Charlar con Carmen Calvo es, entre otras muchas cosas, sentir que aún existen políticos con pasión por sus ideas y por su dedicación. En unos tiempos en los que el oficio de los servidores públicos no pasa por sus mejores cotas de aceptación social, singularidades como la de esta mujer, responsable de Igualdad en la Ejecutiva de su partido, son todo un soplo de aire fresco.

Nos recibe en su despacho de Ferraz mientras da instrucciones a todas sus colaboradoras y prepara un viaje a Tenerife, uno más de los que dedica a tomar el pulso de la calle y a charlar con militantes y simpatizantes y, a medida que avanza la entrevista, sus ojos se van encendiendo con una pasión y una fuerza en cada una de las palabras que pronuncia como yo no recordaba en mucho tiempo. Así es y así se nos muestra Carmen Calvo: mujer, socialista, patriota, feminista… pongan ustedes el orden que prefieran, pero así es como yo la definiría.

Pregunta: Carmen, una de las palabras que más repito en mi trabajo de coach y entrenador de líderes es "felicidad". Y compruebo además que es un término que a la gente le cuesta mucho utilizar. ¿Qué es lo que hace feliz a Carmen Calvo?

Respuesta: Sentirme libre. La libertad. Tener la sensación de que hago lo que creo que debo de hacer, lo que quiero, en casi todos los momentos de mi vida. No se puede ser feliz si no sientes que eres libre de muchas cosas... aunque hay otras que te obligan en la vida, pero sí, la libertad.

P: ¿Le ha dado la política esa libertad? Porque la impresión que a veces tenemos desde fuera los que nos dedicamos a analizar o a comentar la actualidad es la de que los políticos viven en una especie de cárcel, sin tiempo apenas para vivir su propia vida.

R: Es que la política es una pasión, no es una profesión. Y hay que vivirla con grandes dosis de madurez y de profesionalidad porque uno maneja intereses de todos. Y hay que ser cauto y prudente, pero es una pasión. Y todo el que desarrolla una pasión está muy cerca de ser feliz. Yo vivo mi verdadera pasión por las ideas, en concreto por las mías. Tengo una pasión enorme por pensar que la vida es algo más grande que solo mi pequeña periferia así que para mí, la política no es una cárcel sino una pasión que además me permite ser una patriota de izquierdas, que es lo que me considero.

P: ¿Qué es lo que más le ha frustrado en todos estos años de su dedicación política?

R: El machismo. La mirada machista que se proyecta sobre nosotras, sobre las mujeres que tenemos vida pública o cargo público. Que te miren, antes de que te escuchen.

P: Y sobre el 8-M, ese día tan importante para todos, no solo para las mujeres sino para todos los hombres que somos feministas y creemos en la igualdad, ¿cree que realmente representa en España un antes y un después o es una fecha que pronto pasará al olvido?

R: No. El 8 de marzo ha sido la erupción de un volcán que ya existía. Un volcán que consiste en lo siguiente: las mujeres que vivimos en las democracias, hemos llegado a un punto en el que consideramos incompatible vivir en democracia y que esa democracia no nos respete. Y esto no tiene vuelta atrás. Yo que llevo en el feminismo desde que tengo uso de razón, creí que no iba a vivir un día como ese. Ese día me sentí, desde el punto de vista de mi propio interior, muy reconfortada. Pensé que no lo iba a ver. Con la cantidad de veces que me he dicho a mí misma: ¡Cómo es posible que siendo más de la mitad de la población no tengamos fuerza para decir lo que nos pasa, lo que necesitamos, lo que está ocurriendo! Así que yo viví ese día con una sensación y con una emoción casi literaria, pensando: 'Ya me puedo ir porque ya lo he visto'. Creo que no tiene punto de retorno, entre otras cosas porque muchísimos hombres completamente decentes no entienden otra cosa que no sea la igualdad... y porque hay muchísimos hombres que han vivido ya cuidando y responsabilizándose de sus hijos y que tienen hijas. Y que esperan para ellas un mundo que no las trate de manera discriminatoria, sufriente e injusta por el hecho de ser mujeres. Yo confío mucho en la sociedad. En esos hombres jóvenes que han sido padres muy ejercientes de niñas. Ellos están llamados a transformar muchas cosas porque han vivido esto en sus carnes.

