Mediodía del martes en el circuito de Montmeló. En la pista la mañana no ha dado para mucho. Tanto es así que el mejor tiempo lo marca Antonio Giovinazzi con su Alfa Romeo. En el paddock se aprovechan las sobremesas, los motorhomes rebosan, los curiosos deambulan esquivando a ingenieros y ruedas que se broncean bajo el inusual sol de febrero. Los pocos aficionados que hay en la grada esperan a Carlos Sáinz, pero será en vano porque no saldrá a la pista en todo el día. De repente se rompe la tranquilidad: llamadas. Carreras, cámaras, libretas, remolinos. Ha llegado Fernando Alonso.
El asturiano es piloto probador de McLaren, casi a título honorífico, pero camina por el circuito con marchamo de institución. Unos minutos antes, en el garaje de Renault un histórico de la escudería especulaba con su regreso a la máxima categoría: "No es una opinión, es una esperanza".
El 'circo' no consigue olvidarse de Fernando Alonso, cuyo entorno tiene que aclarar rápidamente que esta semana está de visita y no pilotará. De momento, porque es embajador del equipo y participará en el desarrollo del MCL34 y el MCL35. Un remolino de periodistas se agolpa alrededor del hospitality de McLaren mientras el piloto come con sus excompañeros. Después entra a saludar en el de Ferrari flanqueado por su mánager y por los aficionados que se han enterado de su presencia. De fondo ruge como un metrónomo el Williams de George Russell, el único bólido que rueda a estas horas.
La presencia de Alonso en Montmeló generó un terremoto en el mundo de la F1, aunque McLaren precisó que será su 'embajador'
Luca Mazzocco, una de las personas que acogió personalmente a Alonso en Renault en 2003, cuando compartía equipo con Jarno Trulli, recuerda que Fernando siempre ha dicho querer tatuarse cuatro ases. Aún le faltan dos. Y está convencido de que, tras sus compromisos norteamericanos, se plantearía volver "si encuentra un buen volante". ¿Y cuáles son esos?
Como en 2018, Mercedes, Ferrari y Red Bull arrancan la temporada en un universo alternativo al resto de la parrilla. Sus seis asientos tienen dueños consolidados o avalados por apuestas personales. Alonso, oficialmente, figura como piloto probador -junto al brasileño Sette Camara- del McLaren de Carlos Sáinz y Lando Norris. Es una incógnita cuál será el rol real de Alonso dentro del equipo, casi tanto como el rendimiento del monoplaza.
Las pruebas de Montmeló no resuelven muchas dudas, aunque los ingenieros confiesan que el excepcional clima de esta semana en Barcelona está permitiendo probar más parámetros que de costumbre de cara a la apertura de curso en Australia. El martes domina McLaren, aunque Norris manda el coche a la hierba un par de veces. El miércoles, Sáinz es el mejor mientras el Ferrari de Vettel se estrella contra el muro. El jueves, la Scuderia se desquitará con una exhibición del recién llegado Leclerc. Son días de probatura, biombos, secretismo y miradas de refilón.
Pese a todo, nadie duda que la temporada volverá a llevar el nombre de Lewis Hamilton y Sebastian Vettel, con los niños prodigio Leclerc y Verstappen en el rol de secundarios. Por detrás, un ramillete de equipos lucha por recortar la diferencia con los tres de arriba, abrir la baraja de "buenos volantes". Las miradas se fijan en Renault, que mantiene a Nico Hulkenberg y ha hecho una apuesta multimillonaria por el afable Daniel Ricciardo, que deja Red Bull y ocupa el puesto de Sáinz Jr.
El próximo reto de Alonso son las 500 millas de Indianápolis, pero no se descarta su regreso si encuentra un 'buen volante'
La escudería francesa mantiene una hoja de ruta clara desde el año 2016 y la va cumpliendo con cierta precisión. Terminar en la cuarta plaza de constructores el año pasado fue un éxito, aunque el gap con el siguiente escalón está en casi 50 segundos por carrera y el objetivo de esta temporada es recortarlo lo máximo posible. Aspirar a algún podio. Establecer el campo base para poder luchar por victorias en 2020 y ser candidatos al título tras los masivos cambios de reglamentación previstos para la temporada 2021 y con los que toda la parrilla especula. Todo con el permiso del imprevisible McLaren, de los Alfa Romeo de Giovinazzi y Raikkonen, los Haas de Grosjean y Magnussen...
Mientras se aclara la foto, no obstante, Fernando Alonso sigue con su calendario. La visita a Montmeló es de momento un parón en su preparación para las 500 millas de Indianápolis del próximo 26 de mayo, donde sólo la rotura de su motor Honda le impidió competir por la victoria en 2017. El ovetense tiene entre ceja y ceja igualar a Graham Hill como el único piloto con la triple corona en su poder: GP de Mónaco, 24 Horas de Le Mans y 500 millas de Indianápolis. Antes de eso, el flamante ganador de las 24 Horas de Daytona competirá en las 1.000 millas de Sebring y en las 6 horas de Spa. Después, repetirá en Le Mans. Y mientras tanto, los garajes de la Fórmula 1 muy atentos, sin conseguir sacarse su nombre de la cabeza.
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