"Esta canción suena como la candidata de Turquía a Eurovisión", dice la primera línea de Dulce y Bautizada, la última canción de Samantha Hudson. Activista, trash, cantante, actriz o espontánea. Habría mil calificativos o acepciones con las que describir a esta artista. "La Miranda Makaroff de los pobres, la reina de los bajos fondos, soy una chica muy normal, casi chica y casi normal", reza su biografía de Instagram.

Su nuevo single aborda el conflicto interno que genera en una persona LGTB la explosión sexual o el celibato una vez sale del armario. Como bien acostumbra, en clave de sarcasmo. Con frases como "yo era una chica normal con impulso sexual, libidinosa y descocada, pero eso ya quedó atrás", "el pecado carnal me resulta vulgar y al lujuria está anticuada" o "la castidad es la nueva tendencia, fornicar está desfasado", nos queda claro que Samantha está de vuelta.

De la mano de Subterfuge Records, el nuevo tema publicado este viernes nos recuerda a sus orígenes y rinde homenaje con muchos guiños a la que fue su primera canción, Maricón. Samantha detalla en una entrevista con El Independiente que no etiqueta en un género concreto —en línea con el electro disgusting o subnopop— su estilo musical. "Que lo determinen los especialistas. Yo hago música para bautizos y comuniones".

El vídeo de Maricón fue presentado como trabajo de fin de una asignatura e hizo que muchos portavoces de la Iglesia se rasgasen sus vestiduras, a pesar de haber sido calificado con un sobresaliente. Su profesor de Religión del instituto en el que estudiaba en Baleares por aquel entonces dio la voz de alarma a nivel mediático e institucional. No exento de polémica, fue la primera vez que Samantha empezaba a dar titulares; y no la última.

"Que soy un esperpento, salta a la vista"

Con el álbum Los Grandes Éxitos de Samantha y el EP Hazme el Favor (vente conmigo a bailar) lanzados el pasado 2019, Samantha expone que "ve bastante lejano" un segundo álbum. "Como virgo empedernida, nada me gustaría más que poner un poco de orden a mi repertorio con un nuevo álbum. De momento, me tendré que conformar con ir sacando sencillos", asevera la joven promesa en el mundo de los bolos.

En relación con la temática que aborda Dulce y Bautizada, la mallorquina reflexiona sobre la salud mental en el colectivo LGTB al "hacer frente a situaciones situaciones muy hostiles y complicadas". "Si te desenvuelves en un contexto tan áspero y dificultoso, es normal que tengas más obstáculos a la hora de trabajar tu autoestima y desarrollar tus relaciones sociales. Hace falta mucho cariño en el colectivo y mucha gestión de las emociones", espeta.

Samantha Hudson en una fotografía con una peluca rubia
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Felipe Longoni

En su documental de Filmin, Samantha Hudson, una historia de fe, sexo y electroqueer, explica que ella es el fruto de su anterior alter ego Giovanna Bondage y el propio Iván González cuando exploraba su sexualidad. "Era absurdo porque no tenía que separarme en dos cuando es totalmente comprensible que en una misma persona convivan un lado femenino y otro masculino", detalla en la cinta. 'La reina de los bajos fondos' aprovecha su visibilidad en las redes sociales para lanzar reflexiones con las que la frontera entre la crítica al conservadurismo y lo trash se difumina.

No me considero una activista. Aunque hoy en día ser auténtica es un acto político"

SAMANTHA HUDSON

"Que soy un esperpento, salta a la vista. Yo me apaño con lo que tengo. En cuanto al activismo… Yo no me considero una persona activista. Me expreso en mis redes sobre temas que me preocupan, nada más. Aunque, como siempre digo, hoy en día ser auténtica es un acto político", subraya. En relación con la caricatura que hace de ciertos dogmas de la derecha española, Samantha asevera que verlo así depende de "donde lo quiera llevar el público". "Son más bien puntos de vista, teorías que intentan encontrarle un motivo a mis pintas".

