El 6 de julio de lanzan dos chupinazos desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona; el festivo y el político. Así ha sido los últimos tres años. El primero no ha variado desde hace décadas, los "vivas" y "goras" a San Fermín precediendo al lanzamineto del chupinazo y a la explosión de alegría de decenas de miles de pamploneses y pamplonesas, y no menos visitantes. El segundo, el político, ha ido convirtiendose en 'tradición'  con el nuevo Gobierno encabezado por EH Bildu y su alcalde, Joseba Asirón, a la cabeza. La colocación de la ikurriña en el balcón consistorial ha sido su particular chupinazo político.

A dos días para que la plaza del Ayuntamiento de Pamplona vuelva a quedarse pequeña, la Justicia y el Consistorio han dado síntomas de que también en los Sanfermines 2018 esta cuestión ensombrecerá el inicio de las fiestas. Mientras el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) acaba de reafirmar la condena al Ayuntamiento de Villava, localidad cercana a Pamplona, por la colocación de la ikurriña en sus fiestas el pasado 1 de octubre -al desestimar el recurso del consistorio-, ayer el Pleno de Pamplona rechazó respetar la colocación exclusiva de enseñas oficiales en los Sanfermines.

El TSJN ha desestimado el recurso de Villava recordándole que la derogación de la Ley Foral de Símbolos decretada por el cuatripartito en marzo del año pasado no supone que se imponga la libertad para hacer ondear cualquier bandera. El Tribunal subraya que sigue vigente la Ley 39/2001 reguladora del uso de la bandera de España y otras banderas y enseñas. En ella se establece que sólo se podrán hacer ondear banderas oficiales, como la española, la de la comunidad autónoma, el municipio y la europea. Aclara que no es necesario que exista una "prohibición expresa" sino que para poder izar la ikurriña en Navarra lo que debería existir es una "habilitación expecífica". Por todo ello, se reafirma en la prohibición de hacer ondear la ikurriña en el ayuntamiento navarro.

"Ha ondeado 20 o 25 minutos en tres años"

Una condena que ya recayó el año pasado sobre el propio consistorio pamplonés por izar la ikurriña en el chupinazo. Condena que el consistorio, gobernado por Bildu, ha anunciado que recurrirá.

Precisamente ayer el Pleno municipal vivió una sesión que pudiera ser la antesala de un nuevo episodio similar al sucedido el año pasado. Unión del Pueblo Navarro (UPN) presentó una iniciativa para que el ayuntamiento se comprometiera a que durante el chupinazo del viernes sólo ondeen banderas oficiales. De este modo la formación regionalista confiaba en poder asegurar que la ikurriña no esté presente en el balcón del ayuntamiento. La propuesta sólo contó con el apoyo del Partido Socialista de Navarra (PSN) y el rechazo del resto de formaciones que apoyan al equipo de gobierno.

La oposición consideró que oponerse a la propuesta supone dejar "la puerta abierta" a la colocación, un año más, de la ikurriña. El portavoz de UPN, Enrique Maya, afirmó que no es necesario ser "especialmente avispado para pensar que el alcalde buscará algún argumento para colocar la ikurriña".

El portavoz de EH Bildu, Joxe Abaurrea, denunció lo que calificó como una "obsesión" de UPN, cuando la ikurriña ha estado ondeando "20 o 25 minutos en los últimos tres años y sin embargo creen que es una amenaza que atenaza a los pamploneses".

La colocación de la ikurriña en los ayuntamientos navarros con motivo de sus fiestas patronales se ha venido repitiendo en muchos consistorios en los últimos años. La delegación de Gobierno en Navarra ha denunciado en todos los casos la colocación de la enseña de Euskadi. Por ahora, en todos los casos, la Justicia ha dado la razón al denunciante y ha condenado a los ayuntamientos.