La limpieza del suelo a diario puede resultar engorrosa precisamente cuando la fregona que se utiliza puede dejar marcas, atascarse en el suelo o incluso, va perdiendo la eficacia que tenía cuando era nueva. Pero resolver ese problema es muy sencillo; solo hace falta adoptar un pequeño truco que es tan sencillo que parece casi una tontería, pero funciona y hace que todas las fregonas vuelvan a resbalar como cuando eran nueva.

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El secreto detrás de la fregona que no raya

Algunas fregonas utilizan una base de plástico rígido para sujetar los flecos lo que puede resultar tentador; es práctico pero dicha superficie puede entrar en contacto directo con el suelo y causar rayaduras y marcas molestas. En vez de limpiar bien se convierte en un cepillo de una dureza apreciable que arrastrará residuos dejando marcas visibles en superficies que deberían de quedar limpias tras el fregado.

Modificar la base

La clave está en hacer un par de nudos más sobre esa superficie plástica. De esta forma, esa parte del trapo ya no sumará un punto más rígido sino que se integrará con el resto de la fregona. Los hilos permiten suavizar el contacto, amortiguando su base y logrando que se deslice sin resistencia, con un efecto inmediato y un efecto uniforme sobre cualquier tipo de pavimento del hogar.

Hacer que tu fregona deslice a la perfección

El truco no requiere herramientas ni materiales especiales. Basta con seleccionar dos o tres flecos del mismo mocho, o aprovechar restos de otro, y fijarlos con un nudo firme en la parte inferior. Esta intervención mínima elimina la fricción del plástico contra el suelo y hace que la fregona se mueva con fluidez, como si flotara suavemente sobre la superficie.

Resultados visibles desde la primera vez

Cuando se lleva a cabo esta técnica, el agua se distribuye de forma equilibrada y el suelo queda libre de suciedad incluso sin tener que repetir varias veces la acción. Las pasadas son suaves, ya no hay tirones y el acabado es más brillante. Y lo que es mejor, incluso en suelos delicados como pueden ser los de tarima (o parqué) la fregona se comporta como una herramienta que, por su propia resistencia, no introduce surcos, ni marcas en el suelo.

Más durabilidad para tu fregona

Además de mejorar la limpieza, el ajuste también alarga la vida de la fregona. Al evitar que la base plástica se desgaste o deforme con el uso, el mocho mantiene su forma durante mucho más tiempo. Así se reduce la necesidad de comprar recambios con frecuencia y se convierte en una alternativa sostenible, económica y respetuosa con los hogares.

Un aliado en casas con niños o animales

Las personas que conviven con pequeños o animales saben la dificultad de mantener los suelos impecables; con este truco la fregona puede llegar a los rincones y esquinas que anteriormente quedan sin limpiar, absorbiendo así mejor la suciedad y los restos más pequeños. Además, la rutina de higiene diaria acorta, disminuye la exigencia del esfuerzo físico y elimina las rayas que hacían repetir el proceso con insistencia innecesaria.

En resumen, esta sencillo truco demuestra que no se requieren grandes inversiones para que se produzcan grandes cambios en el hogar. Un par de flecos bien colocados convierten una fregona normal en una fregona altamente eficiente, práctica y duradera. La fregona ha dejado de ser una tarea pesada para convertirse en un gesto ágil, limpio, económico y de buen acabado en cada pasada, independientemente del tipo de suelo.

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