El avispón asiático, conocido igualmente como Vespa velutina, ha comenzado a expandirse en diferentes áreas de nuestro país, lo que ha disparado las alarmas a causa de su influencia sobre el ecosistema. Esta especie invasora llegó a Europa en 2004 y consiguió asentarse, constituyendo una creciente amenaza a la variedad de especies, sobre todo de las aves. Su picadura, aunque no sea más peligrosa que la de una avispa común, aplastarlo puede tener consecuencias mucho más severas de lo que pudiera parecer en un primer momento.
La amenaza del avispón asiático
El avispón asiático puede llegar a medir entre 2 y 3 centímetros. Su cuerpo es negro, con una franja naranja en el abdomen y patas amarillas en las puntas de las mismas. Esto es suficiente para diferenciarlos del resto de las especies autóctonas. Su nido tiene forma de pera y puede alcanzar un metro de diámetro y se puede encontrar en árboles, tejados o estructuras elevadas.
Asentamiento en España
La Vespa velutina desde su llegada a Europa, ha demostrado una gran adaptabilidad. En España, esta nueva avispa ya se ha localizado en varias comunidades sobre todo en el norte de la península. El avance de esta ha ido en aumento gracias a la falta de depredadores naturales y a su gran potencial reproductor. Además de competir con otras avispas y abejas, también puede amenazar cultivos y ecosistemas locales.
Por qué por aplastar a esta avispa puede ser peligroso
Cuando un avispón asiático muere aplastado, comienza a liberar una feromona de alarma que sirve de señal de peligro, y que se dispersa rápidamente provocando una reacción defensiva inmediata por parte del resto de la colonia. El punto de partida de un ataque aislado puede, por el cambio de alarma que producen sus feromonas y el consiguiente olor que despiden, terminar siendo un ataque en coordinación con otros avispones que se vean atraídos por el olor.
Los ataques en grupo
El Vespa velutina tiene una alta tendencia social y si uno de los miembros ha detectado la presencia de cualquier amenaza el conjunto de la colonia puede reaccionar en defensa. A diferencia de aquellas especies solitarias que no tienen la costumbre de actuar de manera grupal, estos avispones si lo hacen y, por tanto, de pisarlas podrás estar arriesgando al ataque masivo y recibir muchas picaduras al mismo tiempo, lo que puede ser un verdadero peligro, sobre todo en los casos donde hay personas con alergias o bien las personas que tienen el sistema inmune comprometido.
Control de la avispa asiática
Matar un solo individuo no consiste en una solución efectiva. La colonia permanece activa y la violencia y la agresividad hacia una nueva amenaza pueden presentarse. Otra razón que dificulta la solución individual es el hecho de que se trata de una especie con costumbres gregarias. Aunque se mate una serie de avispones solitarios la eliminación individual no conlleva ningún tipo de restricciones en la reproducción ni que la proliferación de la especie se vea afectada.
Investigación y control biológico
Teniendo en cuenta que la eliminación total es escasamente viable los expertos favorecen sistemas de control sostenible. En algunos países ya se están desarrollando métodos de control biológico, que aprovechan depredadores naturales o parásitos específicos. Estas metodologías se basan en el control poblacional sin romper drásticamente el equilibrio evitando la lucha a cualquier precio y tratando de optar por una respuesta científica y coordinada ante el invasor.
La presencia del avispón asiático en España representa un nuevo reto ambiental. Aunque su aspecto pueda dar miedo, aplastarlo resulta la peor alternativa. Entender su comportamiento y gestionar la situación mediante soluciones sostenibles resultan imprescindibles para la protección de los ecosistemas y de las personas.
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