Podría decirse que España progresa adecuadamente cada año en materia de igualdad en el ámbito político. Si en el año 2018 por primera vez la fotografía del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez contaba con más mujeres que hombres ocupando los distintos ministerios, en comparación con nuestros vecinos europeos, España se sitúa a la cabeza en cuanto a la proporción de mujeres en el Parlamento, según Eurostat.

En el año 2018, el Congreso de los Diputados contaba con un 40% de diputadas, una cifra que sitúa a nuestro país en tercera posición en el ránking europeo empatado con Bélgica y solo por detrás de Suecia y Finlandia, que cuentan con un 47% y 42% de parlamentarias en su cámara nacional.

Los países que se encuentran a la cola ni siquiera tienen una quinta parte de mujeres en sus parlamentos. Hungría (13%) es con diferencia la que menos presencia femenina tiene, muy cerca de Malta (15%). Le siguen Chipre y Grecia con un 18% y 20% respectivamente.

A pesar de que esta proporción ha ido evolucionando a lo largo de los años -en 2003 solo había un 23% de mujeres en los parlamentos frente al 30% actual-, a día de hoy ningún país puede presumir de tener más diputadas en las cámaras nacionales.

Si nos ceñimos a los gobiernos, España y Suecia ocupan el primer puesto en cuanto a la presencia femenina, con el 52% de mujeres. Son los dos únicos países que superan la barrera del 50%, aunque muy cerca queda Francia (49%) y algo más lejos Países Bajos (42%) y Dinamarca (41%). A la cola vuelven a repetir Hungría (7%), Malta (12%) y Chipre (17%), éste último con el mismo porcentaje que Italia y Polonia.

En 2018, por primera vez Europa ha visto tres mujeres al frente de su país. Angela Merkel en Alemania; Theresa May en Reino Unido y Kolinda Grabar-Kitarović en Croacia. España, en cambio, tendrá que esperar un poco más dado que tras las elecciones del 28 de abril el presidente del Gobierno volverá a ser un hombre.