Seis millones de dólares cuesta (de media) anunciarse durante 30 segundos en el espectáculo que se forma para amenizar el descanso de la final de un deporte que a la mayoría ni nos va ni nos viene. Pero ese momento halftime fue cada vez a más gracias a la música de las grandes glorias de los 80 como Madonna o Michael Jackson. ¿Por qué siempre fue estratégico para los artistas y sus representantes? Porque para el norteamericano medio, juntarse frente al televisor para ver ese partido es algo así como la cena de Navidad. Si no lo haces, te guste o no el deporte, eres raro.

Después de que los jugadores se hayan retirado al descanso, la temperatura emocional aumenta con el canto de The Star-Spangled Banner, su himno nacional, normalmente a cargo de una voz femenina. Tienen la suerte de tener uno con letra, así que lo hemos podido escuchar en voces de la talla de Whitney Houston, Mariah Carey, Beyoncé, Christina Aguilera, Alicia Keys, o incluso Lady Gaga. Eso no quita para que en una ocasión fueran Backstreet Boys quienes lo entonaran.

Hagamos primero un poco de historia. Porque lo es. Todo comienza el 15 de enero de 1967, como en esta ocasión, en Los Ángeles. Aquel primer descanso del encuentro fue amenizado por la orquesta de la Universidad de Arizona: un trompetista, 200 bailarines vestidos de indios americanos, dos hombres voladores y 300 palomas. Claro, aquello no retenía a mucha gente frente al televisor y se cambiaba masivamente de canal. El agudo sentido comercial norteamericano acabó dando un golpe de efecto para convertirlo en el negocio que ahora es. Se contrató en 1991 a New Kids on the Block, en 1992 a Gloria Estefan, y en 1993 al más grande de su tiempo: Michael Jackson.

No tuvo que ir mal el negocio de dar protagonismo a ese momento, porque a partir de ahí, cada año se superaron. Los más grandes del mundo han actuado en ese centro musical del universo conocido.

La mayoría de los expertos coinciden en asegurar que la mejor actuación de un entre tiempo de la Super Bowl fue la de 2007 a cargo del ya difunto Prince.

En pleno chaparrón, a nadie le importó mojarse y cantar Purple Rain. Pasaron por el centro de un campo de fútbol americano en los descansos de sus finales una enorme lista de artistas como Enrique Iglesias, y también grandes como U2, Bruce Springsteen, Phil Collins, Stevie Wonder, Aerosmith, Paul McCartney, The Rolling Stones, Cirque du Soleil, Beyoncé, Lenny Kravitz, Coldplay, Jennifer López, Shakira y muchos otros.

Algunos artistas de los que faltan en esta lista no aparecen, porque merecen capítulo aparte. Por ejemplo, siempre se recordará el halftime de 2017, cuando Lady Gaga voló literalmente sobre más de 60.000 personas. 

O el que para muchos, entre los que me cuento, fue el mejor espectáculo en cuanto a ritmo y sorpresa: el que ofreció en 2014 Bruno Mars, elevando la temperatura rítmica hasta el éxtasis y con la culminación en el minuto 7 con el momento en el que aparecen Red Hot Chilli Peppers, nada menos.

El momento de mayor repercusión mediática internacional llegó en 2004 por algo más de un centímetro cuadrado. Más bien redondo. El pezón de Janet Jackson. El llamado nipplegate todavía entrega más de 250.000 entradas en Google.

Siempre habrá debate sobre si ser “hijo de”, “hermano de”, o “cuñado de” es un cargo, o una carga. En cualquier caso, todas las personas que conozco y tienen esa particularidad comparten algo en común: una necesidad insaciable de demostrar que lo que se tiene es más que merecido. En algún caso, se convierte en obsesivo.

Es el 'penúltimo' episodio de una larga historia que perdurará mientras haya civilización occidental y los States sigan siendo su centro

Janet, a quien muchos admiramos desde los locos años 80 por ser absolutamente diferente y tener un sentido del ritmo fuera de lo común, siempre se esforzó por ir más allá de la etiqueta. Muchos se preguntarán, no sin razón, si no siendo hermana de Michael y el resto de los five, hubiera conseguido tener un sitio en el universo pop. La respuesta la podemos hallar en otros hermanos, hijos y sobrinos que han existido y existen en otras muchas familias que lo intentan, pero sin éxito. Es innegable que en Janet hay artista. Y de lujo.