El 8 de marzo ha sido la erupción de un volcán que ya existía

P: En las últimas semanas, uno de los asuntos que ha convulsionado la calle ha sido la llamada sentencia de 'La Manada'. Una sentencia que diferencia entre violación y abuso y que tanto ha indignado, nos ha indignado, a muchos. Me gustaría conocer su opinión, habida cuenta de que no estamos ante un caso aislado. ¿Hay que cambiar las leyes? ¿Hay que formar más a los jueces?

R: Hay un asunto previo y general. Esa especie de aquiescencia, de consentimiento de la violencia sexual contra las mujeres, como si fuese una situación normal. Es decir que las mujeres tenemos que sufrir el comportamiento sexual de los varones incluso cuando ese comportamiento traspasa los límites en los que nuestras libertades se ven derribadas. Esto es lo que ocurre. Hay un cierto consentimiento cultural que hace que las mujeres tengamos que soportar estas cosas. Hay que empezar a trabajar en una educación sexual de todos y particularmente de los varones. Y estos deben empezar a asumir su comportamiento sexual sobre las mujeres. Hay una gama enorme de situaciones: desde el piropo, que rechazamos las mujeres porque nadie tiene derecho a decirnos nada cuando vamos por la calle, hasta los delitos más graves, como los que estamos valorando.

Esta sentencia evidencia una falta de conocimiento y de compromiso profundo de que las mujeres tenemos que ser respetadas en nuestra libertad sexual, sea cual sea el contexto. La sentencia coloca los hechos y luego, los hechos que describe no tienen nada que ver con el fallo que dicta. Y eso obedece a una situación machista y patriarcal en la que pareciera que las mujeres tenemos que seguir siendo objetos sexuales de una sexualidad del varón que parece que no está sometida a ningún tipo de educación ni de reciclaje en su comportamiento. Creo que ahí hay una grandísima asignatura pendiente. Lo estamos viendo en el acoso sexual, en el acoso en el trabajo, en el acoso sexual a los niños y a las niñas menores. Hay que replantearse esto en términos profundos.

Sobre la sentencia, esta tiene ahora dos recursos posibles; espero y deseo que sea revocada. Es una sentencia que ha puesto en la calle a muchísimas mujeres y a muchísimos hombres, con todo el derecho del mundo. Los tres poderes del Estado, el legislativo, el ejecutivo y el judicial, están en democracia para ser también criticados por los ciudadanos. No hay ningún poder que esté a salvo de la crítica de los ciudadanos. Es más, el instrumento que tiene el poder judicial para trabajar, que es la potestad jurisdiccional, consiste en que las sentencias las tenemos que cumplir, pero el poder cívico que tenemos los ciudadanos es poder decir lo que nos parece y lo que no de las actuaciones judiciales.

Y parece que todos los partidos estamos de acuerdo en cerrar mejor los tipos penales. Yo creo que, con la regulación que hay en el Código penal, estos jueces podrían haber declarado violación. No lo han hecho porque han querido tener una interpretación que no se acompasa con la libertad de derechos que exigimos las mujeres. Así que, para que esto no ocurra, habrá que cerrar los tipos, abrocharlos mejor. Parece que todos los partidos, insisto, estamos de acuerdo. El PSOE tiene ya registrada una propuesta de modificación de la Ley del Poder Judicial para formación de jueces y juezas y si viene acompañada también de una reforma del Código Penal pues estamos completamente dispuestos. Al PSOE no le gusta tocar el Código Penal en caliente, lo sabe todo el mundo. Esto hay que hacerlo con consenso y con reflexión. Pero como en este caso parece que hay consenso de todos los partidos, nosotros nos podemos en marcha.

P: ¿Tiene alguna opinión acerca de aquellas declaraciones del ministro Rafael Catalá, criticando al juez que emitió un voto particular a la sentencia? Un voto particular de varios cientos de páginas en los que, más que reflejar los hechos, parecía que estaba describiendo una película pornográfica y que nos ha indignado aún más si cabe a una gran parte de los ciudadanos.

