Un día después de que el Tribunal Supremo confirmara la obligación de devolver las pinturas murales del monasterio de Sijena a Aragón, el presidente Jorge Azcón ha exigido a la Generalitat que acate la sentencia "sin excusas" y ha apelado a la "lealtad institucional" para que se cumpla "cuanto antes". "No quiero pensar que Cataluña tiene otra alternativa", ha advertido este jueves, en una comparecencia en Zaragoza en la que ha reivindicado el fallo como “un triunfo de la sociedad aragonesa”.

Azcón ha aclarado que el retorno no será inmediato –"no va de un día", ha dicho–, pero ha subrayado que el Gobierno de Aragón ya cuenta con un plan técnico detallado para el desmontaje del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), traslado, restauración y exposición de las pinturas, que se ejecutarían en la Sala Capitular del Monasterio de Villanueva de Sijena. Aunque ha recalcado que "jurídicamente no es nuestra obligación, sino de la Generalitat", ha asegurado que el traslado es "absolutamente posible" desde el punto de vista técnico.

La sentencia del Supremo, que ratifica los fallos previos de la Audiencia de Huesca y el Juzgado de Primera Instancia nº 2, da la razón al Gobierno aragonés como cesionario de los derechos de propiedad de la comunidad religiosa titular del monasterio. El tribunal considera probado que el MNAC no posee título legítimo sobre los murales, que fueron "arrancados" durante la Guerra Civil y trasladados a Barcelona bajo un contrato que nunca fue validado por la comunidad de Sijena. El fallo fija un plazo de ejecución de 20 días hábiles desde que el juzgado de Huesca reciba la resolución.

Desde el MNAC insisten: es una "aberración"

La respuesta catalana ha sido ambivalente. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha asegurado que su gobierno no pondrá "obstáculos" al cumplimiento de la sentencia, pero ha advertido que su prioridad será evitar "que se estropeen las pinturas". La consellera de Cultura, Sònia Hernández, ha recordado que varios informes técnicos advierten del riesgo "irreparable" que implicaría el desmontaje. En la misma línea, la conservadora del MNAC y directora del Centro de Restauración de Bienes Muebles, Mireia Mestre, ha calificado el fallo de "aberración" y ha afirmado que las obras están integradas en estructuras rígidas que podrían fracturarse si se trasladan.

La tarde de este jueves la jefa del Área de Restauración y Conservación Preventiva del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), Carme Ramells, ha advertido en declaraciones a periodistas ante la obra reclamada que su traslado sería como activar "una bomba de relojería". Según Ramells, estas pinturas son como un "artefacto" por los cambios que han sufrido a lo largo de los años, tienen latentes en su interior "una serie de reacciones químicas en potencia que se pueden activar cuando hay cambios de humedad relativa" o cuando hay vibraciones, lo que ocurriría en caso de transporte.
Todo ello, puede comportar una "modificación tensional", pero también la "caída de pintura". A su juicio, hay que hablar de pinturas muy frágiles y, en el caso de Sijena, todavía más, porque antes de ser arrancadas y trasladas a Barcelona en 1936 sufrieron un incendio, "una calcinación, con unas temperaturas altísimas, que cambiaron su estructura química".

Argumentos, los del MNAC, que ya han sido desestimados por los tribunales, tal y como ha insistido este jueves Azcón. "Si fuera técnicamente imposible, no se habría condenado a la devolución". El presidente ha pedido a Illa que colabore en vez de prolongar el conflicto, y ha celebrado que la sentencia reconozca por fin que las pinturas deben volver "al lugar del que nunca debieron salir".

El caso de Sijena ha sido uno de los litigios patrimoniales más largos y simbólicos entre Aragón y Cataluña. Las pinturas, de estilo románico, fueron realizadas en el siglo XII para decorar la sala capitular del monasterio fundado por la reina Sancha de Castilla. En 1936, durante la Guerra Civil, el edificio fue incendiado y los frescos arrancados por encargo de la Generalitat republicana. Desde entonces permanecen en el MNAC, integrados en su colección medieval.

"Cerrar una herida histórica"

En Aragón, la reacción política ha sido unánime. El expresidente Javier Lambán (PSOE) ha celebrado un "triunfo del Estado de derecho" y ha instado a la Generalitat a no recurrir a "nuevos subterfugios". Por su parte, el alcalde de Villanueva de Sijena, José Jaime Castellón, ha valorado la resolución como una oportunidad para cerrar una "herida histórica" y ha reiterado que existen soluciones técnicas viables para el retorno.

En Cataluña, algunas voces ya hablan de resistirse. Desde Bélgica, el expresident Carles Puigdemont ha denunciado un "despropósito" que pone en peligro las pinturas y ha sugerido que la sentencia no puede ejecutarse sin riesgo de "destrucción". ERC, por su parte, ha reclamado al Ayuntamiento de Barcelona –patrono del MNAC– que active acciones legales para frenar el traslado.

El Ministerio de Cultura ha llamado a la serenidad. El ministro Ernest Urtasun ha defendido que "las sentencias deben cumplirse" y ha confiado en que las partes implicadas cooperen. El patronato del MNAC se reunirá en los próximos días para analizar los pasos a seguir. Si se materializa, el traslado de las pinturas supondría un desenlace histórico en una disputa que ha atravesado casi un siglo de política, guerra, reconstrucción, silencio y tribunales.