Entrenamiento. No hay otra forma de adquirir habilidades. En lo cognitivo, tampoco. ¿Hay gimnasios para mentes? ¿El cerebro acaso es un músculo? La propuesta de plantearlo así proviene de Catalina Hoffmann, española con sangre mexicana y estadounidense. Como terapeuta ocupacional (OT) en Estados Unidos, país en el que esa profesión goza de un status claramente superior que el que podemos encontrar aquí, tuvo que estudiar la forma en la que funciona lo que tenemos físicamente en las llamadas “entendederas”. Y no le bastó, porque siguió investigando hasta llegar a conseguir avances cognitivos espectaculares, en niños y adultos.

Todo lo averiguado se plasma ya en tres libros, Neurofitness: Descubre lo que tu cerebro puede hacer por ti, Neurofitness aplicado y Neurofitness avanzado. Todos los años, asegura, tiene la suerte de poder enseñar en la Universidad de Harvard. Le encanta escribir y dar charlas para ayudar a la gente a entender más sobre cómo funcionamos a nivel mental. Gracias a su participación en el conocido pódcast Mentor 360 de Luis Ramos, tengo la oportunidad de entrevistar a esta mujer de eterna sonrisa y actitud siempre positiva.

Pregunta.- ¿Lo que propones es tomarnos el ejercicio mental de forma análoga a lo que es el ejercicio físico?

Respuesta.- La inactividad, tanto física como cognitiva, conduce al deterioro. Por lo tanto, es importante mantenerse activo y curioso en varias áreas y no solo en las que ya somos expertos. Por eso planteo la necesidad de dedicar apenas unos minutos a cuidar nuestro cerebro, que también forma parte de nuestro cuerpo. Es importante sacarnos de nuestra zona de confort a menudo y explorar nuevas áreas de interés. Esto puede ser tan simple como escuchar un tipo de música diferente, leer un nuevo tipo de libro o incluso aprender a tocar un instrumento musical. 

P.- En el fitness convencional la báscula es el amigo/enemigo que mide nuestros progresos. ¿Existe una báscula mental?

R.- Por supuesto. Hay ejercicios muy concretos que proponemos, y la báscula eres tú mismo. Nada más empezar a trabajar tu mente, empiezas a ser capaz de recordar cosas mejor que antes y encontrar las palabras adecuadas. Dejas de decir aquello de “si es que soy un desastre”, entre otras muchas expresiones que no ayudan en nada. La mentalidad con la que nos enfrentamos a los retos es crucial. Si nos decimos a nosotros mismos que no podemos hacer algo, nuestro cerebro aceptará esa realidad. Por lo tanto, es importante mantener una mentalidad positiva y desafiante.

P.- Entiendo que esto es útil a partir de cierta edad, para prevenir el deterioro cognitivo y evitar los efectos de la muerte de muchas de nuestras neuronas. 

"Cada cerebro es único y requiere un enfoque personalizado para maximizar su potencial"

R.- Entrenar no tiene edad. Hay muerte neuronal a lo largo de nuestra vida, pero entrenando promovemos la neuroplasticidad, que es la capacidad que tiene el cerebro para recuperarse, reestructurarse y adaptarse a nuevas situaciones, y la neurogénesis, el proceso mediante el cual se forman nuevas neuronas en el cerebro. No solo ocurren en la infancia, sino que pueden ser aprovechadas durante toda nuestra vida. El cerebro es capaz de crear nuevas rutas neuronales y mejorar, sí, mejorar, con el tiempo, independientemente de la edad. Nunca es tarde para eso, y en niños enganchados a la tecnología los resultados son espectaculares, como puede verse por sus notas. La tecnología puede ser tanto una bendición como una maldición. Por un lado, facilita el acceso a la información y el aprendizaje, pero por otro puede reducir nuestra capacidad de concentración y nuestra habilidad para hacer tareas básicas sin ayuda. En el caso de los pequeños, puede ser especialmente útil para aquellos que están lidiando con trastornos como el déficit de atención. Ahora, con la inteligencia artificial, en ocasiones ya no tienen ni que pensar, y eso es otra forma de inactividad. 

P.- En tus cursos de iniciación das 91 lecciones en 90 días. Pinta que hay que estudiar mucho. ¿También existen en el neurofitness técnicas para estudiar mejor?

R.- No se trata de tochos teóricos, sino que son conocimientos eminentemente prácticos sobre cómo funcionamos y con prácticas concretas que nos ayudarán en nuestro día a día. Ya que mencionas la formación, es fundamental adaptar los métodos de enseñanza a las necesidades individuales de cada persona. Cada cerebro es único y requiere un enfoque personalizado para maximizar su potencial. Eso no se suele hacer en los colegios, con la consecuente tasa de abandono o fracaso escolar. Hay personas que son más propensas a recordar información leída, otros escuchada, o dibujada, y en eso también son importantes hasta los colores con los que vemos la información, subrayamos los apuntes, o los ritmos que marcan la música. Como artista en ese ámbito, tengo publicado algún disco en plataformas. Los sonidos y sus cadencias están estudiadas para generar determinados efectos. Somos seres sensibles.

P.- Nos es más fácil acudir al gimnasio cuando va con nosotros un amigo o formamos parte de un grupo de conocidos. ¿Qué consejo podemos tener para asumir el esfuerzo, evitar la pereza y sacar unos minutos cada día para el neurofitness?

R.- Más que esfuerzo, lo que demanda la gimnasia mental es romper con las rutinas y conseguir nuevas rutas en nuestro pensamiento. No requiere de máquinas ni de un espacio físico determinado. En el Club neurofitness lanzo vídeos diarios con retos y consejos, y en redes sociales genero unas mini píldoras que se llaman Tu minuto del día para que durante apenas un minuto cierres los ojos y pienses en ti. No pido demasiado.