Nadie dijo que ser madre fuera fácil. Seguramente sea el proyecto más complejo de tu vida y también el que más alegrías te de. Aunque muchas veces tan solo se muestra una cara de la maternidad, aquella que expone a una madre enamorada de su hijo en la que todo lo que le rodea es bonito y perfecto.

Desde hace años son muchas las madres que reclaman una maternidad menos romántica y más real, una en la que se sientan representadas todo tipo de madres. Fue así como a Marta Puigdemasa y Paola Villanueva se les ocurrió crear un diccionario catártico partiendo de la misma necesidad de poner nombres a experiencias comunes olvidadas por la RAE.

Ambas fueron madres a la vez, pasaron el proceso juntas y se dieron cuenta de que sus maternidades coincidían en temáticas e inquietudes a las que urgía poner nombre. Así fue como nació el libro ilustrado Madrebulario. Cosas de madres que no salen en el diccionario, con la intención de canalizar sus miserias e inseguridades, reírse juntas de ellas y, sobre todo, sentirse menos solas.

Según cuentan, cada término que recoge el diccionario es como un parto. Combinan dos conceptos que ya conocían y de ahí crean uno nuevo, muchas veces de manera irónica. En una conversación con El Independiente, Marta cuenta que crear este diccionario fue una manera de "sacar esa frustración o ese aburrimiento" que sufrió los primeros meses, de necesitar crear algo que le ayudase a entender lo que le estaba pasando.

No nos sentimos solo madres, podemos ser madres, pero somos otras muchas cosas

"Son un montón de sensaciones nuevas. Hablas con tus amigas que ya son madres y te explican cosas, pero no se termina de hablar del todo. A partir de ahí salió la idea de hacer un diccionario de cosas de madres que desde nuestro punto de vista necesitaban ser visibilizadas", cuenta Marta. Por su parte, Paola confiesa que, aunque no vivió esos meses de maternidad con aburrimiento, quería hacer visible "la cara menos romántica de la maternidad".

En el libro denuncian que la sociedad muestra a las madres enamoradas de sus bebés, y lejos de representar una realidad más compleja, pintan la maternidad de purpurina y color rosa. Confiesan que los primeros meses a veces te sientes sola sin poder estarlo realmente. "Te pasas el día con un bebé que, a ratos, parece invisible, pero te hace repensar cada acción, cada deseo, cada necesidad", exponen.

Denuncian, además, que en la actualidad se les exige ser mamás 24/7, como nuestras abuelas y, al mismo tiempo, escalar profesionalmente, como las mujeres modernas y económicamente independientes que somos. "No nos sentimos solo madres, podemos ser madres, pero somos otras muchas cosas", comenta Marta.

Al principio de su maternidad no encontraban comunidades de madres en las que se sintieran cómodas. "Queríamos cuestionar estos mitos de la madre perfecta. Para ser madre hay que cometer errores, aceptar que no somos perfectas. Es esto lo que buscábamos, una maternidad más real y honesta, más de acuerdo con nuestra identidad", opina Paola.

Tras compartir un formulario en Instagram para conocer más experiencias además de la suya, fueron conscientes de que tenían muchas vivencias en común con otras madres. A Paola y a Marta las palabras se les ocurrían en su día a día, a veces incluso quedaban para hacer brainstorming, pero siempre tuvieron claro que intentarían incluir al mayor tipo de maternidades posibles. Ellas, por ejemplo, dieron el pecho hasta casi los dos años, pero incluyeron una palabra para las que habían dado el biberón.

"Mumsplaining", "monomami", "culpoteca", "polidrama"... El diccionario recoge palabras enfocadas a la diversidad, familias monoparentales o mujeres que han sufrido abortos, pero ambas coinciden en que "maroridad" es una de las palabras imprescindibles del diccionario, es decir, la solidaridad, empatía y confianza que se genera entre madres (aunque se acaben de conocer) por el simple hecho de ser madres. Una de las palabras con las que se identifican mucho es con "culpoteca", ese lugar donde tenemos que mandar la culpa y olvidarnos de ella.

  • "Valterfugio": cuarto de baño en el que te encierras con pestillo un rato, como si fuera tu despacho particular, para poder leer un email, revisar WhatsApp pendientes o simplemente poner la mente en blanco.
  • "Empatinar": cuando decides no juzgar e incluso aplaudir por empatía a una madre que llega a la puerta del cole con su criatura en pijama, imaginando lo que ha tenido que soportar esa mañana
  • "Culpoteca": lugar donde mandas mentalmente todos esos sentimientos de culpa que sientes de forma recurrente desde que eres madre, como resultado de una mirada patriarcal y capitalista de la maternidad.
  • "Sudapina": hormona que empieza a hacer efecto durante el embarazo y está activa al menos en los primeros meses de crianza, y que hace que cosas antes prioritarias (como la comida, la limpieza del suelo o sacar la basura) pasen a ser secundarias o, dicho en plata, que te la sude todo lo que no sea tu recién nacido.

Durante la entrevista, ambas reflexionan sobre las maternidades del futuro y consideran que lo más importante es que sus hijas y las mujeres del mañana "entiendan que ser madre no es una obligación para ser feliz", y que "ser madre implique lo mismo que ser padre". "A día de hoy, aunque tengamos parejas que comparten más responsabilidades, aún hay cosas de más con las que cargamos las mujeres", apunta Marta.

Paola desearía ver "una maternidad más benevolente con una misma, una culpa mejor gestionada y que los problemas de conciliación queden en el archivo histórico". "No tiene que haber ni buenas madres ni malas madres. No necesitamos que nadie nos juzgue, somos madres y punto", concluye Marta.

Aún no se han planteado publicar un segundo diccionario que aborde más etapas de la maternidad, pero reconocen que "daría para otro tomo". "Ahora miramos atrás y es verdad que muchas palabras son de los primeros tres años de vida de nuestras hijas, daría para más a medida que nuestras hijas vayan creciendo", confiesan.