Wayne Scot Lukas se vanagloria de haber creado el vestido más preparado de la historia, con permiso del de la Pedroche. Había que ser transgresores. Era la época de los besos entre Madonna y la recién liberada Britney Spears en los 'MTV Video Music Awards', y si no se escandalizaba sobre el escenario, no eras nadie. La idea original era que un pisotón rompiera el vestido, dejando a la hermanísima en tanga. Pero no pareció suficiente al entusiasta equipo de Janet. Había que enseñar. Y ahí surge el error de cálculo.

Las consecuencias fueron terribles para ella, aunque milagrosamente Justin Timberlake, que le arrancó deliberadamente esa parte del vestido, se libró de toda culpa y hasta volvió a ese show años más tarde. Desde entonces, las transmisiones del evento tienen un bucle de seguridad que retrasa cinco segundos la señal para que el control pueda interrumpir la emisión, antes de que ocurra algo tan catastrófico como enseñar una parte del cuerpo a la que todos tienen miedo, como cantaría Rigoberta Bandini.

Volviendo al show, y en concreto al de este año, ya la cosa se puso calentita con el magnífico espectáculo audiovisual que nos ofreció el anuncio de autopromoción.

Por resumir: el Hip Hop de varias generaciones unido por una llamada hacia el estadio. Los enormes coches de suspensión rítmica estacionaron frente a tres viviendas simbólicas en las que se ha desarrollado toda la acción, sobre una enorme alfombra que representa, a vista de satélite, todo el área de Los Ángeles.

Me quedo con varios pasajes. Por supuesto, el del gran Snoop Dog, que es la voz del rap de las últimas tres décadas. Muy destacable el momento en el que Eminem, rapero blanco, y haciendo caso omiso de la indicación expresa de la NFL, se puso de rodillas como hizo en su día el quarterback de los San Francisco 49ers Colin Kaepernick, y luego otros cientos de jugadores en pleno momento reivindicativo del tristemente famoso 'Black Lives Matter'.

La aparición por sorpresa y boca abajo de otro de los grandes de la vieja escuela, 50 Cent, fue sin duda otro de los momentos destacados. Como los vampiros, y a punto de celebrar una fiesta de cumpleaños en una de las casas de quita y pon del evento, en seguida se lanzó con su clásico In Da Club.

La única voz femenina fue la de la gran Mary J. Blidge, que acabó en el suelo tras dejarse oír con su potentísima voz. Ella ya actuó en 2001 junto a Aerosmith o Britney Spears, pero esta vez ha querido usar bien sus segundos de actuación para lanzar su mensaje, incluso desde el vestido. Creado por Peter Dundas, se representan esculturas y hasta un estampado de leopardo de las nieves. Todo muy blanco y brillante.

Reconozcamos que para alguien que no tenga un gran sentido del ritmo o no sienta admiración por las estrellas de la música negra, se le hará algo largo y repetitivo, pero para quienes hemos bailado hip hop y hasta hecho algunas rimas, ha sido un buen espectáculo.

La producción ha sido pagada, en una parte por el refresco que es eterno patrocinador de este instante musical, y por otra, por Dr. Dre, el artista que parece liderar todo desde ese estudio de grabación simulado. Y es que solamente en derechos de uso de sus canciones, le va a volver multiplicada la inversión, más la promoción correspondiente.

Sin embargo, como evento gigante y por poner alguna nota negativa, queda muy lejos de los grandes momentos históricos que antes hemos recordado. Tampoco tiene mucho sentido que en 2019 en Atlanta llevaran a un californiano como Adam Levine y su banda Maroon 5, y que, sin embargo, para representar todo lo que la tierra de Hollywood tiene que dar, haya sido dedicado exclusivamente a un solo estilo musical. Las reacciones y los memes que ya han aparecido a pocas horas del espectáculo, y unas cuantas notas de voz en mi Whatsapp, ya son indicadores claros de que no ha dejado indiferente a nadie. Es el 'penúltimo' episodio de una larga historia que todo apunta a que perdurará mientras haya civilización occidental y los States sigan siendo su centro.