Soy consciente de que para muchos, tal vez para la mayoría, su designación como candidato a la alcaldía de Madrid por el PP habrá constituido toda una sorpresa. Para mí no lo ha sido en absoluto. A pesar de que se han escuchado durante semanas otros nombres, también de peso en el seno de esta formación, tengo muy claro que la apuesta de Pablo Casado por José Luis Martínez-Almeida es de una solidez incuestionable. Conocedor como pocos de los entresijos del gobierno municipal de la capital de España y hombre con la clásica arquitectura mental solo reservada a los opositores de élite -es Abogado del Estado- sabe, mejor que nadie, que su mejor aval es su propia ejecutoria.

A él le tocó la difícil papeleta de relevar a Esperanza Aguirre en un momento delicadísimo y durante los últimos años se ha consagrado a liderar la oposición a Manuela Carmena, no solo con dignidad, sino con acierto. En un día clave además para el PP, el de la clausura de su Convención Nacional, plasmo sus valoraciones sobre el gobierno de su ciudad, de Madrid, y también sus opiniones sobre el momento actual de la política nacional y de su propio partido. Hoy, tengo el placer de tomar mi café con José Luis Martínez-Almeida.

Pregunta.- ¿Está sorprendido por su designación?

Respuesta.- No tanto. Sonaba en las quinielas y estaba ahí. Creo que supone un reconocimiento al trabajo hecho por este grupo municipal en circunstancias muy difíciles y el presidente nacional ha demostrado que 'tira de la cantera', que sabe valorar la capacidad, el esfuerzo y el trabajo. Estoy muy contento por mí y también por este grupo.

P.- ¿Por qué cree que Casado le ha dado esta oportunidad? ¿Cuáles son las cualidades que han hecho que, entre un abanico de candidatos, haya decidido que el candidato ideal es usted?

R.- Primero, porque creo que Pablo Casado conoce perfectamente el trabajo que se ha hecho en este grupo municipal, y el mío como portavoz. En segundo lugar, se ha tenido en cuenta el conocimiento del Ayuntamiento de Madrid. Al final, tras estos casi cuatro años, me he recorrido los 21 distritos, los 131 barrios, he desgastado muchas suelas de zapatos, he hablado con asociaciones, con vecinos y con colectivos afectados por Manuela Carmena. En tercer lugar, soy del PP de toda la vida. Me afilié hace 25 años y sigo defendiendo los mismos valores y principios en 2019 que en 1993, cuando me afilié.

P.- Se le ha calificado a usted como el azote diario y constante de Manuela Carmena. Casi como la gota malaya. Hágame un balance de su acción. ¿Es tan buena como parece en Génova 13? ¿Es mejorable?

R.- Lo que he hecho es trabajar, trabajar y trabajar. Nos votaron 560.000 madrileños en 2015. Fuimos el grupo municipal más grande del Ayuntamiento de Madrid. Lo hemos pasado mal, pero por esos 560.000 votantes y por todos los madrileños, no podíamos fallar. No les podíamos fallar. No podíamos colocar nuestra situación personal o política por delante de los problemas que ha tenido esta ciudad y que han padecido los madrileños durante estos años. Siempre tuvimos claro que no podíamos dejar caer esa bandera y que no podíamos defraudar a esos votantes que confiaron en nosotros a pesar de todas las dificultades que atravesamos. Esa conjunción de trabajo y de superar las dificultades es la que nos ha permitido culminar esa labor que ha llevado a mi designación como candidato. No debo yo poner una nota, pero agradezco la confianza de la dirección nacional y sé que su valoración es muy buena.

P.- Ya se ha hecho, señor Almeida. Un partido no se la juega en una ciudad como Madrid y ante una precampaña y posterior campaña que será durísima. Me gustaría saber, a 126 días, cuáles serán las claves de su propuesta para ganar estas elecciones del 26 de mayo.

