El cuidado de las gafas puede ser complicado. La grasa de la piel, una fina capa de polvo y las huellas de los dedos convierten su limpieza en una tarea rutinaria que nunca acaba de resultado. Muchas personas confían en los paños de microfibra o en los líquidos de limpieza, aunque estos no siempre cumplen lo que prometen. Ante estas opciones se puede recurrir a un truco simple pero muy efectivo y avalado por un experto que ha puesto de moda la limpieza de gafas.

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Lo que no funciona para limpiar las gafas

Los paños de microfibra, pese a su popularidad y siendo la herramienta más habitual, no son la mejor opción si se desea realizar una limpieza efectiva. Con el uso habitual acumulan la grasa de la piel, polvo y partículas microscópicas que no son otra cosa que suciedad y que terminan por no limpiar. Lo más recomendable es reservarlo para limpiar las gafas de óptica en momentos específicos y guardarlas de forma segura en su funda habitual.

Los líquidos de la óptica

Los limpiadores líquidos que usan en las ópticas son válidos en circunstancias concretas, pero no son una solución perdurable. Frotar en exceso con ella puede incluso deteriorar la superficie del cristal y generar microarañazos invisibles. De forma esporádica y reverencial puede evitar problemas, pero no es la técnica que resuelve la necesidad de limpiar a diario de forma práctica, barata y realmente eficiente.

El truco definitivo para las gafas

La técnica y producto más eficaz no demanda grandes lujos ni productos especiales. En primer lugar, el procedimiento consiste en aplicar una pequeña cantidad de detergente sobre la yema de los dedos, frotar con suavidad hasta hacer espuma y enjuagar los cristales bajo el agua del templada. Después de debe secar con un papel de cocina pero con movimientos muy suave para no dañarlas. Así lograrás que vuelvan a quedar brillantes y transparentes.

Resultado inmediato y económico

Este sistema no solo elimina definitivamente las manchas, sino que además es económico, práctico y rápido. El detergente, presente en cualquier hogar, permite obtener un resultado mucho más efectivo y duradero que cualquier producto convencional, de manera que en pocos segundos las gafas recuperan el nivel de transparencia que necesitaban para una visión natural. Por este motivo se está convirtiendo en una alternativa efectiva para poder acabar con esa suciedad que parece no desaparecer nunca.

Una montura libre de grasa

La grasa se va acumulando hasta llegar a la montura, pasando por las varillas y los empalmes con los cristales, de tal manera que dicha película "invisible" hace que, después de haber limpiado la superficie, sigan apareciendo las marcas que tanto fastidian y que tan difíciles son de eliminar posteriormente. Una limpieza casera no siempre resuelve esta situación, ya que el origen de la acumulación se encuentra en puntos de las gafas que son poco accesibles y difíciles.

Prolongar la vida de las gafas.

Es en este tipo de situaciones extremas hay que acudir a la óptica para hacer una limpieza a fondo con la retirada del cristal para que se haga una limpieza profunda y completa, en donde se eliminan los restos de grasas y, después, se recoloca todo correctamente; este mantenimiento profesional es simple, alarga la vida de las gafas y mejora el rendimiento de la montura, proporcionando una mejor experiencia visual que notarás especialmente a largo plazo.

Con este truco, limpiar las gafas ya no más es una tarea imposible y frustrante; usando detergente y un mantenimiento periódico en la óptica permite tener gafas limpias a prueba de manchas y listas para la rutina sin complicaciones ni gastos adicionales.

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