amalgama de símbolos y sentimientos que ha conseguido unir Puigdemont en su candidatura explican su meteórico ascenso. El líder mejor valorado por los independentistas es Oriol Junqueras, pero él ha conseguido imponerse como el presidenciable favorito del electorado soberanista, que ha "comprado" el argumento de la restitución del gobierno depuesto por Mariano Rajoy.

Así, ERC se beneficia en mayor medida del trasvase de votos de la CUP y, sobre todo, de los Comunes, que pierden en favor de los republicanos a sus votantes soberanistas. Pero ceden sufragios a JxCat por la capitalización de la figura del ex president.