Reconozcamos a Ciudadanos su capacidad para enmendar el error en las primarias de Castilla y León. Pero para que sea creíble es necesario que vaya hasta el fondo y depure responsabilidades políticas, llegado el caso. Queda muy bien presentar el proceso de primarias como una práctica democrática impecable y luego ver que son susceptibles de manipulación además de discurrir por cauces de absoluta falta de transparencia.

Poca participación, indicación del voto por parte de la dirección, presiones.... Pocas veces sale otra cosa que no sea la réplica fiel de lo que quieren las respectivas ejecutivas. Porque si bien Pedro Sánchez es la excepción a la regla, luego él consigue sacar adelante a Pepu Hernández, del que se pueden decir cosas muy buenas pero, al menos no por ahora, desde la política.

Lo pasado en Castilla y León es un examen que demuestra que las primarias tienen, casi siempre truco, y otras sombras de manipulación.