Con la muerte de Mariano Ozores se marcha el último gran nombre de toda una etapa del cine español que fue todo menos solemne. Ozores dirigió más de 90 películas, escribió otras tantas y, junto a su hermano Antonio y su inseparable pareja cómica Pajares y Esteso llenó las salas durante una Transición en la que no todo fue política, compromiso ni cine de arte y ensayo. Fue uno de los reyes del cine del destape, del chiste grueso y del enredo de puertas que se abren y se cierran. Pero también cronista accidental de los tabúes y costumbres del español medio. A modo de homenaje, seleccionamos diez títulos entre lo disparatado, lo olvidado y lo entrañable que resumen la inimitable huella de Ozores en la cultura popular.
'Su alteza la niña' (1962)
Antes de especializarse en el destape y el vodevil, Ozores rodó esta comedia amable a mayor gloria de Estrellita, un proyecto de niña prodigio con más carisma que técnica a rebufo del éxito de Marisol, que ese año triunfó con Tómbola. Ante la amenaza de los bolcheviques en un reino europeo, Estrellita es nombrada heredera. Flanqueado por sus hermanos José Luis y Mariano y la esposa de este, Elisa Montés, el conjunto es tan entrañable como marciano: una especie de Sonrisas y lágrimas cañí, pero con botones de nácar y merienda de pan con chocolate.
'Matrimonios separados' (1969)
El mismo año que estrenó Cuatro noches de boda –y Objetivo: BI-KI-NI, El taxi de los conflictos y Susana–, Ozores facturó esta historia de cuatro matrimonios con problemas de convivencia que coinciden en la comisaría para descubrir que sus matrimonios son nulos porque el sacerdote que ofició las bodas era un impostor ¿Aprovecharán la circunstancia para separarse por la gracia de Dios o seguirán juntos? La familia numerosa formada por Gracita Morales y Cassen, la pareja moderna formada por la modelo Concha Velasco y el fotógrafo celoso Antonio Ozores, la singular y apasionada formada por José Sacristán y Dyanik Zurakowska –exótica actriz de origen polaco que hizo carrera en España en los 60 y 70– y otra (Teresa Gimpera y Germán Cobos) marcada por la monotonía reflejan la diversidad de la España del desarrollismo y las inquietudes de una sociedad sometida a un cambio vertiginoso. La ley del divorcio tardará 12 años en llegar, pero muchos ya soñaban con ello.
'A mí las mujeres ni fu ni fa' (1971)
Peret se interpreta a sí mismo en este vehículo producido por el veterano Benito Perojo a mayor gloria del rumbero catalán. En una de sus actuaciones, el famoso cantante se queda prendado de una mujer bellísima (la norteamericana de ojos verdes Patty Shepard). Cuando averigua que se trata de la prometida de un psiquiatra, acude a su consulta inventándose que no siente atracción por las mujeres, todo ello con la ayuda de su enfermera (Conchita Bautista), enamorada a su vez del doctor. En este clásico producto del cine español de la época no faltan grandes de la interpretación como José Luis López Vázquez, José Sazatornil o Gracita Morales –y Bárbara Rey en su octava aparición como extra sin acreditar en el cine–.
'La graduada' (1971)
Nada que ver con Dustin Hoffman: aquí la historia gira en torno a Benita, una joven interpretada por Lina Morgan que tras el fallecimiento de su tía Ágata se ve liberada de la vida provinciana y se traslada a Madrid para divertirse y encontrar el amor. Se compra un descapotable, se instala en un lujoso apartamento, compra ropa en las mejores boutiques, pero las cosas no le salen como esperaba hasta que se cruza en su vida Carlos, un médico interpretado por el apuesto y olvidado Carlos Aranda. Tan disparatada como deliciosa gracias a las interpretaciones de Lina Morgan y actores extraordinarios como Sacristán, Gracita Morales, Florinda Chico o Laly Soldevilla.
'En la red de mi canción' (1971)
Vehículo al servicio del cantautor gallego Andrés do Barro escoltado por los habituales chez Ozores: su hermano Antonio, Concha Velasco, Florinda Chico, Cassen, un actor mítico como Alfredo Mayo o Rafaela Aparicio. Andrés es el hijo de un pescador de Vigo que ha armado una importante flota pesquera y aspira a que le suceda, pero a él solo le interesan la música y las chicas, sobre todo Elena (Velasco), hija a su vez del propietario de una importante fábrica, que caerá en las redes de Andrés y le ayudará en su carrera musical.
