La Audiencia Provincial de Vizcaya ha condenado a un mando de la Ertzaintza a dos años de prisión y cuatro de inhabilitación por la muerte del aficionado del Athletic, Iñigo Cabacas, fallecido por el impacto de una pelota de goma durante una carga policial. Los hechos se remontan al 5 de abril de 2012 cuando tras el partido Athletic Club de Bilbao- Schalke 04 unos altercados provocaron la llegada e intervención de varias unidades de la Ertzaintza en un callejón cercano al campo de San Mamés. A consecuencia de la carga policial Cabacas resultó gravemente herido y falleció días después.

La sentencia conocida hoy absuelve a los otros cinco agentes -2 mandos intermedios y tres ertzainas- por falta de pruebas al no poder determinar quién de ellos es el responsable del disparo que resultó mortal. La acusación ejercida por la abogada Jone Goirizelaia había pedido cuatro años de cárcel para los seis acusados. Finalmente la Fiscalía optó por solicitar la absolución al considerar que durante la vista oral no se pudo acreditar la autoría del disparo que mató a Iñigo Cabacas. De entre todos ellos tan sólo ha sido condenado el agente de mayor rango, quien se considera que era el responsable del operativo. Contra esta sentencia cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

En la resolución el tribunal afirma que, si este oficial hubiera actuado "impidiendo o deteniendo la carga policial" en un callejón de las inmediaciones del estadio de San Mamés, "el fallecimiento no se habría producido". La sentencia asegura que una actuación policial de esas características "no estaba justificada", y que "el escaso lanzamiento de objetos" por parte de algunos de los que se encontraban en el callejón de María Díaz de Haro de la capital vizcaína, "podía haberse cortado sin usar pelotas de goma". De hecho, considera que el operativo desarrollado en el callejón "provocó situaciones de pánico" y puso en riesgo la integridad física" de las personas que se encontraban congregadas en el lugar.

Carga no justificada

Para el órgano judicial vizcaíno, el oficial condenado, que tenía como misión fundamental "mantener la seguridad ciudadana y gestionar los problemas de orden público", estaba al mando de todas las furgonetas que estaban frente al callejón. "Y, a pesar de su responsabilidad y aún no existiendo razones de orden público que lo justificara, ni las condiciones necesarias para hacer uso del material antidisturbios, permitió y no ordenó que parasen los disparos con munición de pelotas de goma dirigidas al callejón", añade.

En este sentido, destaca que, "de haber actuado impidiendo o deteniendo la carga policial, el fallecimiento no se habría producido". En este sentido, asegura que "la actuación policial no estaba justificada de acuerdo con la normativa y protocolos de actuación en situaciones de orden público". "El escaso lanzamiento de objetos podía haberse cortado sin necesidad de utilizar pelotas de goma como se hizo en la esquina de Licenciado Poza", asevera.

Por ello, cree que la actuación de la Policía vasca "fue inadecuada, de acuerdo con esa misma normativa por las características del callejón con reducidas dimensiones y con una sola vía de salida al fondo del callejón, lo que, unido a la presencia en el lugar de una gran aglomeración de personas, dio lugar a una situación de atrapamiento y provocó situaciones de pánico, poniendo en riesgo la integridad física de los allí congregados y produciéndose el lamentable desenlace del impacto y fallecimiento" de Iñigo Cabacas.

La resolución judicial ha condenado al agente de máxima graduación de los que estaban procesados, y que, durante el juicio, aseguró que, cuando se produjo la carga policial en el callejón de María Díaz de Haro, ni siquiera salió de la furgoneta. Los otros cinco encausados han sido absueltos. Con la pena que se le ha impuesto, este oficial de la Ertzaintza no ingresará en prisión ni deberá dejar su puesto de trabajo, ya que se encuentra jubilado.

La sentencia pone fin, a la espera del posible recurso, a un caso que se ha prolongado seis años y que en el País Vasco ha supuesto incluso un cambio en la política de uso de armas antidisturbios de la Policía vasca. Así, a consecuencia del llamado 'caso Cabacas' la Ertzaintza modificó el protocolo de actuación en las unidades antidisturbios. Interior retiró el uso de las pelotas de goma en gran parte de sus unidades, a excepción de la Brigada móvil y la de refuerzo. Durante el juicio declararon casi un centenar de testigos.