R:  Lo expresó muy bien Pedro Sánchez: torpe. Si sabe algo, que se lo diga al CGPJ, que es el órgano de Gobierno de los jueces. Que lo diga, como ministro que es. Y que se actúe en consecuencia. Y si no sabe nada, pues que no diga nada. Porque como ministro lo que le toca es la prudencia en una situación tan delicada como esta. Así que yo creo que acertó de pleno el secretario General del PSOE al decir que fue una declaración torpe.

Lo que no es de recibo es que ningún órgano constitucional del Estado nos diga a los ciudadanos que no nos manifestemos, a las ciudadanas que no nos pronunciemos y, en general, a los ciudadanos de una democracia que no tengamos opinión. Esto no es de recibo. Y no lo puede hacer porque todos los poderes del Estado parten de la soberanía popular. Así que, ningún poder nos puede decir a los ciudadanos que no salgamos, que no opinemos... tenemos todo el derecho del mundo a decirle a los tres poderes, incluido el judicial, que no nos parece bien. La sentencia está recurrida, el poder que tienen los jueces y las juezas es que las sentencias hay que cumplirlas, que es un poder impresionante que le entregamos en democracia a través de nuestra Constitución, pero la réplica de ese poder tan impresionante es que tenemos todo el derecho a expresar que no estamos de acuerdo. Por eso me parece que ha habido algunas intervenciones muy poco aceptables democráticamente. El poder judicial no nos puede decir a los ciudadanos que no tengamos opinión.

P: Cambiamos de tercio y hablamos un poco de la salud de su partido, del PSOE. Y de las encuestas que, a un año vista de unas elecciones autonómicas, municipales y europeas, estamos conociendo con profusión.

R: Somos la opción de Gobierno. Somos el partido que lidera la izquierda y estamos, en este momento, como principal partido que lidera la oposición. Pero es que, además, somos un partido que mezcla dos cosas muy importantes: el oficio y la experiencia y la transformación impresionante que hemos hecho dentro de nosotros mismos. Eso nos coloca en un lugar muy interesante y por eso hay mucha gente haciendo encuestas. No los voy a calificar, pero dejo esa pregunta en el aire: ¿por qué se hacen tantas encuestas sin ser período electoral?

P: Sí, Carmen, porque esto es un fenómeno muy español. Esa afición desmesurada por las encuestas, que no se da en ningún otro país del mundo. Las encuestas, creo, se hacen cuando hay elecciones, ¿no?, no a todas horas.

El PSOE es la opción de Gobierno. Somos el partido que lidera la izquierda

R: La respuesta va implícita. Somos el cambio posible que tiene que darse en este país después de todo lo que la derecha ha desmontado y ha destrozado en términos de justicia social. De manera que, a trabajar. Somos el único partido que sale, casi todos los viernes, después de haber hecho reflexiones, reuniones, estudiado documentación, a proponer cosas. No vamos de ruedas de prensa ni de simples frases, que ya sé que queda muy bien. Somos los únicos, seguramente el PP también, que tenemos implantación en todo el territorio nacional.  Porque tenemos 139 años de historia detrás. Una experiencia inmensa. En todo el territorio. Gobernando en ayuntamientos, comunidades y en el Gobierno de la Nación. Así que somos el cambio que va a venir. Por eso estamos colocados en este punto de la batalla política. Pero las encuestas no nos preocupan en absoluto.

Si hablamos del 8 de marzo, por ejemplo, somos el único partido que se ha trabajado el Pacto contra la Violencia de Género, que exige todos los días su cumplimiento, que ha hecho ya las reformas legislativas que tenía que haber hecho el Gobierno, que le pide a Unidos Podemos que venga a ese Pacto, porque son los únicos que no están, se han abstenido… ¿cómo se abstiene uno de la violencia de género? Y qué decir de Ciudadanos, que afirma que los 120 millones están, que yo no sé cómo Ciudadanos lee los papeles, el PP no lo cumple... en fin, puedo poner muchos ejemplos, de mi área o de otras que demuestran que vamos, absolutamente, en serio. Lo nuestro no son las ruedas de prensa ni las fotos. Son documentos, reuniones, consultas constantes en las asambleas con militantes o gente que no tiene carnet, pero ciudadanos con los que nos reunimos. Nosotros somos ese partido.

