El Grupo Prisa ha abierto este lunes la posibilidad a refinanciar su deuda, que el pasado 31 de diciembre ascendía a 832 millones de euros. Lo ha hecho después de cerrar su segunda emisión de bonos convertibles en dos años, que, en este caso, ha tenido un importe de 100 millones de euros.

Los fondos recaudados en la operación -donde ha habido una 'sobre-demanda'- se destinará a la reducción de una parte de sus adeudos y a explorar algunas vías para hacer crecer el negocio, según ha detallado la compañía en un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Minutos después de cerrarse esta operación, los medios de comunicación del grupo difundían una entrevista con la directora financiera, Pilar Gil, en la que adelantaba la intención de Prisa de renegociar las condiciones y el calendario de pago de su deuda bancaria, cuyo titular, en su práctica totalidad, es el fondo de inversión Pimco.

"La operación nos abre oportunidades para poder valorar alternativas de refinanciación de la compañía, en un momento en el que los mercados de deuda están en unos entornos bastante favorables", expresaba la directiva.

La larga crisis de Prisa

Cabe precisar que la deuda de Prisa llegó a ser superior a los 5.000 millones de euros, lo que puso en duda la viabilidad de la compañía y la posibilidad de continuar con sus operaciones.

Esta situación ha obligado al grupo de deshacerse de algunos de sus activos estratégicos, como su participación en Mediaset -entonces millonaria-, los sellos de Ediciones Generales, el negocio de Santillana en España, su filial en Portugal (Media Capital) o Digital Plus.

Las urgencias financieras también le llevaron a renegociar las condiciones de pago de su deuda en varias ocasiones; y a plantear diferentes ampliaciones de capital que obligaron a realizar desembolsos millonarios entre sus accionistas. En algunas, vieron reducida su participación, ante la entrada de nuevos socios.

En este sentido, Pilar Gil ha adelantado a los dueños de la compañía -comandados por Amber Capital y por Vivendi- que no se plantearán en el futuro próximo más operaciones de este tipo.

Nuevo plan estratégico

Desde el grupo también han avanzado su intención de iniciar la elaboración de un plan estratégico, que se pondrá en marcha en 2025, que determinará los objetivos de crecimiento del negocio para los próximos años.

Hay que tener en cuenta que el anterior proyecto de este tipo se presentó después de que Joseph Oughourlian -dueño de Amber Capital- asumiera la presidencia, tras imponerse en su batalla contra Banco Santander y sus aliados en el Consejo de Administración.

Entre los objetivos principales de ese marco estratégico se encontraban el de alcanzar los 1.000 millones de euros de ingresos en 2025 y el de incrementar la base de suscriptores de El País.

El año pasado, la facturación del grupo ascendió a 947 millones de euros y el número de abonados, a 350.000.

Pese a todo, el grupo continúa condicionado por su larga crisis financiera y por su endeudamiento, que es de aproximadamente 4 veces su EBITDA -un ratio de referencia para medir la salud de una empresa-.