Como alcalde quiero escribir el futuro, no reescribir el pasado" 

R.- En primer lugar, no traicionar como candidato lo que ya he hecho como portavoz. Soy candidato por haber mantenido un estilo y un nivel de trabajo y ahora no lo voy a cambiar ante los madrileños. En segundo lugar, seguir con la oposición. Somos la única oposición verdadera que se ha hecho a Manuela Carmena y a Podemos en la ciudad de Madrid y eso no lo podemos dejar de hacer en los 126 días que nos quedan porque, desgraciadamente, en este tiempo, van a seguir tomando decisiones que perjudican a la Capital, como el mantenimiento de Madrid Central. Tenemos además la obligación de seguir construyendo un proyecto y un modelo de ciudad. Mirando al siglo XXI y queriendo ganar el futuro. El otro día, en la proclamación, dije que yo, como alcalde, lo que quiero es escribir el futuro, no reescribir el pasado, que es lo que se ha hecho en estos tres años y medio. Quiero mirar a los ojos a los madrileños y decirles: 'Tengo un proyecto de ciudad para vosotros, tengo alternativas y tengo soluciones'. Cuento con una ventaja, que es la de que, después de 24 años de gobierno del PP, los madrileños saben de lo que somos capaces. Fuimos capaces de soterrar la M30 y hacer Madrid Río en una sola legislatura. Y ahora también, los madrileños saben de lo que son capaces en la izquierda radical y en Ahora Madrid. Lo que ha hecho Manuela Carmena con la ciudad de Madrid, que vende como gran logro triunfal el ensanchar unas aceras. Eso no soluciona el problema de limpieza, ni de conservación de las calles, ni la movilidad sostenible o la lucha contra la contaminación. Esos son los problemas que quiero afrontar como alcalde. Eso y la filosofía de volver a colocar a Madrid como una de las grandes capitales del mundo, como estuvo siempre con el gobierno del PP. Es esencial reforzar nuestros vínculos de futuro con Hispanoamérica. Somos una referencia en esa dirección y también debemos serlo, aunque no tengamos playa, entre todas las capitales del Mediterráneo. Hay que ganar el futuro y ensanchar las miras, mientras a la vez nos centramos en los problemas del día a día de los madrileños. Eso es lo que conformará nuestro proyecto, un proyecto ganador.

P.- Acerca del posicionamiento, del branding de Madrid, me gustaría saber qué puede hacer de la capital de España una de las primeras tres ciudades, sino la primera, más importantes en el mapa financiero de Europa. ¿Cuál es su receta?

R.- Si analizamos las condiciones y las cualidades de Madrid... ¡lo tenemos todo! Un buen clima, unas comunicaciones extraordinarias, con uno de los principales aeropuertos de Europa además de estar conectados con casi toda España a través del AVE y las mejores infraestructuras de transporte... y somos una ciudad segura, para todos los que quieran venir a Madrid a desarrollar su vida. A partir de aquí, yo me desesperé cuando este equipo de gobierno, en una proposición en Pleno, no quiso aprobar ni realizar acción alguna para que el Brexit nos beneficiara. ¡Es obvio que la salida del Reino Unido de la UE, con todo el aparato financiero de Londres, tendría repercusiones muy negativas para ellos, pero muy positivas para Madrid! Y se negaron a hacer todas las gestiones posibles para que la Autoridad Fiscal Europea pudiera tener aquí su sede. ¿Por qué esa renuncia de este equipo de gobierno a atraer a los grandes inversores internacionales? Me desesperé porque era una oportunidad perdida para Madrid que trataremos de recuperar. Para ello, lo que tenemos que conseguir es una ciudad businessfriendly para decirles a los inversores: 'Sois muy bien recibidos y os queremos aquí'. Y ofreciéndoles las condiciones regulatorias y fiscales necesarias para que Madrid sea un lugar atractivo para que puedan instalarse porque, por lo demás, como digo, tenemos todas las condiciones, incluso de terreno y de metros de oficinas, para aprovechar la oportunidad. Queremos llegar a ser ese centro internacional a nivel financiero que merecemos los madrileños.

