Las imágenes aún no se han borrado de la retina de miles de aficionados. Menos aún de los responsables policiales que no quieren que se repitan. Los graves incidentes ocurridos durante el partido Athletic-Spartak de Moscú el pasado 22 de febrero, y durante los cuales falleció el agente Inocencio Alonso, elevaron la tensión en el seno de la Brigada Móvil de la Ertzaintza. El sindicato mayoritario de la policía vasca amenazó con cientos de bajas médicas con las que poner en riesgo el operativo del partido de mañana si no se mejoraban sus condiciones de trabajo. Finalmente, la consejería de Seguridad del Gobierno vasco y las centrales sindicales han iniciado un proceso de negociación con el que, pese a que por ahora no ha habido avances significativos, sí se ha logrado desconvocar la llamada a ‘ponerse enfermo’ la víspera del Athletic-Olympique.

Hoy la Ertzaintza ha presentado el dispositivo de seguridad que desde esta mañana ya se ha activado de cara al partido, que comenzará a las 19.05 horas del jueves, y que incluye ‘blindar’ San Mamés con un vallado alrededor del campo y que limitará el acceso en la explanada donde se produjeron los graves enfrentamientos entre aficiones durante el último partido europeo del club vizcaíno.

La Comisión Antiviolencia ha declarado el partido de alto riesgo. El operativo previsto incluye un estricto seguimiento a los cerca de un millar de aficionados que se esperan que lleguen a Bilbao, en especial por carretera. La Ertzaintza acotará zona para el estacionamiento de los vehículos de los aficionados. A lo largo de este miércoles está prevista la llegada del equipo marsellés y de los primeros aficionados del equipo francés.

Con motivo del encuentro la Consejería de Seguridad ha lanzado una campaña bajo el lema “No lo estropees. Deporte y violencia no son compatibles” para instar a ambas aficiones a evitar altercados y disfrutar del evento deportivo. Además se solicita a quienes acudan al campo que colaboren con el buen desarrollo del evento y se les pide actuar “con racionalidad y serenidad y alejándose inmediatamente de cualquier incidente o altercado que pueda producirse”.

El dispositivo de seguridad será similar en número de efectivos que el llevado a cabo para vigilar a los ultras del Spartak. En total se esperan 800 agentes entre policías municipales, privados y agentes de la Ertzaintza. Incluye un amplio vallado en todo el entorno del estadio, en su explanada de acceso, con la que se separará a las dos aficiones. Un vallado que se mantendrá hasta la finalización del partido. Además, se ha procedido a la retirada de los contenedores de vidrio y se ha pedido a los establecimientos hosteleros de la zona a no distribuir consumiciones en vasos ni botellas de cristal.

Además, se prohibirá el acceso al campo a quienes se encuentren bajo los efectos del alcohol o las drogas. El control de acceso de los aficionados se reforzará para evitar que se puedan introducir objetos prohibidos por la Ley del Deporte, como bengalas, petardos o botellas. También se impedirá colocar pancartas o símbolos con mensajes insultantes o que inciten a la violencia.

El dispositivo diseñado se concibe como un primer ensayo de las medidas de seguridad que exigirá la UEFA al Club de cara a la Eurocopa de 2020, cuando el estadio de San Mamés será una de sus sedes.

Los aficionados del Olympique de Marsella ya protagonizaron graves altercados durante su anterior visita a Bilbao el 25 de febrero de 2016. En aquella ocasión en el que el equipo galo y el Athletic se enfrentaron, los ‘ultras’ franceses provocaron incidentes en calles aledañas al estadio, con graves destrozos en comercios y establecimientos hosteleros. Durante los altercados se procedió a la detención de cinco personas. Tres personas, entre ellas dos agentes, resultaron heridos.