La autopsia ha revelado que la actriz estadounidense Carrie Fisher tenía cocaína, heroína y éxtasis en su cuerpo en el momento de morir, el pasado diciembre, según ha informado la agencia AP tras tener acceso a los informes forenses. Aunque los especialistas aseguran que no saben con seguridad que estas sustancias tuvieran un papel determinante en su muerte.

"En este momento no se puede establecer la importancia que tuvo la cocaína (y sus efectos) en este caso (muerte)", señala el informe y añade que "sufrió lo que parecería ser un paro cardíaco en el avión acompañado de vómitos y con antecedentes de apnea del sueño". Según el mismo informe, habría consumido cocaína tres días antes de subirse en el avión donde enfermo.

Además, aseguran que tras haberle realizado pruebas toxicológicas han averiguado que en su sistema también se encontraban trazas de morfina. Pese a esta información, los médicos aseguran que Fisher murió de apnea del sueño "y una combinación de otros factores".