Con múltiples antecedentes y un alto tren de vida, los atracadores veteranos reducen su participación en robos con fuerza a medida que avanzan en edad, justo al contrario que los delincuentes más jóvenes, que se muestran hiperactivos en la búsqueda de dinero fácil.

Ese es el perfil del atracador que un inspector de la Policía Nacional especializado en investigar asaltos con violencia ha trazado en el Segundo Foro de la Unión Cerrajeros de Seguridad (UCES), que congrega hasta este sábado en el estadio Wanda Metropolitano a 1.200 profesionales del sector.

El agente, que pide reservar su nombre, ha explicado que los "cacos" de mayor edad son "selectivos", prefieren consumir el tiempo como jefes que ordenan y aconsejan a las nuevas generaciones, al mismo tiempo que blanquean el dinero a través del tráfico de drogas o en inversiones inmobiliarias.

Por contra, los atracadores jóvenes que dan sus primeros pasos apenas muestran reparo al actuar, son por lo general "más salvajes" y cometen varios robos al día para obtener beneficios al instante después una planificación "concienzuda".

Para el inspector de Policía, la diversidad de perfiles se une a las dificultades a las que los miembros de las fuerzas de seguridad se enfrentan al seguir el rastro de la delincuencia.

Las penas, por lo general son "muy bajas". Los delincuentes entran y salen continuamente de España, un país "exportador" de atracadores

Las penas, por lo general "muy bajas", desincentivan los recursos; los delincuentes entran y salen continuamente de España, un país "exportador" de atracadores, o bien se topan con jueces reacios a permitir seguimientos mediante balizas e intervenciones telefónicas.

Los investigadores, ha añadido el agente, hacen frente a redes profesionalizadas en robos con violencia que cuentan incluso con abogados que les asesoran acerca de cómo invertir el botín o sobre los pasos a seguir para esquivar el acecho de las fuerzas de seguridad.

El inspector ha hecho una radiografía al detalle de los modos de asalto más habituales en viviendas y comercios, que van desde los chivatazos -"santos" en la jerga policial- de empleados o familiares "infieles" hasta el uso de inhibidores de la señal de alarmas.

Para los atracadores las nuevas tecnologías son el complemento ideal de viejas técnicas como la señalización con pegamento de las puertas de sus víctimas o las visitas previas con disfraces de técnicos que acuden, en apariencia, "a solucionar una avería".

Ha advertido de que a través de esas pistas los atracadores logran saber cuándo los escenarios del robo están vacíos y la ubicación exacta de las cámaras de seguridad.

Para rebatir la sospecha de que los autores de robos con fuerza son principalmente extranjeros, el policía ha puntualizado que se trata en su mayoría de personas de nacionalidad española, que se sitúan a la cabeza entre aluniceros y butroneros, dos de las 'especialidades' que practican este tipo de ladrones.

Por su parte, el presidente de UCES, Manuel Sánchez, ha centrado el objetivo de estas jornadas, que coinciden con el décimo aniversario de la federación, la mayoritaria en el gremio, en poner en común las novedades del mercado para facilitar a los ciudadanos una mayor seguridad.

En conversación con Efe, Sánchez ha destacado el valor compartido entre los profesionales del sector "para tener las soluciones adecuadas en cada momento a las incidencias" de víctimas de robos o, en el caso más simple, la pérdida de unas llaves.

"El 70 por ciento de las viviendas españolas tiene más de 35 años y la mayoría tienen las mismas cerraduras del inicio", ha subrayado Sánchez, que ha alertado de que las técnicas y los modos de actuar de los delincuentes evolucionan, motivo de que la vulnerabilidad no deje de crecer.

Tomar conciencia de la protección es, según el dirigente de UCES, una de las tareas pendientes de la sociedad, un vacío que a partir de la colaboración "muy estrecha" entre cerrajeros y fuerzas de seguridad se intenta reducir con el fin de adelantarse al delincuente.