Desprenderse o eliminar nidos de aves silvestres como el vencejo, la golondrina o el avión común puede resultar muy costoso. La legislación española ampara a estas especies debido a su gran valor ecológico y su destrucción -aun en el momento en que no hay polluelos ni huevos en su interior- se considera una infracción muy grave. Con la llegada del buen tiempo y en plena época de cría, las fuerzas públicas ponen una mayor atención para no poner en peligro a estas aves silvestres. Las sanciones, en este sentido, pueden alcanzar los 200.000 euros.

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Normativa de protección de los nidos de las aves

La Ley 42/2007, de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad prohíbe expresamente dañar, molestar o provocar la muerte de los animales silvestres y sus estructuras fundamentales. Esto quiere decir que la destrucción o la alteración de nidos, huevos, crías y restos, aun vacíos, se considera como algo sancionable. El hilo normativo persigue fundamentalmente el fin de garantizar tanto la migración como la reproducción de especies que son básicas para la continuidad de las interacciones del equilibrio ecológico, muchas de las cuales llegan a nuestros lares después de largos viajes desde el norte África.

Autorización y excepciones

Para la retirada del nido, habrá que hacerlo en caso de existencia de supuestos excepcionales, así como la existencia de una autorización expresa de las administraciones que sean competentes. De esta manera, este tipo de autorizaciones se otorgan solamente en aquellas circunstancias donde se demuestra que existe un riesgo motivado por razones de salud o de consideración de la propia seguridad, así como para aquellas situaciones que se acrediten ser de obligada consideración. Cualquier actuación que vaya más allá de estas excepciones se califica como ilegal y como tal podría ser merecedora de la correspondiente sanción económica, en este caso, de 3.001 euros hasta 200.000 euros.

Importancia ecológica de los pájaros

El vencejo, la golondrina y el avión son unas grandes aliadas de la lucha natural contra los insectos. Estos tres tipos de aves se alimentan principalmente de mosquitos, moscas y otros artrópodos, lo que favorece que mantengamos a raya unas poblaciones que pueden ser transmisores de enfermedades. Durante la época de cría, el consumo de insectos se incrementa de forma muy notable, ya que las aves deben alimentar diariamente a los polluelos.

Beneficio ambiental y de salud pública

Más allá del control de plagas, estas aves también benefician a la biodiversidad ya que representan un elemento de la comunidad biótica urbana. La presencia de estos pájaros en las zonas habitadas garantiza que haya equilibrio entre las especies de los ecosistemas, disminuye el uso de plaguicidas y produce beneficios indirectos en la salud pública. Por estas consideraciones, una vez más, figuran dentro del catálogo español de especies amenazadas y reciben un tipo de protección especial.

Qué hacer si hay nidos de aves en casa

Pese a que los nidos pueden ocasionar incomodidades (excrementos en balcones, fachadas o ventanas), existen soluciones que resultan adecuadas para la protección de las aves; por ejemplo, colocar una bandeja o una balda bajo los nidos para recogerlo, que a final de la temporada de cría se limpia sin problemas. En caso de que haya colonias más numerosas, se pueden implementar canalones que van a parar al desagüe.

Destruir un nido sin justificación pondrá en peligro a las aves y es considerado una infracción con resultados económicos que pueden llegar a ser muy importantes. La convivencia con estas especies no solo tiene que resultar posible, sino que es positiva para el medio ambiente y la salud pública. Unas medidas correctas durante la época de cría protegerán la biodiversidad y evitarán sanciones.

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