Gotas como piedras y un cielo grisáceo. La jornada estrella de la Mercedes-Benz Fashion Week arrancaba con una lluvia propia de los meses invernales, pero como con los eventos nupciales, bajo un techo mojado la bendición suele tener más aliados. Para Custo Dalmau (Tremp, Lleida, 1959), celebrar 40 años en la pasarela no es una efeméride que un simple chaparrón pueda manchar.

La marca catalana, renacida en 1996 bajo su nomenclatura actual tras muchas travesías, acompañó a numerosas generaciones y obtuvo su cima del Everest en el 2000: año cumbre de la moda -que no ha terminado por conseguir la aceptación social que tuvo la década previa- en el que mezclar vaqueros con faldas era legítimo mientras sonaba de fondo un disco de Las Ketchup.

Vinilo, tejidos transparentes, puffer jackets tamaño XXL que salvarían a cualquier ciudadano de una futura Filomena y, en definitiva, color. Mucho color. La colección futurista y sexy que el catalán ha presentado a los asistentes no casará con los gustos de todos, pero tampoco es su objetivo hacerlo. Presentando sus creaciones de forma rutinaria en Nueva York, Barcelona y Madrid, la marca creada por Dalmau se encargó de poner el colofón de color y estampados a la segunda jornada de la semana de la moda de la capital.

Modelos presentan las creaciones de la firma Custo Barcelona en la segunda jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week.

"No va por gremios", responde el diseñador en su entrevista con El Independiente tras ser preguntado por el complejo año que la industria de la moda ha tenido que acatar. "Nuestro gremio y los que no somos nosotros", puntualiza. El diseñador de la marca considera que conformar o no un desfile físico no interfiere de forma alguna en la presentación de las colecciones, que en la actualidad se nutren de lo digital, de las influencers y de a cuántas personas pueden llegar los looks en las estrategias de marketing. "Tener a 1.000 personas de manera física en tu desfile es algo que, en estos momentos, es anecdótico. Tiene un componente social, pero no te impide que lo que haces no tenga difusión. Al final, eso te lo da la tecnología a través de internet y de las redes sociales," explica.

Las pasarelas se tienen que reinventar, pero eso no quiere decir que no sigan siendo útiles"

CUSTO DALMAU, CREADOR Y DIRECTOR DE CUSTO BARCELONA

Dalmau considera, sin embargo, que no hay que tirar la idea de la pasarela digital a la basura por el simple hecho de haberse acostumbrado a la presencialidad más palpable de dichas, únicamente darles un giro de tuerca y buscar nuevos enfoques. "Las pasarelas se tienen que reinventar, pero eso no quiere decir que no sigan siendo útiles", indica. "Es un momento de cambio, de imaginar y hacer cosas nuevas y plantear nuevas formas de presentar las colecciones". Si algo identifica a la marca catalana es, sin duda, su apuesta por la originalidad y su rechazo al qué dirán.

Una modelo presenta una de las creaciones de Custo Barcelona en la Mercedes-Benz Fashion Week.

Ecología, conciencia y poder

Decir que la pandemia ha obligado a las diversas industrias a cambiar el rumbo de sus tiros es pan de ayer. Cierto es, sin embargo, que la crisis sanitaria ha explotado varios géneros en la moda que solo las marcas recién nacidas, abiertas a nuevos horizontes o dirigidas a un público más digital habían planteado, como en el caso del fashion film. "No es nuevo, ya existía, pero se está potenciando ahora más", afirma el director y fundador de Custo, que también ha empleado el recurso anterior para arrancar su colección de otoño-invierno en la MBFWM.

A pesar de poder presentar su ethos en el escaparate madrileño, y hacerlo de forma telemática en la próxima edición del 080 de Barcelona, "la situación es caótica, porque hay mucha contradicción: es un acelera, para, acelera, para y hay mucha orden y contraorden", explica el diseñador en referencia a la constante incertidumbre que reina imperante en todas las aristas de la sociedad. "En Nueva York presentamos el fashion film, en Barcelona vamos a presentar un formato digital de pasarela y en Madrid tendremos el formato tradicional, jugamos a tres bandas", remarca Dalmau.

Un parka mullido con el logo de la marca Custo Barcelona en la MBFWM.

Haciendo referencia al elemento sorpresa, la colección de Custo Barcelona que se ha presentado en IFEMA "es completamente nueva" y apela a un estilo "mucho más contenido" de la marca: "hemos hecho un giro importante, esta colección coincide con 40 años de desfiles y pensamos en definir la genética de Custo". Dalmau reitera que todo se aunaría sobre la pasarela, pues es por medio de la imagen cuando los asistentes podrían apreciar verdaderamente "el trabajo de desaceleración de la velocidad del ADN Custo".

Hemos hecho un giro importante en la marca, esta colección coincide con 40 años de desfiles y pensamos en definir la genética de Custo"

CUSTO DALMAU, CREADOR Y DIRECTOR DE CUSTO BARCELONA

Entre las piezas estrella de la colección, las sudaderas con mensajes que siguen la ruta de la moda como eslogan político, social y reivindicativo. "Queremos representar el espíritu de resistencia que necesitamos para poder superar esto", indica Dalmau en referencia al título escogido para el desfile: I am the power (soy el poder). Las piezas de Custo Barcelona adquieren así un escalón propio en el rango de concienciación social, algo que el propio director creativo de la marca considera como altamente "importante": "estas sudaderas tienen mensajes ecológicos y de nueva conciencia como Wake up now (despierta) o Tomorrow means nothing (el mañana no significa nada)", relata Dalmau.

Uno de los eslóganes presentes en la colección de Custo Barcelona en la MBFWM.

Parkas técnicos, sudaderas que buscan inclinar a la sociedad a un consumo más responsable o despampanantes vestidos de diversos tejidos que dan vida a la colección con la que la marca catalana cumple cuatro décadas entre alfombras de velvet y flashes de cámaras -ahora lentes de móvil-. "Custo Barcelona representa un proyecto creativo de moda que lleva 40 años en el mercado, pero ante todo lo definiría como creativo, porque anteponemos la creatividad a la comercialidad", concluye.