En la tertulia de El Hormiguero de este jueves, y como es habitual, hubo varias alusiones al Gobierno. La primera fue cuando Pablo Motos contestó a Mónica García por criticarle al mostrar una pseudociencia antienvejecimiento desde sus redes sociales, una queja a la que se sumó Facua en un comunicado.

Como respuesta, el comunicador de Requena leyó un texto sobre las bondades del tratamiento e insistió en que se había limitado a compartir una actividad que había probado desde sus redes sociales sin el objetivo de incitar al público; cuestionándose si la Ministra de Sanidad no tendría nada más importante en lo que poner el foco.

Después, instó a Cristina Pardo a que explicase qué estaba ocurriendo con el posible fichaje de David Broncano en RTVE y en qué afectaba eso al programa en el que estaban. "Parece ser que en Moncloa querían poner un programa que le hiciera la competencia a El Homiguero y decidieron que Broncano era un buen candidato para ello [...] en RTVE ha habido diferencias internas por las condiciones contractuales, según han compartido varios medios", comenzó.

La comunicadora dijo también que le llamaba la atención la laxitud de dichas condiciones tanto en lo referente en la duración del contrato como en la cuota de espectadores mínima que tendría que conseguir el formato presentado por Broncano, algo a su juicio mucho más flexible de lo que suelen serlo los acuerdos laborales.

Después, Pablo Motos rompió al fin su silencio sobre uno de los grandes temas de conversación del sector de la comunicación durante las últimas semanas, y comenzó diciendo lo "incómodo" que le resultaba hablar de una situación en la que era protagonista sin quererlo.

"Competencia hay siempre, llevamos 18 años en emisión, bienvenida sea la competencia. Que cada uno elija la opción que le dé la gana, no hay nada más democrático que el mando a distancia", añadió.

Después, puso en valor el trabajo que se hace desde la televisión pública y lamentó la imagen que esta polémica está dando de la misma. "Me sabe mal que los trabajadores de Radio Televisión española vean cómo se ridiculiza el prestigio de una cadena extraordinaria, con unos profesionales extraordinarios y con equilibrio", concluyó.

Por su parte, Juan del Val centró su atención en el hecho de que "Moncloa quiera acabar con Pablo Motos". "Esto habla del nivel democrático que tenemos... tendrían que decidir otras muchas cosas en lugar de impulsar un contrato con condiciones no vistas antes", continuó.

Después, destacó en la gravedad del asunto, a su juicio, al hablar de una empresa pública. "Si fuera la televisión privada no habría problema. Moncloa no interviene no para contratar a alguien, sino para hacerle daño a este programa", añadió, justo antes de recomendarle a Motos, con sorna, que le dé una vuelta a la idea de que podrían tenerle manía desde el Ejecutivo.