Conservar una lavadora en perfecto estado supone que la ropa salga realmente limpia y prevenirnos fallos indeseados. Con el uso cotidiano, este aparato va absorbiendo restos de detergente, humedad y suciedad que van disminuyendo su eficacia. Realizando una rutina periódica, simple y bien organizada devolvemos al dispositivo esa frescura de su primera utilización y alargamos su vida útil. Las siguientes etapas abren la puerta a una forma sencilla, rápida y eficaz de tener la lavadora perfecta sin necesidad de utilizar productos complejos.
Primer paso al limpiar la lavadora
La goma de la puerta puede llegar absorber mucha humedad, así como los restos de jabón, lo que, sin duda, provoca la aparición de manchas oscuras o incluso malos olores. Para recuperar su aspecto original, es eficaz aplicar un limpiador oxigenado, ya que desincrusta la suciedad y actúa directamente sobre el moho. Simplemente hay que extender el producto limpiador utilizando un paño, insistir sobre los pliegues y dejar actuar el tiempo necesario para que la zona en particular recupere su aspecto original.
Acondicionamiento final de la goma
Cuando se elimine la suciedad más notoria, es recomendable repasar toda la superficie con un estropajo suave y sacar los residuos del producto con un paño húmedo. Con esta simple revisión, el sellado de la puerta queda mucho mejor, ya que se elimina la humedad atrapada después de cada lavadora. Mantener esta parte del electrodoméstico en buen estado ayuda a disminuir las posibilidades de fugas y hace que el funcionamiento sea más silencioso.
Cajetín sin restos y un filtro despejado
El cajetín del detergente acumula residuos sólidos perjudiciales para el olor y para la eficacia del lavado. Para limpiarlo bien, se extrae y se frota con un estropajo y con jabón lavavajillas. El agua caliente ayuda a deshacer la capa blanquecina de los detergentes en polvo o líquidos. Cuando se eliminan las partes que obstruyen el paso del detergente hacia el tambor, el flujo vuelve a ser uniforme y la ropa sale oliendo mejor.
Mantenimiento del filtro de desagüe
El filtro retiene partículas que se quedan en los bolsillos o entre las prendas. Para limpiar la tapa es fácil, solo tienes que poner una toalla debajo y colocar un recipiente para recoger el agua que salga al abrirla. Luego es necesario desenroscarla, vaciarla completamente y desenroscarla varias veces, el tiempo necesario hasta que el agua dejar de escurrir. Un cepillo puede servir para quitar cualquier resto que queda atrapado en el interior. Este gesto es muy importante, ya que de este modo evitaremos que el desagüe se obstruya, y así aumentaremos la capacidad de desagüe de la máquina.
El tambor, último elemento clave
El tambor de la lavadora es un punto de concentración de los olores que se generan en su interior. Se puede aplicar un método muy eficaz para neutralizarlos que consiste en volcar vinagre blanco (su funcionalidad aquí será como la de un abrillantador natural, capaz de eliminar también residuos) en el cajetín e iniciar un ciclo de limpieza. A su vez, el vinagre blanco limita que se acumule la cal y permite que el tambor pueda girar con mayor suavidad.
Acción combinada para una limpieza completa
Para culminar la limpieza, pueden incorporarse dos cucharadas de bicarbonato directamente en el tambor. La combinación con el vinagre proporciona una limpieza total de toda la parte interna del electrodoméstico antes mencionado. Cuando acaba el ciclo de lavado, la lavadora recupera su frescura y está optimizado para seguir ofreciendo buenos resultados. Con estos tres pasos, se eliminan los malos olores, se garantiza el rendimiento de la lavadora y hacen que este, dure más tiempo sin tener que recurrir a costosas soluciones ni a procesos complicados.
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