No será el ponente de la sentencia del ‘procés’ pero será el máximo representante del Poder Judicial en los próximos cinco años. El magistrado Manuel Marchena, canario, de 59 años, era hasta ahora presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.

Jurista de reconocido prestigio, respetado tanto por progresistas como por conservadores en el tribunal, tiene el reto de devolver a la institución la credibilidad perdida durante el mandato de Carlos Lesmes. Su gran sentido de Estado y su capacidad para lograr acuerdos han sido dos de las cualidades que han valorado tanto Partido Popular como Partido Socialista para ponerlo al frente del nuevo Consejo General del Poder Judicial, que comenzará su andadura el próximo mes de diciembre.

Fiscal de carrera, Marchena preside la Sala Segunda del Supremo desde septiembre de 2014, cuando fue elegido por 12 votos frente a la candidatura de los magistrados Cándido Conde Pumpido y Miguel Colmenero.

Bajo su presidencia, la Sala de lo Penal ha confirmado la condena a Iñaki Urdangarin por el caso Nóos, las condenas a los usuarios de las tarjetas black y ha rechazado abrir una causa penal contra el líder del PP, Pablo Casado, por cohecho impropio y prevaricación.

Irónico, brillante, con buen talante, negociador… son algunos de los adjetivos que utilizan para describirlo sus compañeros de Sala

Además, Marchena fue el ponente de la sentencia donde se condenó al ex consejero catalán Francesc Homs por el 9-N. Su Sala se ha caracterizado además por haber actuado con unidad y firmeza en el ‘procés’, donde han respaldado sin fisuras al magistrado Pablo Llarena a la hora de resolver los recursos de apelaciones.

Sin duda, el papel de Manuel Marchena en la Sala Segunda ha sido fundamental. No ha salido ninguna sentencia relevante de la misma en los últimos cuatro años sin que el presidente la visara. Asumió las funciones gubernativas propias del cargo lo que no le impidió seguir escribiendo cada una de sus sentencias. A diferencia de otros presidentes anteriores, este jurista vocacional, es de los que marca la diferencia a la hora de interpretar el Código Penal.

Irónico, brillante, con buen talante, negociador… son algunos de los adjetivos que utilizan para describirlo sus compañeros de Sala. Este lunes todos en la misma celebraban su nombramiento. Su gran reto será devolver a la Justicia, y en concreto a su tribunal, la credibilidad perdida en las últimas semanas por el escándalo de las hipotecas.