La vajilla de porcelana proporciona a la mesa elegancia y calidez, pero el uso va dejando su impronta. Las marcas de café, de té, de salsas o de cal surgen incluso cuando la vajilla parece estar bien lavada. Estas huellas no indican que la vajilla esté reciente y sucia, se trata de residuos que quedan atrapados en los microporos del esmalte. Lavando con cuidado y usando productos y métodos suaves, se puede lograr recuperar el aspecto original de los platos y de las tazas sin llegar a dañar la porcelana. Adopta técnicas sencillas y constantes para conservar durante mucho tiempo la vajilla y eliminar la posibilidad de que las marcas en ella se vuelvan permanentes.
Limpieza de la vajilla antes del tratamiento
Una correcta preparación de las piezas perjudicadas puede llegar a facilitar la eliminación de las manchas más tenaces y disminuir el riesgo de que se estropee el esmalte. Este paso previo se convertirá en algo fundamental en el resultado final.
El ponerlas a remojo permite que la suciedad superficial se desprenda y que las manchas profundas se ablanden y sean más fáciles de tratar. Llena una palangana o el lavabo de casa con agua tibia (del grifo) y añade unas gotas de detergente de lavavajillas. Sumerge las piezas con la superficie manchada durante un periodo de tiempo de entre 20 y 30 minutos. El agua tibia actúa por acumulaciones y no provoca tensiones en la porcelana.
Control y manipulación segura
Intenta evitar el uso de agua muy caliente si la vajilla está muy fría. Esta situación puede dar lugar a cambios bruscos de temperatura que pueden provocar microfisuras invisibles que con el tiempo pueden contribuir a provocar el incrustación de manchas. Se cuidadoso al manipular cada pieza, separa las más delicadas para poder tratarlas de forma individual.
Tratamientos para la vajilla de porcelana
El bicarbonato de sodio proporciona una limpieza profunda sin dañar la superficie. Mezcla tres partes de bicarbonato con un parte de agua, hasta conseguir una pasta bastante espesa. Aplica la mezcla sobre la mancha, dejándola actuar de 15 a 30 minutos. Después frota suavemente con un paño húmedo o una esponja blanda, de forma circular, aclara con agua tibia y seca con un paño limpio para no dejar círculos.
Vinagre blanco contra la cal
Las manchas de color blanquecino, que suelen tener su origen en minerales del agua, se eliminarán rápidamente con el vinagre blanco. Basta mezclar a partes iguales vinagre y agua tibia y sumergir la zona afectada, o llenar con la mezcla la pieza. Déjalo que repose mínimo una hora, después se lava normalmente, aclara y seca bien. Este método proporciona de nuevo el brillo a la superficie.
Cuidados para conservar la vajilla
Llevar a cabo un correcto mantenimiento de la vajilla de porcelana ayuda a que las manchas no reaparezcan con tanta facilidad y se alarguen la vida útil de cada una de las piezas. Los estropajos metálicos, cepillos de cerdas duras y productos agresivos rayan el esmalte y ayudan a que la suciedad se adhiera de un modo muy eficaz. La lejía y los productos químicos abrasivos pueden llegar a decolorar la porcelana y dañar las decoraciones. Utiliza siempre paños blandos y detergentes neutros.
Mantenimiento periódico
Actúe cuando vea las primeras marcas para una limpieza eficaz de las piezas de porcelana, incluso si están limpios, ya que esto evita a largo plazo la acumulación de residuos. Es importante secar siempre las piezas después del lavado y guardar la vajilla en el lugar seco y ventilado. Con estos hábitos sencillos se puede lograr mantener la apariencia brillante y cuidada de la porcelana durante mucho tiempo.
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