Existen versiones contrapuestas sobre lo que ha ocurrido en la Agencia EFE en las últimas semanas, desde que Miguel Ángel Oliver -exsecretario de Estado de Comunicación- se instalara en su despacho principal. La realidad es que se han celebrado diferentes reuniones en su cúpula y en las delegaciones para intentar buscar soluciones a la larga crisis económica que atraviesa, que han provocado pérdidas acumuladas de 49,1 millones de euros en el último lustro.

Fuentes que han estado presentes en esos encuentros explican que se ha advertido de la necesidad de explorar nuevas líneas de negocio e incrementar la partida de ingresos para evitar que, una vez más, se vea amenazada la viabilidad de esta entidad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que con la llegada de la pandemia entró -desde el punto de vista contable- en causa de disolución.

Hay que tener en cuenta que esta agencia de noticias -la primera en el mundo en español- se mantiene principalmente a partir de dos partidas de ingresos. La primera es la de los Presupuestos Generales del Estado, que le procura anualmente 53,9 millones de euros. La segunda es la relacionada con lo que factura a los clientes que contratan sus servicios de noticias, tanto públicos como privados, tanto en el interior como fuera de España.

Esta última, se ha visto perjudicada en los últimos años debido a las dificultades económicas que ha vivido el sector de los medios de comunicación, que ha provocado un recorte en la partida que destinan a EFE. También ha influido, en este sentido, la digitalización de la sociedad, que ha provocado que surjan algunas alternativas a los servicios de esta empresa pública.

Reforzar la empresa

Este periódico contactado con Miguel Ángel Oliver para tratar de obtener su versión sobre la situación de la agencia y el contenido de las reuniones en las que ha participado en varios puntos de España. Ha respondido a través de su Departamento de Comunicación, que ha incidido en la necesidad de reforzar esta empresa, tanto en lo que respecta a su negocio como en cuanto a lo profesional.

“La prioridad para mejorar la situación de la agencia es movilizar a la plantilla, promover una total adaptación a los nuevos soportes y dinámicas informativas, facilitar el recambio generacional, buscar nuevas líneas de impacto informativa; y, en suma, hacer todo lo que esté en nuestra mano como la principal agencia informativa en España para evitar, precisamente, medidas que afecten a la plantilla, como ocurrió en el pasado”.

Desde UGT, han expresado otra visión de las conversaciones que ha mantenido Oliver con sus trabajadores. En una nota interna, han incidido en que su preocupación por la mala situación económica y las pérdidas que se arrastran en la empresa. “Son unas pérdidas que, según explica (el presidente), amenazarían el futuro porque si no se corrige esta tendencia la viabilidad de EFE podría quedar comprometida”, ha detallado el sindicato.

Las fuerzas del Comité Intercentros propusieron hace algo más de un mes a Oliver que una de las formas para mejorar la situación financiera de EFE podría pasar por incrementar el importe del Servicio de Interés Económico General (SIEG), estipulado por la Comisión Europea. Esto permitiría al Ejecutivo español dotar de más dinero anual a la agencia sin que sus competidores pudieran denunciar la concesión de ayudas públicas ilegales.

Sin embargo, Oliver habría transmitido a los sindicatos -según estos últimos- que esta acción no sería suficiente para enderezar el balance de EFE, de ahí que haya apelado a la necesidad de que la agencia aumente la facturación.

Recortes en el pasado

UGT ha recordado al presidente que en EFE ha habido ya varios expedientes de regulación de empleo. El último, en 2012, y antes, durante y después se han adoptado medidas de ahorro. Por ejemplo, se han amortizado plazas en redacciones, se han dejado de cubrir bajas, se han renegociado contratos, se ha economizado en sedes... y eso ha provocado una merma en la plantilla, que ha pasado de tener 930 efectivos a 740 en España, en tan sólo unos años. 

Otras fuentes sindicales recuerdan que han pasado 100 días desde que Oliver accediera a su puesto y que todavía no ha aclarado cuál es el camino que quiere marcar para la agencia. Reconocen que en algunas de las reuniones que ha mantenido con los trabajadores ha apelado a ser optimistas y a trabajar por la mejora del negocio y de la información -para reivindicar a EFE como una gran fuente fiable en un momento de incremento de los bulos en el panorama global- para alejar a la agencia del fantasma de la inviabilidad.

EFE cuenta actualmente con una plantilla de alrededor de 1.100 trabajadores. Según el último informe de cuentas que figura en su web, dispone de una red de 16 delegaciones, 5 subdelegaciones y 9 oficinas permanentes en España; y 43 sedes en el extranjero. En 2022, registró una cifra de negocio de 86,5 millones de euros, mientras que gastó en personal 69,3 millones.

Su principal accionista es la SEPI, que es la que históricamente ha designado a su gerente, al igual que hace con el director general corporativo en Radiotelevisión Española. Su presidente es propuesto directamente por el Consejo de Ministros y, en el caso de Oliver, su propuesta levantó una gran polvareda debido a que previamente había ejercido de secretario de Estado de Comunicación para un Gobierno de Pedro Sánchez.

Frente a esta polémica, el Consejo de Redacción de EFE expresó que sus informadores "son profesionales que han hecho, hacen y harán su trabajo con imparcialidad y rigor".