"Me siento con raíces cuando las tengo que tener, pero con alas para volar y llegar donde sea. Tranquila, en paz conmigo misma, con la seguridad de que creo en mí y con la alegría de saber que mitigo la soledad de los demás desde las pantallas", dice Lydia Bosch (59) sobre su estado personal en entrevista con El Independiente.

Más o menos lo contrario que su personaje, Sonia Hidalgo, en la nueva serie diaria para la sobremesa de Telecinco, Mía es la venganza. En ella, la catalana interpreta a una mujer "profundamente herida", que siempre está al límite. En parte esto ocurre por su pasado: dos décadas antes, mientras huía de su marido maltratador, un accidente de tráfico hizo que tuviera que elegir a cuál de las hijas que llevaba con ella se salvaba.

La afortunada fue Olivia Serra (Natalia Rodríguez, de Traición) quien en la actualidad lleva el exclusivo club deportivo Los Olivos con su madre y su hermano, Fernando Serra (Ibrahim Al Shami J, de Valeria). Juntas tienen las riñas propias entre madre e hija, sumadas al trauma que comparten y a que tienen personalidades muy distintas: mientras que Sonia es autoritaria, exigente, poderosa y distante, Olivia le hace el contrapunto con su dulzura y su necesidad de cariño.

Esta será una de las tramas principales de una ficción que contará también con Mario Costa (José Sospedra, de Bosé) en su primer rol como coprotagonista y Lucía Serrano (Elena Furiase, El Internado) en un ambicioso elenco. Mientras guía a la prensa, Bosch presume como si fuera su propia casa de un set en la localidad madrileña de El Álamo que cuenta con 8.000 m² de decorados.

De ellos, se dedican cerca de 3.000 m² a platós cubiertos y 5.000 m² a backlot y exteriores que albergan una cuadra, la piscina y los bungalós en los que vive el servicio, una zona a la que llama Melrose Place por su estética similar a la serie de los noventa. "Aquí todo es de verdad", insiste la actriz, mientras golpea suavemente las puertas de su casa.

El retorno del serial diario

Un gesto que no es casual: reivindica que las series diarias han dejado de ser lo que se creía hace unos años. Ya no son un low cost del prime time, sino producciones de las que se escucha hablar en la calle y con cifras muy altas de share, como ocurre con La Promesa en La 1 de TVE. La propia actriz confiesa que, como otros compañeros, antes tenía algunas reticencias con este tipo de ficciones, aunque ahora las defiende a ultranza.

"Hace años estábamos todos atontados. Además, en el horario del prime time estás cansado y muchas veces optas por verlas en otro momentos desde una plataforma. Por no decir que las de tira diaria tienen más facilidad para enganchar, pues con el modelo tradicional puedes olvidarte de ellas en una semana", reflexiona.

Será este lunes 12 de junio, desde las 15:45 horas, cuando se pueda conocer el universo de Los Olivos desde Telecinco, justo antes de Sálvame, en su recta final, queda aún más reducida. El tono ya en el tráiler anticipa el estilo de una telenovela de los primeros dosmil, un formato vendible y exportable, aunque Arantxa Écija, una de las productoras ejecutivas, matiza que aún no se negocia con otras plataformas para que ofrezan Mía es la venganza.

Sonia Hidalgo provoca "taquicardias" a Bosch

Puesta sobre la mesa la nueva percepción de las series diarias, toca profundizar en las particularidades que se dan al grabar una de ellas. Los actores de Mía es la venganza coinciden al comentar que, cuando el rodaje de una tira diaria entra por la puerta, la vida sale por la ventana. "Los lunes parecen jueves", bromea Lydia Bosch sobre el cansancio.

A esto hay que sumarle que, en su caso, da vida a un personaje en permanente tensión, que sabe muy bien lo que es el miedo pero que nunca se permite mostrarse vulnerable. "Llego a tener taquicardias y se me guiña un ojo de los nervios, tengo que hacer ejercicios para relajarme por la dificultad del personaje, que no tiene secuencias en las que pueda estar tranquilita. Me exige estar siempre con la emoción y con las tripas agarradas...", apunta.

Lydia Bosch flanqueada por Natalia Rodríguez y José Sospedra en el set de 'Mía es la venganza' en El Álamo'.

Sin embargo, su mayor remilgo a la hora de enfrentarse a este proyecto no fueron los rodajes extenuantes, sino la memoria: la mecánica de grabación de una tira diaria implica recibir de un día para otros los guiones, que se van redactando prácticamente sobre la marcha.

"Llevaba tiempo sin trabajar la memoria en una serie diaria y me daba vértigo, pero llega un momento en la vida en que los años te dan coraje y valentía", recuerda. El detonante para que aceptase el trabajo llegó cuando Aurora Guerra [de Alea Producciones, aunque le tomó el relevo Amalia Martínez de Velasco] le presentó a Sonia Hidalgo.

"A priori es la mala, pero me gustó que tenía un porqué para serlo. Cuando te hieren casi a muerte sales como el ave fénix y tus alas blancas te las cambias por unas alas de metal. Veo a eso a Sonia como una mujer con unas alas de metal", imagina. Su versión más joven es interpretada por Begoña Maestre, cuyo rostro puede resultar familiar por Entre tierras. "Me parece una de las mejores actrices de este país. Trabajamos en Motivos personales y siento que cuando se funden nuestras imágenes no resulta extraño, que puedes creerte que estás viendo a la misma persona", expone.

Más allá de la matriarca Hidalgo, de Mía es la venganza destaca también cómo no solo tiene importancia la trama troncal, sino todas las ramificaciones. La actriz presume de haber aprendido a no ser tan perfeccionista gracias a la serie, algo que condicionó su paso por Tu cara me suena, como ella misma comenta. Aquí, los tiempos obligan a que, muchas veces, no haya posibilidad de escuchar el clásico ¡repetimos!

"Me gusta tenerlo todo controlado, pero en una serie diaria no puedes. Si no te sale como te gustaría da igual, a lo mejor para ti dices 'vaya cagada', pero luego no está tan mal para los demás. Si no te sabes de 10 un texto porque tienes 78 secuencias... te lo sabes de 6 y lo vas sacando", afirma.

El reparto de la serie incluye a otras caras conocidas como Elena Furiase o Armando del Río.

Por todo ello, su balance de la serie es positivo y asegura no temer a las cifras diarias de audiencia. "Es muy fácil venderla, me siento como si hablara de un hijo. Es tan buena que no tengo ninguna duda de que saldrá adelante", asevera.