P: ¿Se ha cerrado ya la fractura abierta aquel 1 de octubre de 2016 en esta casa? Aquel momento terrible, durísimo, vivido internamente por todos los socialistas. Porque la unión es necesaria para ganar elecciones.

R: Diría tres cosas; una, que somos el único partido, en España y fuera, que otros no aciertan a hacer. Hay partidos que tienen revoluciones que se los llevan por delante, otros que son movimientos nuevos que no aciertan a saber conformar estructuras que de verdad le permitan acceder a las Instituciones del Estado en condiciones de estabilidad.  Nosotros somos el único caso en toda Europa que esa convulsión, reciclaje o renovación profunda, la hemos hecho ya. Me lo preguntan mis colegas europeos, que cómo lo hemos hecho, y yo respondo que con muchas dificultades y con mucho sufrimiento. Y con muchas heridas. Pero lo hemos hecho por el único procedimiento posible de manera digna: de ciento noventa mil militantes votaron ciento ochenta y tantos mil, así que hemos hablado prácticamente todos. Por tanto, la cosa está cerrada. Y tenemos a nuestros compañeros y compañeras asumiendo las responsabilidades en los distintos territorios y, como ha dicho Pedro Sánchez, hemos hecho una escuela de Gobierno a la que hemos invitado a todo el mundo y cada cual sabe lo que tiene que hacer.

Nosotros nos la jugamos con nuestras siglas, somos un partido que tiene siglas. Siglas con historia y que la gente conoce. Y otra cosa; somos el único partido que tenemos un apellido concreto. Sin ambages. Todo el mundo nos conoce como socialistas. Los demás van con un neutro: Ciudadanos, Populares, Unidos Podemos... nosotros podemos ser ciudadanos, populares, unidos y pudiendo. Vamos a rostro descubierto. Somos socialistas, que nadie se engañe. Somos la izquierda democrática que entiende la esencia de la democracia que es negociar, respetar y compartir con los demás, convencer para gobernar, con todo el legado de gobierno que, por cierto, se pone en cuestión estos días, con todo el trabajo que hizo mi compañero presidente José Luis Rodríguez Zapatero, desvelándose, con la indignidad con la que se comportó el Partido Popular. Algo que nosotros no hemos hecho ni haremos nunca.

En estos días le van a preguntar a Rajoy qué va a hacer con los presos, ¿no? Pues no se va a encontrar con una oposición indigna, ni de acoso, como la que se encontró este partido del PP. Así que estamos en unas condiciones bastante buenas, desde el punto de vista interno, porque lo hemos pasado mal. Y porque todo el mundo lo ha sabido. Hemos sido sinceros. También hacia afuera. Ha sido doloroso, pero cuando pasa te deja en unas condiciones buenas. Con asambleas abiertas, a las que viene todo el mundo, aunque no sean militantes, y lo que hemos sufrido, lo hemos sufrido. Estamos en unas condiciones extraordinarias; el PP tiene todo su mundo interno por resolver, nosotros no nos metemos, en Unidos Podemos vemos lo que vemos, Ciudadanos está en buscar candidatos... nosotros hemos hecho ya nuestro trabajo.

P: Carmen, ¿está insinuando que hay otras izquierdas no democráticas?

R: No. Los socialistas, hace más de un siglo que entendimos que la única manera de transformar y de hacer una revolución viable y eficiente era estar dentro del estado democrático. De ahí no nos hemos movido. Por eso, la socialdemocracia, ha hecho la parte más importante de lo que el mundo conoce como democracia que es el Estado del Bienestar.

P: ¿Y por qué hay tanta crisis en la socialdemocracia, Carmen, en Europa y en el mundo?

R: La socialdemocracia no tiene ninguna crisis; lo que tiene, en este momento, es el envite más grande de su historia. Una cosa son los resultados electorales y otra las ideas socialdemócratas. Estas están resistiendo, en este momento, el envite más grande de su historia, porque el capitalismo globalizado, escapándose de regulaciones que los Estados no alcanzan a ponerle como bridas, ha hecho como que tolera una cierta democracia, pero sin Estado de Bienestar, que no interesa para nada al capitalismo. ¿Dónde está el objetivo a batir para él? En Europa, y dentro de Europa, los socialdemócratas europeos, que han hecho, en los últimos setenta años, que la democracia se identifique con el Estado del Bienestar. Estamos sufriendo el envite más grande, pero las ideas están intactas.