'La llamaban la madrina' (1973)
De nuevo el viejo truco de evocar el título de un gran éxito de Hollywood, y que Mariano Ozores aprovechará unas cuantas veces. Coescrita con un cinéfilo como Juan Miguel Lamet –que años después será conocido como uno de los tertulianos habituales de Qué grande es el cine de José Luis Garci–, Lina Morgan, otra fiel a Ozores, interpreta a Trini, hija y nieta de ladrones que ha decidido optar por la vida decente como cajera de supermercado después de especializarse en descerrajar cajas fuertes. Pero cuando detengan a su padre y un policía requiera sus servicios, su vida dará un vuelco. Para el recuerdo, la escena de Lina Morgan recreando el timo de la estampita de Tony Leblanc en Los tramposos (la música es del enorme Antón García-Abril, que un año después firmaría la música de El Hombre y la Tierra de Félix Rodríguez de la Fuente).
'El reprimido' (1974)
Landismo en estado puro. Lucas (Alfredo Landa, claro), es jotero y representante de fajas. Pese a su estrecho y diario contacto con la ropa íntima femenina, no es capaz de dar el paso de intimar con una mujer. Todavía vive con su madre (la ínclita Isabel Garcés) y lleva diez años con su novia de toda la vida, Octavia (Paca Gabaldón, aquí bajo el nombre artístico de Mary Francis), pero no se atreve a casarse sin haber visto antes a una mujer desnuda. Así que organiza una expedición a Francia que resultará muy rica en aventuras y peripecias eróticas. Franco todavía no había muerto, pero el cine español, al calor de la liberación sexual que atravesaba todas las sociedades occidentales, ya anticipaba el destape con productos en la línea de otras cinematografías europeas. Una de las muchas colaboraciones de Ozores con el dramaturgo y guionista Juan José Alonso Millán.
'Ellas los prefieren... locas' (1976)
José Sacristán interpreta a Alberto, un ejecutivo que depende económicamente de su mujer, lo cual no le impide ser un golfo y tener relaciones con todas las mujeres que se le ponen por delante. El problema viene cuando un día su chófer descubre el piso en el que tiene a una de ellas, una pintora que le idealiza en sus cuadros. Para evitar que su lucrativo matrimonio naufrague, Alberto decide fingir que es homosexual. Una situación ante la cual su mujer, insospechadamente, decide apoyarle. Papeles estelares en este entretenidísimo enredo para Esperanza Roy, Manolo Zarzo y el mexicano Enrique Guzmán como un gay desatado y genial.
'La Lola nos lleva al huerto' (1984)
Última de las nueve películas en las que Mariano Ozores dirigió a Andrés Pajares y Fernando Esteso entre 1979 y 1984. Inevitablemente, la serie iniciada con Los bingueros mostraba signos de agotamiento comercial... y creativo. Lola es una joven que está embarazada pero no sabe quién es el padre. Le dice a Ataúlfo que el hijo es suyo pero también se lo dice a Paco. Compañeros de la misma compañía de coros y danzas de una casa regional, Ataúlfo y Paco al principio se enfadan, pero merced al cariño que se tienen deciden cuidar juntos a Lola a la espera del feliz alumbramiento y ver a quién se parece más el roro. Pero ninguno de los dos está dispuesto a casarse, así que Lola, enfadada, ingresa en una peligrosa secta, ante lo cual los dos amigos no dudarán en hacerse pasar por adeptos de la misma para rescatarla. La Lola nos lleva al huerto es, sin duda, el fin de una era.
'El sexólogo' (1994)
Y una serie para terminar. En los 90, Mariano Ozores decidió probar suerte con la televisión. Tras el éxito de Taller mecánico (1991-1992) grabó El sexólogo. Por la clínica del doctor Ramón Acosta (interpretado, cómo no, por Antonio Ozores) desfila una corte de personajes singulares en busca de consejo íntimo, mientras una enfermera enamorada, una becaria, su mujer y su hija reclaman su atención. "Eyaculación precoz, coitus interruptus, exhibicionismo, teléfonos eróticos, muñecas hinchables, homosexualidad y lesbianismo, frigidez, abandono conyugal, erótica del poder o cansancio matrimonial son algunos de los argumentos de El sexólogo", explicaban en un artículo de El País en junio de 1994, meses antes del estreno de la serie en Televisión Española. "Todo el mundo entrará en el ajo. La sexualidad está ahora muy presente en el ambiente y en los medios de comunicación", explicaba Ozores. "¡Él nos enseñará a darle al kiki!", añadía Florinda Chico, que en la serie interpretaba a la criada de la casa y profería frases como "todas las mujeres llevamos dentro una furcia dormida".
En octubre, el PP, Izquierda Unida y el Instituto de la Mujer del Ministerio de Asuntos Sociales, entre otros partidos y entidades, reclamaron la retirada de la serie, calificándola de "bodrio machista y rancio". Pocos días después, el director del Ente Público, Jordi García Candau, anunciaba la cancelación de El sexólogo. Finalmente sería Antena 3 la que terminaría dando cobijo al último producto audiovisual dirigido por Mariano Ozores.
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