Henar Álvarez protagonizó la última entrega de Lo de Évole, que se pudo seguir este domingo en La Sexta. La irreverente comunicadora se llevó a Jordi Évole a pasar una noche por Madrid. Visitando bares de tapas o locales de copas, trataron algunos de los temas más habituales de la cómica, como la sexualidad femenina; pero también mostró rincones más vulnerables de su personalidad al hablar de su hijo o de cómo le había llegado a afectar el odio en las redes sociales.

La madrileña tiene más de 600.000 seguidores en Instagram y ha sido elegida por la revista Forbes como la mejor podcaster del año. Pero no siempre lo tuvo fácil: en la entrevista recordó una precaria infancia marcada por el hecho de que su hermana y ella vivían del escueto sueldo de su madre, por lo que a diferencia de sus amigas "no tenía paga semanal", estudió una carrera con el miedo a perder la beca porque tendría que paralizar sus estudios y no pudo ir al viaje de fin de Grado, a Ecuador.

Entre sus trabajos más describió el de ser la Eme de Movistar en una animación de discoteca o el de descargar camiones. Por ello habló del enorme salto cualitativo que supuso en su vida dejar de preocuparse por "llegar a fin de mes", destacando lo bien pagadas que están las redes sociales en contraste, por ejemplo, con la televisión.

Pasando a sus temas estrella, que son los de género, Álvarez defendió verbalizar un feminismo que no trate de venderles a los hombres que serán los primeros beneficiados del movimiento, sino hablar de que tienen que perder sus privilegios para conseguir una sociedad equitativa.

"El feminismo no va a hacer la vida de los hombres mejor, la va a hacer peor. Discuto mucho con mis amigas por esto, si ellos tienen que pasar a encargarse de la mitad de los cuidados sus vidas van a ser peores, pero da igual. Somos el único movimiento que le dice a la parte opresora 'no pasa nada, te va a ir mejor'", apuntó.

Al hablar de sexualidad, comentó que a las mujeres se les había arrebatado su sexualidad históricamente. "¿Cómo de perverso es que se dé por hecho que fingimos orgasmos?", se cuestionó, antes de recordar que, en su caso, había fingido todos entre los 15 y los 30 años, algo que sorprendió al comunicador:

Recordó también el juicio que sufrió de adolescente por su sexualidad, destacando cómo creía que eso había cambiado con el paso de los años. "En el portal de casa de mi madre me escribieron 'puta', pero yo intentaba ignorar esas cosas. Era impensable que las jóvenes hablasen de la masturbación, aunque en el caso de los chicos era lo más normal del mundo. Había mucho miedo a decir lo que nos gustaba, porque podía convertirse en algo por lo que se nos juzgara en el instituto", recordó.

En ese sentido, destacó la "revolución sexual femenina que había supuesto el Satisfyer". Otro de los momentos más interesantes de la entrevista fue cuando habló de la maternidad, uno de los temas que más se había utilizado en su contra por su defensa de la libertad para abortar de manera segura.

El mayor miedo de Henar Álvarez

Visiblemente emocionada, confesó que a veces temía que, cuando crezca, su hijo no se sienta orgulloso de ella. "Por eso trato de acumular momentos buenos con él, le llevo al parque de atracciones, fuimos juntos a los estudios de Harry Potter en Londres…", explicó.

"Hace falta muy poco para que a un hombre se le considere un padre excelente y también muy poco para que a una mujer se le considere una madre de mierda. Por ello, yo me considero una buena madre y un padre excelente", declaró, para aligerar la conversación.