José Yusty Bastarreche, el titular del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número tres de Madrid que ha suspendido la licencia urbanística para exhumar a Franco al no apreciar "urgencia" y sí riesgo para la integridad de los operarios que retirarán la losa de granito de tonelada y medio que cubre la sepultura del dictador, no es nuevo en las lides que protagoniza este jueves. Sus temas son la integridad de España y la negación de la memoria republicana.

En septiembre de 2017 su juzgado suspendió un acto en Madrid en favor del derecho a decidir. Según el auto, la razón de  “favorecer un acto de apoyo a una consulta convocada por una ley que ha sido suspendida por el Tribunal Constitucional y se dirige claramente contra lo dispuesto en la Constitución Española”. El recurso lo había presentado el grupo del PP en el Ayuntamiento de Madrid, y la alcaldesa Manuela Carmena, también jueza, replicó a José Yusty: "El referéndum no es ilegal, lean la providencia del Tribunal Constitucional".

Días después, Yusty se ratificó con un auto más polémico. “Sin negar las consecuencias políticas o al menos mediáticas que la cuestión acarrea", resaltaba de nuevo el auto, "lo que se debate e impugna no es la libertad de expresión, que no se pone en duda, sino única y exclusivamente si puede el Ayuntamiento de Madrid ceder un local municipal para la celebración de un acto que se titula ‘En Madrid por el derecho a decidir". Yusty Bastarreche se permitió incluso calificar dicho evento en la providencia como "alejado de la realidad". Al final el acto tuvo lugar en el Teatro del Barrio de Lavapiés, justo donde se presentó Podemos, según El Salto Diario.

El mismo día en que el evento se canceló, se supo que el nombre de José Yusty Bastarreche figuraba entre uno de los más de 18.000 firmantes del manifiesto Libres e Iguales. Dicho manifiesto, presentado en 2014, apelaba a "la movilización del conjunto de los ciudadanos españoles en el grave debate provocado por el secesionismo catalán". Yusty Bastarreche se ofrecía en los comentarios añejos a dicho manifiesto que se ofrecía en caso de ser "útil". Y concluía con un "¡Viva España!".