P.- Cambiando de tercio, el PP acaba de conseguir un gran éxito. Le han arrebatado ustedes, Juanma Moreno Bonilla, la Junta de Andalucía al PSOE. Valóreme lo que ha ocurrido en esta comunidad.

R.- Ha supuesto una alegría enorme, pero no solo por Juanma Moreno y por el partido; por todos los andaluces. Ellos merecían esta oportunidad. Merecían cambiar esas recetas de políticas fracasadas que, después de 36 años de gobierno, con unas inversiones importantísimas por parte de la UE y de los distintos gobiernos de la nación para que Andalucía se convirtiera también en un gran destino de inversiones, la mantenían en la cola del empleo, de los índices educativos, de la sanidad y, en general, de la aplicación de todos los servicios públicos. A mí me asombró en esta campaña escuchar a Juanma Moreno que Andalucía recibía menos inversión extranjera que Asturias... cuando Andalucía es la décima parte del territorio nacional y Asturias menos del dos por ciento. Ahora, por fin, los andaluces podrán decir: 'Ya sabemos de dónde venimos... de políticas fracasadas que no nos han sacado del furgón de cola'. Existen todas las condiciones para que Andalucía sea la california de Europa, siendo la principal de ellas el potencial y el talento de los andaluces. Ahora, por fin, están en la rampa de salida para ganar el futuro.

P.- Pero ha sido esta una negociación que, el día 2 de diciembre, era complicada de imaginar y de dibujar. Una negociación a dos bandas, con dos acuerdos separados, con Ciudadanos y con Vox. ¿Qué opinión le merecen las peticiones de Vox, y sus planteamientos contra la Ley de Violencia de Género y contra el colectivo LGTBi?

R.- Lo que el PP ha demostrado es nuestra centralidad como garantía de cambio. Si no hubiera sido por el PP, en Andalucía no hubiera habido cambio, con un presidente no socialista. La única garantía de que no haya gobiernos de izquierdas es que el PP tenga esos gobiernos. La única garantía real de que la izquierda no siga gobernando la ciudad de Madrid y de que Carmena no siga siendo alcaldesa es que Almeida sea alcalde de Madrid. Hemos ejercido un papel de centralidad y de responsabilidad con el cambio y con Vox. El PP no estaba dispuesto a todo a cambio de ocupar la presidencia de la Junta de Andalucía. Era más importante el interés general de los andaluces antes que nuestro interés particular. Por eso le pusimos a Vox unas líneas rojas. Otra cosa es que se pueda estudiar que, el conjunto de subvenciones, que al final es dinero público, están bien o mal asignadas, no solo con esas asociaciones. Con cualquiera. Y eso me parece muy bien. Ahora, nosotros no vamos a discutir la lucha contra la Violencia de Género. Nosotros en su caso podemos discutir la Ideología de Género. Y creemos que la izquierda tiene un problema, que es haber patrimonializado el feminismo. No puede hacer eso porque el feminismo, según la RAE, es la 'lucha por la igualdad entre hombre y mujer'. Eso es transversal y no se puede acaparar por parte de la izquierda.

P.- Yo he escrito hace unos días que "ni la igualdad ni la diversidad tienen ideología partidista..."

