Primero fue Alba, sobre una violación en grupo a una joven con novio. Después, Heridas, sobre una mujer soltera que le roba la hija a otra. Y ahora, La encrucijada, adaptación española de la telenovela turca Sühan: Venganza y amor. Mientras que Alba y Heridas, destiladas versiones de Fatmagül y Madre, fueron reducidas a 13 capítulos; La encrucijada asciende a 60 episodios de 50 minutos cada uno y cuya grabación en Madrid y Tenerife se extendió durante seis meses y medio en 2024.
De la supervisión del guion se encargó la venezolana Lele Portas (Heridas) y de la dirección, Alexandra Graf (Servir y proteger, Mía es la venganza). Sabían lo que hacían y parecía ser una de las grandes apuestas de Atresmedia y Secuoya (Zorro, Montecristo). Sin embargo, Antena 3 emitió los primeros cuatro capítulos el miércoles y jueves noche de la semana pasada. Pueden verlos en Atresplayer y Disney+.
Para su pareja protagonista, el argentino Rodrigo Guirao (Rubí) y la española Ástrid Janer (Acacias 38), La encrucijada no es necesariamente una serie veraniega, pero sí una ficción ideal para estos calores. Las escenas grabadas en localizaciones exteriores –se trasladaron a Canarias en dos ocasiones– se combinan con otras rodadas en plató.
"Yo disfruto muchísimo de estar al aire libre. Un día acá, otro día allá. Se hace muy dinámico y divertido. Acá tuvimos unas localizaciones espectaculares, escenas de amor al borde de un acantilado con un atardecer espectacular, una adrenalina de que tenés 20 minutos para hacer la escena y que la toma sea buena. Eso le da algo único", admite Rodrigo Guirao, 15 años mayor que su compañera de reparto.
Aunque argentino, aquí interpreta a un mexicano que arriba a un pueblo costero para vengar la muerte de sus padres, pero se enamorará de la hija de su verdugo, un tiburón de los negocios al que interpreta Abel Folk. Al actor catalán le sienta como un guante el traje de villano, aunque aquí las maldades se repartan entre su yerno (Cristóbal Suárez) y su nuera (Paula Prendes). El primero provoca accidentalmente un incendio que casi acaba con la vida de su suegro. La segunda finge estar embarazada y recurre a un vientre de alquiler. Y entre el elenco figuran nombres procedentes de La Promesa, como Antonio Velázquez e Isabel Serrano.
Digamos que en La encrucijada, el hábito hace al monje. Rodrigo Guirao da fe del contagio de rodar escenas románticas con los paisajes mostrados en la serie. "El plató tiene lo bueno de que es más sencillo y se pueden hacer más escenas al día", puntualiza. Ambos se aproximaron a la historia como algo nuevo y no la adaptación de un melodrama turco. "Algo vimos en algún momento del rodaje, pero muy brevemente porque queríamos que fuera lo más honesto posible. Está bien no estar condicionado", señala Janer.
No fue para Guirao su primer remake, pues formó parte de la versión argentina de la serie estadounidense Mujeres desesperadas. En aquella ocasión también hizo oídos sordos para diferenciarse. Porque La encrucijada, con un ojo puesto en Latinoamérica (he ahí el casting mestizo), añade nuevos personajes y giros de guion. Tampoco es que tuvieran tiempo para ver la original turca.
Pero si hay algo que tienen en común Sühan y La encrucijada es la intensidad de los acontecimientos. "Ocurren muchas cosas muy fuertes y eso hace que los personajes se enfrenten a ellos, con honestidad desde un lugar intenso. Pero la serie tiene muchos momentos de mucha contención, de mucho silencio, de mucha oscuridad, casi como un thriller. Los personajes piensan las cosas, no tienen una presión emocional. Los veo muy completos. Al menos, yo he intentado construir a Amanda como una persona real", defiende su actriz protagonista. Su compañero de reparto reconoce que La encrucijada le sirvió para entender el fenómeno de las series turcas y pone como ejemplo a su madre, enganchada a ellas.
"Como no tuve la posibilidad de ver una, pero tengo a mi madre que las veía. A veces miraba 10 minutos para ver qué le gustaba. Y miraba y la verdad es que estaban bien actuadas y pasaba de todo, había conflicto en todas las escenas y ella me decía 'No sabes lo que pasó. Entró en coma esta mujer y ahora su marido se casó con otra'", rememora.
Girao agradece interpretar un guion en el que pasen cosas y haya muchas sorpresas y emociones. "Pensé que si a mí me tenía todo el tiempo en un desafío, eso estaba bueno para el público. Ese es el ingrediente principal para que el público se enganche con nuestra historia", añade. Ástrid Janer tuvo otra mentalidad: puede que haya historias inverosímiles, pero la realidad supera a la ficción.
No les gusta, eso sí, a ninguno de los dos definir La encrucijada como un muy buen culebrón. "Tiene eso de los que hablamos recién de las telenovelas: los conflictos, los dramas, el atrapar a un público, que pasan cosas todo el tiempo, pero también una calidad, una dirección de fotografía, unos tiempos para actuar y pensar las escenas de la serie con el director. Tiene lo mejor de los dos mundos", sentencia Rodrigo Guirao.
Te puede interesar
-
Pablo Motos admite lo peor de 'El hormiguero' y explica por qué el programa no funcionaría sin él
-
José Ortega Cano se pronuncia sobre la muerte de su nuera Michu a la espera de su autopsia
-
Telemadrid recupera 'Amar es para siempre' un año después de su final en Antena 3
-
'Sueños de libertad' encara la recta final de su rodaje y tendrá un parón veraniego