El vídeo circula estos días por WhatsApp y tiene su mérito, pues compendia en poco tiempo varios de los males que afectan al periodismo, esa profesión cuyos principios parecen escritos por un soñador, pero cuyas peores prácticas son equiparables a las que suceden en los callejones más oscuros de la ciudad. Dura poco más de un minuto y medio y muestra una de esas pantallas divididas en múltiples recuadros en los que aparecen mensajes de última hora, una presentadora y dos reporteros.

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