En los baños de muchos hoteles hay una luz roja en el techo. Se activa desde un interruptor que suele estar situado al lado del de la luz convencional del aseo en cuestión, con la diferencia de que esta no se apaga desde ese mismo botón, sino que lo hace automáticamente, a los pocos minutos.

Esta luz tiñe el baño de rojo pero su función no es nada evidente. Tampoco está en todos los hoteles. ¿Es antiincendios? ¿Sirve para revelar fotos? ¿Calienta? ¿Relaja? ¿Te pone moreno? ¿Proporciona algún tipo de efecto sauna? Los usuarios de las redes sociales, cada vez que algún incauto pregunta por estas luces, lo tienen claro, pero cada uno da una versión diferente y, según ellos, totalmente convincente.

Continuando con esta sección de grandes dudas veraniegas -donde ya hemos hablado de helados artesanales, chopitos, el aire acondicionado o los regalos que antes se lanzaban desde avionetas sobre la playa-, en este artículo de Lo que no sabías de hemos decidido zanjar de una vez este debate que se repite periódicamente entre los clientes de hoteles, ya sea en las sobremesas estivales, en Twitter, Reddit e incluso Forocoches.

En este último foro, algunos de los más secuaces aseguran que la luz roja del baño tan solo se trata de una bombilla más tenue, especialmente diseñada para que pueda utilizarse en mitad de la noche, medio dormidos, sin desvelarse demasiado. Aclara la confusión amablemente Fernando Martín, director técnico del Departamento Técnico y Obras de la cadena hotelera Hipotels.

"Se trata de una bombilla de 250W que al encenderse emite una gran cantidad de calor por radiación, y que está temporizada para que no se quede permanentemente encendida", expone el experto. Es decir, es una luz infrarroja, que aumenta la temperatura del baño en pocos segundos para los clientes más frioleros que prefieran un baño algo más cálido al volver de la playa.

Así, no es otra cosa que una forma de calentamiento del baño que además está en desuso, por lo que no sería raro que estas luces rojas que poco a poco se convirtiesen en una extravagancia difícil de encontrar. Lo expresa Javier Hernández, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) quien, preguntado por estas luces, asegura no haber oído nunca hablar de ellas en las tres décadas que lleva trabajando en el sector, algo que confirma el técnico jefe.

"Dado que a día de hoy la tecnología permite conseguir calor a la vez que se produce frío, y, por tanto, es gratuito o casi, en la compañía [Hipotels] se está implantando la instalación de suelos radiantes o de toalleros de baja temperatura para así proporcionar calefacción en el baño, a la par que se calienta y seca las toallas. Esto eleva el confort del cliente y intenta minimizar el consumo", concreta.

Martín, ingeniero de Hipotels, asegura haber visto estas luces rojas en España desde los años 80, aunque también explica que en el pasado existían otros sistemas, como barras infrarrojas o calefactores. Sin embargo, todos ellos ocupaban más espacio y consumían más que estas bombillas, más prácticas, que terminaron imponiéndose y siendo las preferidas de algunos hoteleros.

El experto también aporta que se trata de un sistema más frecuente en hoteles de la costa, dado que no suelen ocuparse en invierno y por tanto no precisan de calefacción, pero sí de algún sistema que caliente el baño en los últimos días del verano o las estaciones intermedias. "Para esto, el sistema [de las luces infrarrojas] es, a la par que sencillo, más que suficiente para proporcionar confort de manera muy rápida, es una zona donde se está con menor cantidad de ropa", concluye.