El Real Madrid se ha impuesto en el Clásico por 1-3, con goles de Federico Valverde, Sergio Ramos y Luka Modric, para recuperar el liderazgo momentáneo en Liga y dejar tocado al Barcelona, que encadena tres tropiezos consecutivos en la competición.

El equipo blanco manda la crisis en puente aéreo y recupera las pésimas sensaciones que cosechó en sus derrotas contra el Cádiz en Liga y frente al Shakthar Donetsk en Champions.

Al Camp Nou salió renovado el cuadro blanco, especialmente bien armado atrás, con Mendy en la izquierda por el cuestionado Marcelo y Nacho en la banda derecha. Presionó como no había hecho durante la temporada y supo correr. Así llegó el primer gol, tras un buen desmarque de Asensio que liberó espacio para Karim Benzema, que dejó solo a Valverde para que fusilara a Neto.

El Madrid se adelantaba pero la alegría se congelaría rápido. La espalda de Nacho, la zona más castigada de la defensa blanca, la supo encontrar Jordi Alba para servir el gol a Ansu Fati, que definió cruzado. Nada que hacer para Courtois.

El partido siguió en el alambre muchos minutos. Sin ocasiones claras pero con hiperactividad en las dos zonas de tres cuartos. Messi recibió, gambeteó, estuvo eléctrico pero no llegó a ser peligroso en el área excepto en un tiro que salvó Courtois en su palo en parada de reflejos. Generó inquietud Ansu Fati. Ninguna Pedri, desaparecido durante el partido.

El ataque del Madrid fue casi un espejo. Asensio estuvo más participativo que en otras ocasiones y se vació en defensa para ayudar primero a Nacho y después a Lucas Vázquez, solución de urgencia ante la lesión del lateral, el tercero que cae en esa posición durante la temporada tras Carvajal y Odriozola.

Benzema puso calma en todas las acciones en las que no la aportaba Vinicius, errático, acelerado y fallón en todas sus decisiones. Llegó a desesperar al francés. Le superó claramente Dest, el nuevo lateral blaugrana, quizá el mejor de su equipo.

La primera parte murió con un posible penalti de Lenglet a Ramos que no se revisó. Después compensó el colegiado en la segunda mitad, cuando el VAR le avisó para que viera un agarrón con los mismos protagonistas. Polémica y gol del capitán, reaparecido y de nuevo infalible desde once metros.

El Barcelona, que estaba siendo mejor antes del gol, se desmoronó después. Las prisas no encontraron un camino claro hacia la portería de Courtois, Lucas se creció en su puesto, Mendy fue un muro y el único contratiempo para el Madrid se lo provocó el mareo de Valverde, que llevó al uruguayo al banquillo.

Obligado por las circunstancias, Zidane buscó más control con Modric en el césped. No lo consiguió siempre, pero las contras salieron con más claridad. La mala tarde de Vinicius evitó una sentencia más temprana. El 1-3 llegó cuando ya moría el partido, tras dos paradas espectaculares de Neto, primero a Kroos y después a Ramos. Después erró en un blocaje y regaló la pelota a Rodrygo, que la cedió a Modric para regatearse hasta a sí mismo y definir de exterior para finiquitar un Clásico en el que, a falta de brillantez, supo vencer con autoridad.