Entre el mar y la montaña y a orillas del río Nalón, un palaciego balneario construido a finales del XVII y un manantial desde donde brotan aguas termales a una temperatura de 40 grados. Hablamos del Hotel Las Caldas, de la Villa Termal Las Caldas, para ser más exactos, perfecto como escapada para empezar el año.

El complejo es el resultado de la restauración integral del Balneario de Las Caldas, que abrió sus puertas por primera vez allá por 1776 para ofrecer sus servicios termales. Desde 2003 ha ido ampliando servicios y mejorando hasta poder presumir hoy de ofrecer al viajero un concepto del bienestar único ya que integra en un mismo lugar salud, deporte, gastronomía y bienestar.

A tan sólo 8 kilómetros de Oviedo, rodeado de montañas y naturaleza, el viajero se encuentra con un balneario histórico reconvertido con modernas instalaciones, una mezcla perfecta para disfrutar de las técnicas y tratamientos corporales y de su agua mineromedicinal que brota del manantial de la original Casa de Baños, donde nació el hotel, la zona cero de la hidroterapia. Cuenta con tres áreas palaciegas diferenciadas: el Manantial, con sus piscinas de contraste y relajación, sus jacuzzis y sus circuitos; la Sala de Columnas, un espacio abovedado absolutamente exclusivo, y la zona Beauty y Wellness, con sus 25 cabinas para recibir todos los tratamientos que uno pueda imaginar.

Gracias al equipo médico y de nutricionistas, se puede disfrutar de todo tipo de programas personalizados para llevar a cabo una vida saludable: adelgazamiento, detox o alimentación equilibrada con productos recogidos en el propio huerto del complejo.

Al lado de sus dos siglos de historia y unido por su impresionante pasarela de hierro forjado de 1899 se encuentra el Enclave, un moderno cuatro estrellas con 77 habitaciones -­dos menos que el Gran Hotel­- desde las que se puede disfrutar de la sierra del Aramo y los hermosos caminos que rodean Las Caldas.

La variedad en actividades es muy singular. Su completo Wellness Clinic pone a disposición un despliegue de profesionales en medicina, salud, nutrición y deporte, que se puede practicar en el hotel pero sobre todo, al aire libre. Su proximidad al río Nalón lo convierte en un destino privilegiado para quienes quieren descender el río en canoa o disfrutar de agradables paseos a pie o a caballo en torno a él. También se puede practicar el golf, el senderismo, el running  o el ciclismo, otro de los atractivos que ofrece un entorno único donde por supuesto también se puede hacer turismo. La iglesia románica de Las Caldas que tiene acceso directo desde el jardín histórico del hotel, es una visita obligada, como el castillo de San Juan Priorio y, por supuesto, la capital de Asturias.

El moderno Aquaxana ofrece diferentes zonas de hidroterapia o espacios de agua, luz y sonido en la piscina de La Cúpula, inspirada en las de la antigua Roma.