"Cada día me gusta encarnar a una mujer diferente"

Consciente de la trascendencia de su discurso en muchas personas, "intento estar a la altura de las expectativas". "Me siento abrumada e increíblemente agradecida. Aunque te diré que si yo tengo este discurso y me muestro tan desinhibida, es porque lo he tenido muy fácil toda mi vida", asegura. "Creo que vivir en el armario y fingir ser quien no eres las 24 horas del día, tiene mucho más mérito y requiere mucho más valor que ponerse una minifalda y un top para pasear por Malasaña".

Vivir en el armario y fingir ser quien no eres tiene más mérito que ponerse una minifalda y un top por Malasaña"

SAMANTHA HUDSON

Fans o no, principalmente personas cercanas a la cultura queer -aquello que se relaciona con una identidad sexual o de género que no corresponde a las ideas establecidas de sexualidad y género-, adoran sus inesperados discursos a través de las historias de Instagram con los que demuestra sus dotes en el performance. La hemos visto "aplastarle los huevos" a Pablo Motos, o, más recientemente, calificar como "fascista" la profesión de Ana Rosa Quintana. "La vida es un teatro, cariño, y todas somos actrices. La personalidad es una performance. Incluso la gente que menos llama la atención está interpretando su propio personaje", afirma para este periódico. "Es una decisión muy premeditada ser tan espontánea".

Samantha Hudson con una peluca rubia en una fotografía
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Gonza Gallego

No tiene un modus operandi a la hora de crear música. "Hago lo que me apetece, como la mujer disfrutona que soy". Con el repertorio de canciones que adornan sus publicaciones le sugerimos hacer una playlist y nos desvela el origen del abanico de pistas: "Le doy las gracias al algoritmo de Spotify". Asimismo, sostiene que se siente muy inspirada por las mujeres de su familia, otros referentes de la época del destape y la cultura club de los 90. "Cada día me gusta encarnar una mujer diferente. Bebo de muchas fuentes, porque soy una chica muy sedienta".

"Grindr es mi calvario", dice la canción

En su nueva canción, espeta que "Grindr es mi calvario, estigma del ser humano, yo me vuelvo al armario", una reflexión sobre las apps para ligar y la actual hipersexualización. "Necesitamos acumular conquistas para sentirnos aceptados. Nuestra felicidad depende de cuán atractivos nos encuentren o del nivel de libido que despertamos en los demás", detalla. "Las dinámicas de consumo capitalistas han trascendido hasta nuestra vida privada, provocando que nos convirtamos en nuestro propio producto, obligándonos a abordar nuestras relaciones sexoafectivas como si fueran un mercado".

Las dinámicas capitalistas han trascendido obligándonos a abordar nuestras relaciones sexoafectivas como si fueran un mercado"

samantha hudson

Aconseja que debemos aprender a "encontrar" el ritmo que nos corresponda. "No se puede enfocar una relación desde la carencia o la necesidad de validación", asevera. A pesar de que en ocasiones ha asegurado que no le importa su físico, no le "apetece dedicar la mitad" de su tiempo a "encajar en estándares" que no le interesan. "Soy coqueta y me gusta ser una chica explosiva, pero no voy a permitir que la vanidad fagocite el resto de mis intereses. Está bien querer ser una top model, pero que no se vuelva algo obsesivo", afirma. En último lugar, cuenta que el machismo dentro de la comunidad aparece por la represión y el calco de "modelos hegemónicos". "La 'plumofobia' no es más que misoginia interiorizada. O los roles de pasivo y activo, relacionados con feminidad y masculinidad".

Samantha Hudson con una peluca rubia, los labios pintados, y unas gafas de sol con brillantina
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Felipe Longoni

Samantha Hudson se despidió en su discurso de graduación del IES Josep María Llompart de Palma de Mallorca diciendo que nunca dejaría de llamar la atención ni de ser un "maricón". Y así ha sido. Se fue a Barcelona para luego mudarse a Madrid. Después, a saber dónde. Respecto a las personas que le hicieron bullying, "no merecen ni que hilvane una saliva". A día de hoy les diría que "bien hecho, cariño". Respecto a si España se va a la mierda o no, sostiene que "no hay que perder la esperanza".