R.- Por supuesto. No se pueden repartir carnets de mujeres buenas ni de mujeres malas, ni se puede estigmatizar al conjunto de los hombres. Estoy convencido de que usted no lleva en su ADN "el gen de la violencia", como dijo Carmena de todos los hombres. Ni yo lo llevo... ¡no lo llevamos! El debate no es la lucha contra la Violencia de Género, que por supuesto nos une. El debate es la Ideología de Género. El debate es cómo enfocar el feminismo: como la igualdad entre hombre y mujer, no sobre cómo repartir carnets de hombre-bueno, hombre-malo o mujer-buena, mujer-mala. Nosotros le hemos planteado esas líneas rojas a Vox. También lo hemos hecho sobre inmigración o sobre el sistema autonómico. Por no entrar en anécdotas sobre cuándo tiene que ser la fiesta de Andalucía. Hemos demostrado que hemos velado por los andaluces, pero manteniendo principios y valores que afectan al conjunto de la sociedad frente a los estigmas que pretenden colocarnos nuestros adversarios de la izquierda. Me hizo gracia cuando Susana Díaz dijo que el PP había pactado con los "herederos del franquismo" porque pensé: ¡'Me ha desheredado'!, porque llevo los 43 años de mi vida oyendo que ser del PP era ser heredero de Franco. Le agradezco a Díaz que le haya colgado ya la etiqueta a Vox.

P.- Me gustaría contarle una anécdota personal, ahora que hablamos de la diversidad. A mí, hace ya algunos años, me casó una concejal del PP y me casó con un hombre. Ana Román, que está en su grupo y es una gran amiga y una extraordinaria política a la que tengo un infinito cariño. El asunto es que tiempo después me divorcié. Le quiero hacer una pregunta muy directa: si quisiera volver a casarme... ¿usted me casaría? ¿O alguno de sus concejales?

R.- ¡Pero Euprepio! ¿Por qué no le iba a casar? Es que la pregunta es: ¿Por qué me hace esa pregunta?

P.- Hombre, se lo digo por las informaciones que apuntan a un supuesto escoramiento a la derecha de Pablo Casado, del PP y tras el acuerdo con Vox. Son cosas que han levantado ciertas susceptibilidades.

R.- Euprepio, si te vuelves a casar... ¡dime la fecha!

P.- Me alegro mucho. Hablemos de la Convención Nacional de este fin de semana. La primera con Casado como presidente del PP. ¿Ha habido desde julio realmente un escoramiento a la derecha? Y, si lo ha habido, quiero conocer su opinión acerca de si puede o no beneficiar a su formación en la próxima cita electoral.

Lo que el PP ha demostrado es nuestra centralidad como garantía de cambio"

R.- A mí me han recibido diciendo que podía ser cercano a las posiciones de Vox y que Pablo Casado había optado por ese perfil derechista. Yo pertenezco al centro-derecha liberal. Eso quiere decir que, si queremos ser mayoritarios, y debe ser así porque tengo la firme convicción de que el PP es un eje de estabilidad para España, tienen que existir diferentes sensibilidades en nuestro seno. Eso sí, sobre un conjunto de principios básicos. Yo no me identifico ni con la derecha ni con la izquierda del PP. Y esto es así porque desde que me afilié tenía ya estas convicciones: la creencia en la persona, la creencia en el imperio de la ley, la creencia en el respeto a la propiedad privada, la creencia en que cada uno tiene que decidir adónde quiere llegar, sabiendo que todos debemos tener igualdad de oportunidades a la hora de partir del mismo sitio y después que cada cual vaya trazando su camino... La creencia de que la administración debe ser austera, eficiente y reducida, con un gasto público que no extraiga del bolsillo ciudadano el dinero para gastos superfluos... sobre todo esto, en el PP, estamos todos de acuerdo. A partir de ahí puede haber distintas sensibilidades, matices. Pero los cimientos que acabo de expresar son sobre los que construimos el PP, con Pablo Casado al frente, cada día. No hay un discurso más de derechas o de izquierdas, sino sobre principios y valores. Se nos ha criticado por algunos que tal vez los hemos abandonado, pero debe ponerse en valor que hemos sacado a España de la peor crisis económica que hemos sufrido. Se nos ha criticado también que nos centremos más en la gestión y menos en la comunicación. Tal vez tengamos que mejorar esta última, pero es bueno centrarse en la gestión porque si hemos ganado todas las elecciones nacionales que se han celebrado en los últimos diez años ha sido porque somos unos buenos gestores.

