Los días de verano son el momento ideal para usar una ropa ligera, así como también para utilizar calzado abierto y así mantener los pies frescos. Las sandalias son uno de los tipos de calzado con mayor aceptación para los más diversos estilos de vestir, ya que, sobre todo, es un calzado muy cómodo para la mayoría de personas, además de ofrecer una gran versatilidad. Si bien el uso frecuente de las mismas, sumado a un contacto directo del material de las mismas con la piel, puede llevar a la aparición de manchas negras: los motivos de este fenómeno suelen ser el sudor y la suciedad acumulada. Algunas prácticas sencillas de cuidado pueden aplicarse para devolver a las sandalias su aspecto y color habitual, y alargar la vida de las mismas sin tener que recurrir a productos específicos o caros.

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Causas de las manchas en las sandalias

Efecto del sudor y de la humedad

El sudor que se genera a lo largo de un día caluroso se acumula en forma de marcas o de filamentos que se filtran en el material de las sandalias, deteriorando así la apariencia de las mismas. La humedad también contribuye a la aparición de bacterias que pueden ser la causa no solo de las manchas sino también de olores desagradables.

Acumulación de polvo y suciedad

Caminar por superficies polvorientas o recorrer la playa sin limpieza posterior hace que pequeñas partículas de arena y tierra acaben por adherirse al calzado y, a la larga, la suciedad penetra en la superficie y esto intensifica el oscurecimiento.

Remedios caseros para limpiar sandalias

Bicarbonato de sodio

El bicarbonato de sodio es uno de los grandes aliado para poder eliminar manchas negras sin dañar la sandalia. Para utilizarlo correctamente hay que limpiar previamente la superficie con agua caliente, espolvorear el bicarbonato sobre las zonas afectadas y dejar que actúe durante unos cinco minutos. Posteriormente, frotar con un cepillo de dientes que ya no utilizamos y enjuagar con agua tibia. Además, también sirve para eliminar olores.

Limpieza con vinagre blanco

El vinagre blanco también es otro recurso doméstico para devolver el brillo a las sandalias. Se combina con agua (a partes iguales) y se aplica con un paño suave sobre las manchas que brotan. Su proceso desinfectante y desodorizante lo hace de gran ayuda, sobre todo si se aplican a sandalias de cuero o materiales resistentes.

Cuidados preventivos para evitar manchas negras

Lavado frecuente después de su uso

Lavar las sandalias inmediatamente después de su uso es la mejor manera de impedir que el sudor y la suciedad hagan de las suyas. Un rápido enjuagado con agua tibia y jabón neutro sirven para impedir que las manchas se adhieran, ayudando a que el calzado esté en condiciones durante más tiempo.

Secado correcto al aire libre

Para prevenir el brote de bacterias y hongos es fundamental un secado adecuado. Colocar las sandalias en un lugar ventilado, pero alejado de la luz solar directa, evitaría que el material sufra y podría mantener su color original. Evitaremos los secadores o fuentes de calor excesivas para no dañarlas.

Si una rutina de limpieza a intervalos regulares (poco esfuerzo) y la aplicación de ingredientes fáciles de conseguir (como el bicarbonato o el vinagre blanco) pueden lograr que las sandalias luzcan bien todo el verano, además de ayudarlas a que se añadan a su estética, cuidarlas a este paso es una manera prolongada de disfrutarlas; las sandalias se disfrutan mucho mejor, siendo más cómodas que si no se lleva un control; mantener este hábito no complica la vida a nadie y hace grandes diferencias en el calzado; disfrutar de los días de calor manteniéndose fresco y sin perder la elegancia.

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