La socialdemocracia está sufriendo el envite más grande, pero las ideas están intactas

P: Pero entonces, alguien está contando mal esta lucha entre capitalismo y socialdemocracia para que la gente siga apoyando en masa otras opciones...

R: Cuando se está en el momento más oscuro del combate, a veces es difícil ver dónde están las luces. Pero las ideas socialdemócratas y el socialismo son lo más nuevo que hay en política porque identifica la socialdemocracia con la igualdad. Y las élites financieras internacionales le han visto las orejas a que éste sea el camino. Estamos en el momento más difícil del combate y los ciudadanos tienen que entender que no hay figuras super-heroicas, que solo nos salvamos en democracia a partir del esfuerzo colectivo, que solo nos salvamos cuando somos capaces de consolidar derechos que se exigen, reparto, redistribución de la riqueza. Que la igualdad es democracia y que la democracia es igualdad. Pero repito que estamos en la parte más oscura del combate.

Los franceses han pensado que hundiendo todos sus partidos tradicionales van a algún sitio, ¡pues ya veremos! En Italia, después de una reforma y contra-reforma electoral, están en una situación de inestabilidad electoral. En Alemania, nuestros propios compañeros socialdemócratas han tenido que ir, una vez más, a salvar a Merkel porque le ven las orejas a la ultraderecha. Nuestra gran ventaja es que somos gente muy responsable, tenemos un gran sentido de la historia. Lo ha demostrado el SPD alemán. En Inglaterra, más de lo mismo. Se han metido en un lío con el 'Bréxit', que es una situación absolutamente retrógrada para Europa y para el propio Reino Unido. En España hemos resistido bien esta situación y Pedro Sánchez es un dirigente socialista europeo muy valorado, muy respetado y está haciendo un trabajo que el Gobierno no ha hecho del todo bien que es defender en Europa la calidad de la democracia española después del envite independentista.

P: ¿Cómo valora que un ex-socialista como Valls haya iniciado un nuevo salto?

R: Como eso, como un ex-socialista que ha abandonado sus ideas. Nosotros estamos empeñados en todo lo contrario. En que la socialdemocracia es la respuesta. Y que somos los que llevamos la democracia al objetivo de la igualdad. Eso, no se lo salta un torero. Valls ha propuesto que todos los partidos le apoyen y eso demuestra que no conoce la política española. En España, cada partido tiene sus candidatos y sus posiciones y luego se confronta. La política es eso. No sé lo que va a hacer Rivera, pero nosotros tenemos ya nuestro candidato a la alcaldía de Barcelona, Collbony, y nuestras propias siglas. E iremos con nuestras siglas en un año en el que vamos a celebrar nuestros 140 años.

P: ¿Cómo van esos preparativos?

R: Yo soy la responsable de organizar esa celebración. Me lo propuso el secretario General y lo aprobó la Ejecutiva Federal. Queremos ir con solidez. Esa mezcla de la experiencia junto a la mirada nueva. Cada vez que yo leo a compañeros y a compañeras históricos, que han asumido responsabilidades a lo largo de este tiempo, más energía tengo para seguir siendo militante de este partido. Hemos tenido 'las luces largas' siempre puestas. Tengo que decirle a Rivera que, si no llega a ser por el comportamiento de los socialistas en las Constituyentes de la Segunda República de 1931... ¡no votan las mujeres en la Constitución de la Segunda República! ¡Fueron las luces largas de los socialistas! ¡Clara Campoamor vota ella sola, su partido vota que no! Si no apoyan los socialistas no sale, es más, Indalecio Prieto, que fue el único que no lo veía, se abstuvo... cada vez que leo historia de mi partido, estoy más convencida de que somos la solidez, la solvencia y la responsabilidad. Con nuestros errores, que los hemos pagado muy caros. Soy muy optimista y va a ser un año emocionante. Lo veo en la calle, ¡me piden que les saquemos de esta! Sabemos lo que es porque la gente tiene recuerdo de lo que han hecho los socialistas. En España, la gente no vota con el bolsillo, vota con la dignidad.