P.- Yo, de hecho, como experto en comunicación, he criticado a veces la comunicación del PP y creo que con Pablo Casado se ha experimentado una notable mejora en ese terreno. Pero volviendo al debate ideológico, muchos piensan que, si el PP se acerca más a la derecha, para votar a la copia preferirán el original, es decir, Vox. ¿Entenderá la gente esos valores de los que me habla o el riesgo que le describo es real?

El debate no es sobre la lucha contra la Violencia de Género. El debate es sobre la Ideología de Género"

R.- Esta Convención va a demostrar que no somos un partido escorado a la derecha-derecha, ni que haya un giro en ese sentido. Se va a demostrar que somos un centro-derecha liberal y así lo vamos a representar. También debo decir que no se pueden exigir milagros a un responsable político nada más llegar. Hay que dejar trabajar a Pablo Casado, que en pocos meses ha tenido que afrontar unas elecciones andaluzas, la conformación de candidaturas y la aparición de otras realidades políticas. Y esta Convención ha sido la de una enorme ilusión porque marcará el inicio de ese PP reconocible conforme a los principios y valores de siempre de ese centro-derecha liberal. Este fin de semana ha sido ese pistoletazo de salida. Somos el elemento de centralidad político imprescindible para que en España no haya gobiernos de izquierdas. Eso es lo que ha salido de esta Convención, aparte de ilusión y optimismo a raudales. El programa ha sido extraordinario, de lujo, contando con Mario Vargas Llosa pero también con Mauricio Rojas... con las víctimas del terrorismo y con muchas otras personas.

P.- ¿Y por qué no se juntaron el mismo día Aznar y Rajoy?

R.- El PP es el PP de Aznar, pero también el de Rajoy. Y a ambos se les saluda con igual cariño. ¿Qué era más importante: la foto o la presencia de ambos?

P.- Hombre, la mala relación histórica y de sobra conocida entre los dos algo de daño ha hecho al PP...

R.- Es que los dos han atravesado circunstancias muy difíciles. Aznar y Rajoy. Ambos. Yo me quedo con los grandes servicios a España que han prestado los dos. El marco global ha sido muy satisfactorio y sobre el cual tenemos que seguir construyendo. E igual que no podemos olvidar los errores del pasado para no volver a incurrir en ellos, no podemos obviar lo mejor de nuestro pasado para poder ganar ese futuro para todos los españoles.

P.- Cerremos con sus primeras cuatro medidas, si llega a la alcaldía.

R.- Primero, se acabó Madrid Central, y cuando se vea la alternativa que estamos construyendo, se verá porque se tiene que acabar. Cuando Carmena dijo que quería acabar con la contaminación me produjo la misma sensación que cuando Zapatero dijo que llegaríamos al pleno empleo y se alcanzó la mayor tasa de paro de la historia. Carmena está consiguiendo la mayor tasa de contaminación en la ciudad de Madrid desde 2014. A mí, cuando la izquierda dice que va a acabar con algo, me entra la certeza de que ese algo se va a multiplicar. Lo segundo que haré es una gran rebaja fiscal. No puede ser que con 1.000 millones de euros de superávit tengamos un sablazo fiscal de 347 millones de euros, como el que nos ha dado Manuela Carmena. La tercera medida será la limpieza. El distrito Centro es uno de los más afectados, precisamente. Está muy mal. Es un problema que han sido incapaces de solucionar. La cuarta medida me hace especial ilusión, porque va en esa línea liberal que nos debe caracterizar: desregulación y simplificación normativa. No puede mantener la jungla y la maraña administrativa que existe ahora, que cuesta sangre, sudor y lágrimas a los comerciantes y ahuyenta a los inversores. Es esencial para atraer a esos mercados, como decíamos antes, que en Madrid haya muy pocas normas, muy claras y sencillas, pero severamente castigadas en caso de incumplimiento. La sencillez normativa tiene que ir acompañada de un régimen sancionador para que no sea instrumentalizada por los aprovechados.