El secretario de Comunicación de Podemos, uno de los principales lugartenientes de Pablo Iglesias, no se sentará en el Congreso de los Diputados durante la próxima legislatura. Natural de Soria aunque residente en Madrid, Juanma del Olmo (1982) ha perdido estrepitosamente el escaño que lograra en Valladolid en 2016, una provincia que apenas ha pisado en estos últimos tiempos a pesar de representarla en la Cámara Baja. Es un paracaidista. Vox le ha arrebatado el cuarto lugar a Unidas Podemos en esta circunscripción. Y más de un compañero de Del Olmo ha sonreído en silencio.

Porque no hay nadie que hable bien de él en Valladolid, adonde ha pisado cinco veces contadas de 2016 a 2019. "Hay que hacer autocrítica. Nos ha faltado una campaña más apegada al terreno", lamentó este lunes María Sánchez, la portavoz del grupo municipal Toma La Palabra (IU+Equo) en el ayuntamiento pucelano, donde esta coalición gobierna junto al PSOE del alcalde Óscar Puente. "Un candidato que fuese del ámbito municipal o provincial habría sacado un mejor resultado. El escaño se juega en Valladolid". Estas declaraciones son las más suaves que se pueden recabar acerca de Del Olmo en la ciudad del Pisuerga.

Un candidato municipal habría sacado mejor resultado"

Espigado, con una estética con retazos entre abertzale y punk (aros en ambas orejas), el responsable de Comunicación de Podemos está entre los fundadores de la tienda de ropa Uno Nueve Ocho, prolija en eslóganes revolucionarios y localizada en la Calle de La Palma, en Malasaña. Un textil con guiños a la República, a la Intifada Palestina o a la clase trabajadora. Y ciertamente tiene tirón 198 entre la juventud, y en su haber cuenta con buenas campañas de difusión. En el segundo debate a cuatro para las elecciones generales, Iglesias, rodeado de rivales trajeados, vestía un jersey de esta marca. Hace casi dos años, El Independiente se puso en contacto con uno de sus socios quien, a diferencia de sus compadres políticos, sí dirigió buenas palabras hacia Juanma del Olmo.

Combina la faceta empresarial (dejó el negocio a la par que crecía políticamente) con su formación como consultor de Tecnologías de la Información y la Comunicación. Declara no tener coche pero hasta ahora acudía en BMW al Congreso. Y pasa las facturas de gasolina. En su formación se le atribuye un resquemor permanente hacia los informadores: lo atestiguan los periodistas de los medios de comunicación que no contemporizan con la formación morada, excluidos de los chat deliberadamente. También lo confiesan cuadros a nivel interno cuando nadie les observa. Eso cuando Del Olmo no da órdenes de no contestar a llamadas de teléfono si el medio no es amigo, una práctica que limita la comunicación al Telegram, donde Podemos no siempre da respuesta. En este sentido, en el trato deplorable a ciertos redactores, Podemos precedió a Vox aunque sin llegar al insulto.

A tres días del 26-A dio plantón a la emisora local de la Ser

En Valladolid han dicho basta. El jueves, a tres días del 26-A, Del Olmo dio plantón a la emisora local de la Cadena Ser en uno de los horarios de máxima audiencia. El locutor, irritado, comenzó los informativos diciendo que con él en el plató tenía que estar en esos momentos el candidato de Unidas Podemos y que se encontraba solo. "Muchos de nuestros votantes se quedaron alucinando", explican en IU.

Lo peor con sus compatriotas sucedió dos semanas antes. Del Olmo, esta vez sí, acudió a un debate a la radio con el resto de candidatos. Llegado el momento, le preguntaron por el soterramiento, el sueño por el que el polémico ex alcalde Javier León de la Riva se fajó durante 20 años sin conseguir enterrar ni un centímetro de vías: financiado con plusvalías urbanísticas (lo que vulgarmente se conoce como "pelotazo"), el proyecto nunca salió adelante y el nuevo equipo de Gobierno de izquierdas firmó en 2017 con Fomento un convenio en el que contemplaba alternativas. En vez de soterrar, elevar las vías y cavar túneles para peatones y coches a lo largo de siete kilómetros.

En un debate cargó contra el ayuntamiento -sus aliados- por no hacer el soterramiento

En vez de respaldar la alternativa en la que bregaron sus aliados en Unidas Podemos, Del Olmo cargó contra el ayuntamiento: "Hay una gran confusión en la población, asociada a la falta de soluciones", afirmó en la radio. "Si se ha podido hacer en otros lugares [de momento solo es viable en Murcia y por sus circunstancias singulares], no puede ser que Valladolid esté partida en dos. Tiene que haber soluciones distintas al proyecto inicial (...) La generación de la deuda ha sido lo que ha dificultado. Y así tenemos una polémica fácil: unos partidos echándose los trastos contra los otros y la ciudad sin barrer".

El desprecio a la labor del ayuntamiento terminó por cabrear a muchos en la izquierda vallisoletana, que se han conjurado para impedir que Del Olmo vuelva a presentarse por la circunscripción. Durante la campaña acudió a aquel debate, a la pegada de carteles el primer día y al mitin de cierre de Pablo Iglesias, con quien le une una antigua amistad. Y otras dos veces más en tres años: una "obligado" por los cuadros de UP para rendir cuentas y otra para presentar su libro, La Política Por Otros Medios (Catarata, 2018). Cinco veces en total.

Antes de la campaña solo acudió a presentar su libro

Para versar sobre comunicación política, el libro es un dechado ideofugitivo con citas peregrinas a figuras como Maquiavelo o Lakoff y afirmaciones pretenciosas ("hemos pasado de la sociedad de la información a la sociedad de la difusión"). Apenas toca, y de puntillas, el capitalismo tecnológico ávido por extraer datos monopolizado por Silicon Valley, y dedica un capítulo entero al Tramabús ("por primera vez, puso los rostros responsables del saqueo en primera página"; "fue una demostración de genialidad que obligó al adversario político a utilizar argumentos torpes"; "hacía justicia a la rabia popular porque señaló a los responsables del saqueo"). La parte de más calidad es el prólogo de Juan Carlos Monedero.

Acabadas las elecciones, empezaron los estallidos. La alcaldesa de San Pelayo, Virginia Hernández, concluyó su "silencio militante" en Twitter tras comprobar la fuga del escaño. "Imagino que si no te vimos por aquí en 4 años, mucho menos lo haremos desde hoy. Pero enhorabuena: ahora tendrás muchos más días para leer en tu casa de Madrid, como ayer", cargó esta regidora, célebre por combatir la despoblación rural.

Si no te vimos por aquí en 4 años, imagino que mucho menos desde hoy"

Los que han tratado de hacer llegar a Pablo Iglesias su desazón por tener que tragar con tal candidato se han encontrado con un líder de Podemos de perfil. "Nos dice que se lo contemos al Príncipe Valiente [como irónicamente se conoce al secretario general de Podemos-Castilla y León, el leonés Pablo Fernández]", cuentan los consultados.

Sin asiento en el Congreso, nadie duda de que a Del Olmo se le abrirá la puerta para trabajar a sueldo de Podemos. Tampoco lo tiene fácil para obtener representación su pareja Isabel Serra, candidata por Podemos, IU y Anticapitalistas a la Comunidad de Madrid frente a Íñigo Errejón. La rama local de Podemos se desintegró poco después de las elecciones municipales (2015) y los tres concejales no tienen ninguna relación con lo que queda de partido. El protagonismo de la izquierda recae en la candidatura de Valladolid Toma La Palabra.